Los checoslovacos acordaron ser checos y eslovacos hace 30 años
El día 26 de agosto de 2022 se cumplieron 30 años del momento en el que los líderes de los partidos políticos ganadores en las elecciones de 1992, Václav Klaus y Vladimír Mečiar, acordaron terminar con el estado común de Checoslovaquia.
“El día 1 de enero de 1993 se formarán la República Checa y la República Eslovaca como dos países independientes”. Con estas palabras informó el político eslovaco Vladimír Mečiar al público checoslovaco sobre la separación del estado común, formado tras la caída del Imperio Austrohúngaro en 1918.
El principio del fin de Checoslovaquia lo marcaron las elecciones parlamentarias de junio de 1992. En Eslovaquia triunfó el Movimiento por Eslovaquia Democrática de Mečiar. Junto al Partido de la Izquierda Democrática y el Partido Nacional Eslovaco formaron una coalición que apoyaba decididamente la separación. No obstante, según contó Mečiar para la Televisión Checa, para él la separación de Checoslovaquia había ocurrido ya en el año 1990, tras las negociaciones sobre las competencias del Gobierno Federal y los Gabinetes Nacionales.
“Estaba claro que si no se descentralizaba la administración del Estado, habría un conflicto. Así que después de las negociaciones en 1990 salí fuera con el entonces primer ministro checo Petr Pithart y le dije un poco emocionado que la Federación Checoslovaca acababa de terminarse”.
La situación por la parte checa era un poco diferente. Según contó a la Televisión Checa el antiguo líder del Partido Cívico Democrático (ODS), ganador de las elecciones de 1992 y primer ministro entre los años 1992 y 1997, Václav Klaus, los checos no se empeñaban tanto en independizarse de Eslovaquia.
“Chequia tenía su reino, Chequia tenía su capital, y Chequia no tenía la necesidad de liberarse de Eslovaquia. Al primer encuentro con Mečiar fui con la expectativa de llegar a un acuerdo”.
No obstante, el acuerdo no cumplía del todo con las expectativas de Klaus. Tras la elecciones cruciales de 1992, Klaus y Mečiar acordaron encontrarse a medio camino entre Praga y Bratislava, en la villa Tugendhat de la ciudad de Brno. La famosa villa funcionalista también fue la única testigo de sus conversaciones del 26 de agosto de 1992 en las que se decidió definitivamente deshacer Checoslovaquia. El contenido exacto de las largas negociaciones entre Klaus y Mečiar siguen siendo un misterio, puesto que el acceso a la villa de cualquier otra persona estaba estrictamente prohibido.
El divorcio de terciopelo
Para los ciudadanos checoslovacos fue muy importante que los dos políticos llevaran sus debates de manera pacífica y que la propia separación también transcurriera sin conflictos ni intervenciones por parte del ejército.
De acuerdo con las declaraciones de Mečiar en la conferencia de prensa en la villa Tugendhat en 1992, mantener un estado común era simplemente imposible, a pesar de que los políticos fueran conscientes de los fuertes vínculos que unían a checos y eslovacos. El miedo a la reacción del público llevó a Klaus y a Mečiar a discutir en su reunión quién de los dos iba a informar a los ciudadanos de la decisión, quién pasaría a la historia como el que anunció la desintegración del país. Mečiar lo comentó así.
“Fui a hablar con Klaus y le dije: No se puede hacer nada, tenemos que salir nosotros dos porque nadie de la delegación eslovaca quiere dar la noticia. Yo lo haré. Klaus dijo: Le acompaño, pero no seré yo quién lo comunique”.
La postura de checos y eslovacos frente a la separación no fue uniforme en 1992 y tampoco lo es a día de hoy. En una encuesta de opinión pública entre los ciudadanos eslovacos, se oyen distintos puntos de vista. Algunas personas expresaron para la Radio Checa que habrían deseado votar en un referéndum.
“Sí, sentimos mucho la separación. Nadie nos preguntó si estábamos de acuerdo o no, si queríamos o no. Desgraciadamente, nos separamos. Nosotros tenemos muchos vínculos y familiares en Chequia. Poco a poco se pierde el conocimiento de los dos idiomas, el checo y el eslovaco. Aunque intentamos enseñar a nuestros hijos y nietos el idioma checo, creo que al otro lado de la frontera, en Chequia, el conocimiento se pierde. Todo se dobla al eslovaco, el checo se dobla al eslovaco como si fuera una lengua extranjera. Echamos de menos la cultura. Todavía nos sentimos checoslovacos”.
Sin embargo, también hay voces a favor de la separación.
“No sé qué decir. No tengo por qué echar de menos Checoslovaquia. Me alegra tener nuestra Eslovaquia independiente, aunque económicamente estemos un poco peor que Chequia. No tengo nada en contra de los checos, los quiero, viajamos mucho a Chequia, tenemos amigos ahí, pero decir que sueño con Checoslovaquia, eso no”.
Los checos y los eslovacos emprendieron sus caminos separados el 1 de enero de 1993. No obstante, 30 años más tarde, el sentimiento de hermandad sigue permaneciendo.