Los profesores universitarios se declararon en huelga
Los profesores de Universidad checos tuvieron este martes una jornada de huelga. Denuncian una situación crítica vinculada a los bajos sueldos y demandan al Gobierno tanto soluciones rápidas e inmediatas como un cambio de sistema.
Las universidades checas denuncian desde hace un año la baja financiación del sector universitario, de forma especialmente grave en las ramas de humanidades y ciencias sociales. Puesto que los representantes del Gobierno checo no han tomado medidas concretas en este sentido en todo este tiempo, según los académicos, las universidades decidieron declarar la huelga desde el 17 de octubre.
La cuestión principal son los bajos sueldos de los empleados universitarios, que les obligan a tener compromisos laborales fuera de la universidad o abandonar el sector académico por completo. La protesta, por lo tanto, fue una continuación de la primera gran manifestación con esta reivindicación del pasado 28 de marzo, según explicó a Radio Praga Internacional Kajetán Holeček, uno de los organizadores.
“En marzo señalamos la situación de las facultades de humanidades y ciencias sociales porque la peor situación se da ahí. Pero la situación es fatal en todo el sector universitario. Queremos decir que hay que arreglar esto. Se necesita más financiación del presupuesto estatal para que las universidades mantengan una calidad competitiva”.
La huelga de un día se efectuó en las facultades de Filosofía, Humanidades y en la Evangélica Teológica de la Universidad Carolina de Praga, así como en la Facultad de Filosofía de la Universidad Palacký de Olomouc. En otras universidades se produjo una huelga simbólica de una hora.
En la plaza Jan Palach de Praga, frente a la Facultad de Filosofía, se manifestaron tanto profesores como estudiantes para expresar su solidaridad con el personal docente, pero también su compromiso con la institución, prosigue Kajetán Holeček.
“Como estudiante del doctorado no puedo estar en huelga desde el punto de vista jurídico. Pero me siento parte de mi facultad y siento la responsabilidad. Si no aumenta el presupuesto de las universidades, y de las humanidades en particular, se descompondrá la educación de humanidades tal y como la conocemos, lo que sería un daño irremediable. Si perdemos una disciplina, es muy difícil volver a introducirla. Ahora es el último momento posible para salvar la situación. Quiero que mis compañeros más jóvenes y mis hijos puedan estudiar lo que las universidades ofrecen ahora”.
Según advirtió en agosto la rectora de la Universidad Carolina, Milena Králíčková, es muy difícil mantener a los académicos en las universidades checas, ya que los salarios no pueden competir con el resto del mercado laboral del país. “Realmente los mejores académicos se nos van a otros países o a otros sectores. La baja financiación se manifiesta en el hecho de que perdemos a los mejores en algunas ramas y eso nos molesta”, dijo en su día Králíčková a la Radio Checa. Sus palabras concuerdan con la experiencia personal de Holeček.
“Llevo 10 años en la universidad y todo este tiempo estoy viendo a personas que se van, sobre todo al extranjero donde tienen mejores condiciones. Pero en los dos últimos años, con el COVID y la guerra en Ucrania, se intensificó la situación. Se habla más sobre el problema y mucha gente se va de las universidades porque, simplemente, los profesores de las escuelas primarias y secundarias se han acercado ya a un sueldo digno, a diferencia de los universitarios. En los dos últimos años, las personas se preguntan con mayor frecuencia si se pueden permitir mantener su puesto de trabajo”.
Con motivo de la huelga de este 17 de octubre, los profesores universitarios compartieron con el público cifras concretas que muestran que un profesor adjunto, es decir, una persona con el título de doctor que lleva estudiando como mínimo nueve años en el sistema de educación superior checa, gana 1200 euros de salario bruto al mes, mientras que los alquileres en la capital checa oscilan sobre 1000 euros mensuales de media.
Por su parte, el Ministerio de Educación se defiende con el argumento de que las universidades operan con un presupuesto y la distribución de los recursos entre distintas facultades cae bajo su propia responsabilidad. Así, por lo tanto, se trata de un problema interno del sector académico. Esta postura fue reiterada por el ministro de Educación, Mikuláš Bek, mediante un comunicado de prensa publicado el día anterior a la huelga. Kajetán Holeček se refirió a este comunicado.
“El ministro de Educación recién publicó un informe de prensa en el que repitió su postura de que todo esto es un fallo de las universidades que son las que distribuyen los recursos y que, en realidad, tienen recursos suficientes. Por otro lado, este martes el Gobierno se reunió con las organizaciones de empleadores y los sindicatos donde estuvo presente el presidente de los sindicatos universitarios, es decir, que estamos esperando las declaraciones del ministro. Pero acaba de decir que, en primer lugar, las universidades tenían que solucionar el problema solas”.
Las universidades checas piden aumentar los recursos destinados al sector universitario a un 0,65% del producto interno bruto. La cantidad se basa en la comparación de la financiación de las universidades públicas en el marco de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE). De acuerdo con el Consejo de Universidades, si el porcentaje del producto interno bruto dedicado a las universidades en la actualidad fuera el mismo que en 2009, este sería de 1600 millones de euros en lugar de los 1200 millones con los que cuenta en la actualidad.
“El presidente del Consejo de Universidades calculó que el Gobierno debía a las universidades más de 400 millones de euros por los últimos 15 años. Esto tiene que ser el primer paso. Hasta que se arregle esto, no podemos hablar de un cambio de todo el sistema. No podemos aplicar un tratamiento de largo plazo a una persona en agonía”.
La huelga de este martes terminó con una marcha desde la Facultad de Filosofía de Praga hasta el Ministerio de Educación, pidiendo, para empezar, esos 400 millones de euros.
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