La directora Michaela Pavlátová gana un premio César por Mi familia afgana
La coproducción checo-eslovaco-francesa Mi familia afgana, de la directora Michaela Pavlátová, ganó uno de los prestigiosos premios César del cine francés a mejor largometraje animado.
Después de ganar la competición oficial del Festival de Annecy, el festival de animación más importante, Mi familia afgana (My sunny Maad), de la directora checa Michaela Pavlátová, recibió el pasado viernes en París también un premio César, que otorga la Academia de Cine Francesa. Según confesó a la Radio Checa la propia directora, no se imaginaba poder recibir tal galardón.
“Tenía la sensación de que nuestra película ya había atravesado todas las cosas que podía y que ya se terminaba todo, así que esto ha sido una alegría extra. Esta vez me voy a la entrega de los Premios César completamente tranquila porque no espero absolutamente nada. Voy a observar la entrega para películas francesas que, por lo general, no voy a conocer, pero igual la disfrutaré muchísimo y es un gran honor para mí poder estar ahí”.
La coproducción de Pavlátová derrotó en su categoría, por ejemplo, a la película El pequeño Nicolás, el popular personaje del ilustrador Jean-Jacques Sempé, tan enraizado en la cultura francesa.
“El pequeño Nicolás es conocido también en Chequia, es realmente una cosa tierna y tengo la sensación de que para Francia es una joya nacional, que muchas personas crecieron con él. A veces, la conciencia nacional, el corazón de la nación, late por algo que es muy valioso para ella y que es puramente francés. Y yo creo que la película cumple con todo eso”.
Mi familia afgana está inspirada en la novela Frišta, escrita por la periodista Petra Procházková. Cuenta la historia de Helena, estudiante de economía, que conoce en la universidad de Praga a su futuro esposo Nazir. Con él se muda a Kabul, donde comienza una nueva etapa de su vida y, bajo el nombre de Herra, aprende a convivir con la gran familia de Nazir. Pavlátová reconoció que lo que más le gustó de la novela fue el fuerte carácter de la protagonista.
“El libro Frišta captó mi atención por su protagonista así como por el hecho de poder viajar a un lugar al que nunca me concederían acceso. Estaba buscando algún material para una película de animación dedicada al público adulto que protagonizara una mujer fuerte. La decisión fue muy rápida”.
Pavlátová explica que sabía desde el comienzo que quería hacer una película de animación. Su propósito era romper ciertos prejuicios sobre que las películas de animación eran exclusivamente para niños y que no podían contar una historia muy seria.
“Nosotros sabemos que esta película no va a cambiar el mundo y también que es una película de animación, así que todo el tiempo tiene que luchar con eso. Pero cuando la ven personas que no están acostumbradas a ese tipo de películas o, a veces, incluso, dicen que no les gustan las películas de animación, en cinco minutos se sumergen en la historia y se olvidan de la forma en la que está hecha. Ahí es cuando consigo mi objetivo. Si algunas personas que creen cosas muy simplificadas, por ejemplo, de los inmigrantes o de Afganistán, cambian su opinión sobre el asunto gracias a la película, eso me haría más feliz”.
La película le llevó a la directora unos 8 años que, según explicó, tampoco era un tiempo demasiado largo para un largometraje de animación. Las animaciones del largometraje nacieron en el estudio praguense Alkay y en la isla de Reunión.
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