“La filosofía y la ficción se complementan tan bien como el cine y las palomitas”

Hubo un momento en que el filósofo checo contemporáneo Jiří Beňovský se dio cuenta de que no tenía sentido trabajar tantos años en escribir libros especializados que solo leyeran, con suerte, unas diez personas. Entonces, decidió convertirse en un divulgador de la filosofía y ahora acaba de publicar Philo Fiction (Dokořán), un repaso de las principales ideas filosóficas que aparecen en películas tan famosas como Matrix, Volver al futuro, Terminator 2, Vanilla Sky y Batman: El caballero de la noche, entre muchas otras.

Philo Fiction en librerías checas foto Juan Pablo Bertazza | Foto: Juan Pablo Bertazza,  Radio Prague International

Una crisis filosófica de la mediana edad. Así define Jiří Beňovský el antes y después de su vida profesional: en un momento de su carrera académica solía escribir libros dirigidos a especialistas que, en el caso de tener muchísimo éxito, llegaban a leer, con suerte, unas diez personas en todo el mundo. Pero un día se cansó y decidió que quería compartir sus pensamientos con un público más amplio. Así, justo después de cumplir los cuarenta, comenzó a transitar el camino de la divulgación filosófica que quizás no le aporte mucho a su currículum académico, pero sí lo hace feliz.

“Y cuando dedicas varios años de tu vida a un libro que solo llega a unos pocos lectores en todo el mundo, te preguntas si quizá no habrías hecho mejor criando conejos. Pero, hablando en serio, la filosofía es una disciplina verdaderamente fascinante para mí. No es solo trabajo, es mi vida. Y no solo es interesante a nivel intelectual, sino también humanamente hermosa. Yo me ocupo de cuestiones que realmente me apasionan y considero importantes, por eso creo que más gente debería pensar en esas cuestiones”.

¡Luz, cámara y filosofía!

Jiří Beňovský | Foto: archivo personal de Jiří Beňovský

Como parte de ese cambio de rumbo surgió su libro Philo Fiction (editorial Dokořán) que, con un claro guiño al film Pulp Fiction, propone un paseo por las principales ideas filosóficas que aparecen en algunas de las películas y series más famosas de todos los tiempos: ¿una persona mantiene necesariamente su identidad a lo largo de su vida? ¿cuál es la realidad del mundo que propone una película tan influyente como Matrix? ¿Cuáles son los principales problemas de la ética? Como Arquímedes en la bañera, Beňovský gritó eureka al darse cuenta de que la ficción y la filosofía tienen un gran punto en común y es el hecho de recurrir a experimentos mentales, situaciones ficticias e imaginarias para entender y profundizar en diferentes conceptos.

Pulp Fiction | Foto: póster de la película

“Las películas y series de ciencia ficción suelen usar estas situaciones con mucha frecuencia. Quien sea fan de Star Trek, por ejemplo, sabe que cada episodio trata sobre algún tema filosófico, científico o incluso político. Para mí, fue completamente natural ver que el método de trabajo que usan los filósofos al crear experimentos mentales es el mismo que se usa en películas y series, sobre todo en las de ciencia ficción. Filosofía y ficción se complementan tan bien como el cine y las palomitas, van de la mano”.

¿Se puede modificar el pasado?

“Volver al futuro crea un bucle temporal cerrado, donde la canción Johnny B. Goode nunca fue realmente compuesta por nadie”.

Jiří Beňovský

Aunque deja en claro que él no es un experto en historia del cine, sí se atreve a afirmar que el tema filosófico más popular en las películas es la posibilidad de viajar en el tiempo. Y agrega que hay guionistas y directores que se esfuerzan en que ese aporte filosófico sea muy coherente, como es el caso de la película Predestination, cuyo guion puede resultar complejo incluso para un filósofo experimentado como él. Agrega además que David Lewis utilizó el relato de Robert Heinlein en el que está basada esa película para escribir su famoso artículo sobre las paradojas del viaje en el tiempo, por lo que aclara que, a veces, es la propia ficción la que inspira a los filósofos. En su opinión, otro buen ejemplo de coherencia filosófica es la continuidad que hay entre las dos primeras películas de Terminator, algo que quizás no sucede en el film por excelencia sobre viajes en el tiempo, aunque eso no le quite en absoluto ningún mérito.

