“Me interesaba mucho la tradición que tienen acá de cine de animación”
Cuando Laura Delgado llegó a Praga por primera vez ya estaba estudiando arte en Colombia, pero de alguna manera notó que su carrera artística tenía que continuar en el corazón de Europa. Amor a primera vista. Un par de años después comenzó la maestría de animación en la FAMU, la Facultad de Cine y Artes Escénicas de Praga, totalmente inmersa en la rica tradición con la que cuenta el cine de animación checo. En la actualidad ya ha rodado un cortometraje y se encuentra preparando un segundo, al mismo tiempo que ultima el trabajo teórico de final de carrera, dedicado a la cineasta checa Michaela Pavlatová.
Bueno Laura, ¿cuál fue el motivo por el que viniste a la República Checa?
Bueno, hace unos siete años y visité la República Checa solo por una semana porque me había llamado la atención por las películas de Jan Švankmajer, la atmósfera de la ciudad. Y dije: voy a ver cómo es. Y cuando llegué era principio de otoño y me encantó la ciudad. Y dije: no, yo tengo que venir alguna vez acá a pasar un tiempo más largo, una época más larga de mi vida.
Entonces regresé a Colombia y tenía que terminar la Universidad, que estaba estudiando Artes Plásticas. Y después de haber terminado, a la hora de ver qué proyectos tenía pensé en venirme acá. Y me interesó mucho. Empecé a mirar por Internet el idioma checo, y me parecía muy interesante porque era muy diferente. Y me vine a eso primero, a estudiar el checo y proyectando estudiar algo de artes, algo de cine o de pintura.
¿Y eso hace cuánto tiempo fue?
Hace dos años y medio llegué. Empecé en febrero de 2006. A la Universidad empecé al mismo tiempo que el segundo semestre de checo, en octubre. Porque las pruebas fueron en septiembre y el verano también me las pasé estudiando el checo para poderlo pasar y preparé al mismo tiempo el portafolio y los proyectos para el examen de ingreso.
¿Puedes comentarnos algo sobre tu estancia en la Universidad? ¿Qué estudiaste, cuáles fueron los resultados, qué proyectos tienes?
Entré a la maestría de animación de la FAMU. Estaba muy interesada porque antes yo había trabajado en artes plásticas: pues muchas cosas de video y animación experimental. Y acá me interesaba mucho la tradición que ellos tienen por la parte de las marionetas y de todo este teatro. Todo eso continuó su paso al cine y ahora ellos tienen una muy buena tradición de esto. Y estaba interesada en aprenderlo. Y al principio me dio muy duro porque aunque yo podía expresar algo de checo y las cosas más básicas, me costaban mucho las clases. Y me sentía muy cansada. Me cansaba mucho más rápido tratando de digerir toda la información en otro idioma. Pero también era una motivación más para continuar.
Entonces me dediqué a eso: a mi proyecto y a sacarlo. En ese sentido la escuela funciona muy bien porque uno es como el director de la película y con las otras cátedras se articula todo. Uno tiene un productor y entre los estudiantes arma todo lo que tiene que organizar y obtiene la producción por parte de la Universidad y todos los equipos. Entonces hay un buen sistema para actuar como sería en la realidad.
¿Y puedes contarnos algo más sobre tu proyecto? ¿Es un cortometraje de animación?
Sí, el año pasado ya hice una animación con técnicas mixtas. Tenía una parte con actores, otra parte con animación de marionetas y otra parte con animación dibujada. Y este año ya he comenzado otra. Realicé el guión para la siguiente, que va a ser solo de animación dibujada. Espero terminarla para la próxima primavera. Y también tengo que hacer el trabajo teórico, que es sobre la animadora checa Michaela Pavlatová.
¿Y puedes comentarnos algo más sobre esta animadora?
Bueno, esta animadora ahora está estrenando una nueva película. Aún no la he visto pero se llama “Los niños de la noche”. Creo que es solo con actores. Pero la mayoría de su trabajo ha sido con animación dibujada y ha trabajado gran parte del tiempo en San Francisco también. Ahora va a entrar a ser profesora acá en la FAMU. Tiene dibujos que parecen como de niños, pero que trata temas como la sexualidad humana, las relaciones de pareja, las rutinas de las personas.
Dejando a un lado el trabajo y los estudios y volviendo a la República Checa. Cuando llegaste, ¿qué fue lo que más te llamó la atención del país?
Para mía fue un impacto muy grande porque llegué en febrero con demasiada nieve. Fue una experiencia traumática para mí, acostumbrada a estar en mi ciudad, que son 25 grados centígrados todo el año, con variaciones de un grado, dos grados… Estaba muy mentalizada de que iba a estudiar solo checo. Entonces al principio no utilicé para nada el inglés ni el español. Fue un poco duro. Fue como un autosacrificio. Un propósito. Pero un poco doloroso.
¿Y qué te pareció la gente?
La gente en el primer momento me pareció fría. Pero ahora que he vivido varios años aquí lo comprendo, porque en febrero traen ya como todo el ánimo del invierno, que baja para todas las personas que están acá. Pero ya a medida que las he ido conociendo entiendes que tienen otro ritmo de acercamiento, que son muy cálidos y que se puede contar mucho con ellos. Son amigos muy seguros, pero se tarda en crear esta relación.
