Un profesor universitario gana en Chequia menos que un maestro de escuela
Trece facultades de humanidades en nueve ciudades checas participaron en la manifestación La hora de la verdad, cuyo objetivo era demandar condiciones de trabajo dignas, sobre todo en cuanto a los sueldos, para los profesores. El centro de las protestas fue la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Carolina de Praga.
“Queremos hacer ciencia y no negocios”. “Pienso, luego existo y no tengo para el alquiler”. “Sin las humanidades, dejaremos de entendernos”.
Estos y más eslóganes se podían ver y escuchar este martes 28 de marzo, el Día de los Profesores en Chequia, en nueve ciudades universitarias (Pilsen, Ústí nad Labem, Pardubice, Hradec Králové, České Budějovice, Brno, Ostrava, Olomouc y Praga), donde se organizaron grandes manifestaciones en apoyo a las carreras de humanidades y ciencias sociales.
Las manifestaciones apuntaron a la falta de financiación en las facultades de filosofía y letras, sobre todo en lo que se refiere a los salarios de los profesores y estudiantes de doctorado. La situación llegó a tal punto que algunos de los profesores se vieron obligados a cambiar la universidad por una escuela primaria o secundaria donde ganan más dinero.
¿Cómo es posible? La respuesta la ofreció en entrevista para Radio Praga Internacional Mariana Machová, profesora de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Carolina de Praga.
“Las universidades entran en otra parte del presupuesto del Estado. Los profesores de las escuelas primarias y secundarias protestaron hace años por las mismas razones y las protestas tuvieron éxito. Otra cosa es que históricamente las facultades de humanidades siempre tuvieron menos dinero que otras facultades y se razonaba, eso hace 30 años, con que no se necesitaba mucho, que bastaba con un papel y una pluma. Pero también necesitamos vivir y comer. Ahora el dinero ya es tan poco que se hace difícil y es mejor para muchos de nosotros ir a enseñar a otro tipo de escuelas. Mi salario sería mejor si enseñara en la secundaria”.
Explica Machová que no quiere optar por una decisión “fácil” e irse de la universidad porque es el único lugar donde además de enseñar, puede investigar en el ámbito de la poesía moderna y la traducción del español e inglés que son sus especializaciones. Gracias a esta labor el público puede disfrutar en checo las obras de Jorge Luis Borges, Julio Cortázar, Octavio Paz o Juan Gelman.
Entre los objetivos de las protestas este martes estaban los sueldos, pero también la necesidad de enfatizar la importancia de las humanidades para la sociedad. Destaca Machová que hay que tener en cuenta que son precisamente estas facultades las que preparan a los futuros profesores, psicólogos, lingüistas, diplomáticos, políticos, etcétera, y subraya que para una cultura pequeña, como la checa, es vital estudiar otras culturas para así fortalecer la propia identidad. La importancia de todo eso, según cuenta, se comprobó hace un año con el comienzo de la guerra en Ucrania y la llegada masiva de los refugiados a Chequia.
“Se necesitaban intérpretes y gente que conociera el contexto cultural, social, político del país, de Ucrania. Se necesitaban personas que ayudaran directamente, esto era muy importante y no teníamos suficientes personas que hablaran ucraniano. Se necesitaba gente que pudiera explicar lo que pasaba, que le pudiera explicar a la sociedad checa cosas importantes sobre la situación en Ucrania, gente que realmente lo entendiera”.
Las protestas de Praga culminaron con una marcha desde la Plaza de Jan Palach, donde se encuentra la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Carolina, hasta el Castillo de Praga, sede presidencial. Los asistentes empujaron durante el camino la piedra de Sísifo que ilustraba de manera satírica su situación y también los repetidos intentos de las generaciones anteriores de mantener un debate público sobre el asunto. En un momento, la marcha se detuvo frente a la sede del Gobierno checo, encabezado por el primer ministro, Petr Fiala, antiguo profesor universitario.
La protesta terminó junto a la estatua del primer presidente checoslovaco, Tomáš Garrigue Masaryk, situada en las inmediaciones del Castillo de Praga.
“Tomáš Garrigue Masaryk también era profesor de la Facultad de Filosofía, un hombre muy respetado. Es uno de los símbolos de nuestra identidad moderna. Pero ahora la gente que está en la misma posición que él, un personaje tan importante para nuestra historia, nuestra identidad nacional, casi no tiene para vivir”.
Destaca Machová que en la marcha participaron profesores y estudiantes dispuestos a defender sus carreras y explicar por qué ocupan un lugar indispensable en una sociedad moderna y democrática. Los manifestantes se sumaron a la petición presentada por los rectores que demandan subir el presupuesto estatal destinado a las universidades al promedio de los países miembros de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos, lo cual representaría una subida total de más de 420 millones de euros. La protesta, a su vez, apoyó la petición de la Asociación de Decanos de las Facultades de Filosofía que habían pedido un subsidio de emergencia de 42 millones de euros.
La profesora Machová dijo que la ayuda inmediata es lo más importante en este momento. Por eso, no tiene sentido debatir sobre una posible imposición de tarifas en las universidades estatales checas lo cual es, además, una cuestión muy delicada que llevaría demasiado tiempo.
“En este momento, la situación es tan grave que se necesita una solución inmediata. Las cosas tienen que cambiar. Un cambio sistemático tardaría muchísimo, así que eso no es la solución que necesitamos en este momento”
El sueldo básico de un profesor principiante es de 1370 euros, y el de un profesor experimentado es de 1620 euros. El ministro de Educación, Vladimír Balaš, sostuvo que sabía que la financiación de las universidades era un asunto que no se había tratado a largo plazo. De acuerdo con el Ministerio, el presupuesto de las universidades checas para este año podría subir por unos 38 millones de euros.