Volver al futuro | Foto: póster de la película

“Volver al futuro es una de mis películas favoritas, en realidad las tres partes. Algunas escenas tienen problemas filosóficos y lógicos, como cuando Marty McFly comienza a desvanecerse de una fotografía. Sin embargo, es una obra filosóficamente interesante porque muestra muy bien el problema del viaje en el tiempo y, sobre todo, el problema de cambiar el pasado. A veces por accidente y a veces de modo intencional, Marty McFly viaja al pasado e intenta cambiarlo. Luego observa las consecuencias de sus acciones en el futuro. Desde un punto de vista filosófico, la mayoría de los expertos estarían de acuerdo en que, si el tiempo es lineal, el pasado no puede ser cambiado. Pero, si quisiéramos salvar la película de esta trampa filosófica o física, podríamos imaginar el tiempo como un árbol con ramas, como el espacio-tiempo. En ese caso, Marty, al regresar al futuro, terminaría en una rama diferente, es decir, en una realidad alternativa. Esto le permitiría a la película mostrar que sí es posible cambiar el pasado”.

Veo una peli, luego existo

Terminator 2 | Foto: póster de la película

Es decir que, además de ser una película excelente y muy divertida, considera Beňovský que Volver al futuro nos permite, entre muchas otras cosas, preguntarnos si el espacio-tiempo es lineal o tiene esa estructura arbórea, una cuestión que no atañe solo a la filosofía sino también a la física y la metafísica.

Beňovský destaca, por ejemplo, el momento en el que Marty McFly toca en vivo la canción "Johnny B. Goode" de Chuck Berry, una escena para la cual él recuerda que Michael J. Fox se pasó varios meses aprendiendo a tocar la guitarra.

Vanilla Sky | Foto: póster de la película

“En esta escena hay una paradoja filosófica muy interesante y coherente a nivel lógico: Marty conoce la canción de Chuck Berry por haber escuchado sus grabaciones. Pero en la película Marty viaja al pasado, toca la canción en un concierto, y uno de los músicos rápidamente llama a su primo Chuck para que escuche la canción por teléfono. Así que Chuck Berry la escucha por primera vez por Marty y, de alguna manera, se la roba. Mientras que Marty la conoce porque la escuchó de Chuck Berry. Esto crea un bucle temporal cerrado, donde la canción nunca fue realmente compuesta por nadie ya que cada uno la escuchó primero del otro”.

Hablemos sabiendo que no sabemos

Matrix | Foto: póster de la película

Entre los creadores que conocen muy bien las cuestiones filosóficas que inspiran sus películas dice Beňovský que tienen un lugar de honor las hermanas Wachowski, directoras de la legendaria película Matrix ya que se inspiraron en un experimento filosófico clásico conocido como el cerebro en una cubeta y consiste en la posibilidad de que todo lo que percibimos como realidad sea solo una ilusión proporcionada por algún tipo de máquina. En la película Matrix, esa idea se potencia al mostrar que no somos solo cerebros en una cubeta, sino que quizás seamos cerebros en un cuerpo que está dentro de una cubeta.

“Otro director al que le gusta utilizar conceptos filosóficos y físicos de manera muy consciente es Christopher Nolan, eso es lo que hace en películas como Interestelar, El origen, o incluso en Batman. Nolan es uno de esos creadores que no solo ha leído teorías filosóficas y científicas, sino que realmente las utiliza en forma activa como base sólida de sus guiones”.

Batman | Foto: póster de la película

En el caso puntual de Batman: El caballero de la noche explica Beňovský que Nolan desarrolla de un modo magistral el problema filosófico conocido como el dilema del prisionero, cuando en una escena memorable el Guasón les advierte a los pasajeros de dos ferrys equipados con explosivos que, si ninguno hace detonar al otro antes de que se acabe el tiempo, él mismo se encargará de hacerlos volar a ambos. Concluye Beňovský que, en lo que respecta al contenido filosófico en el cine, a veces se trata de un gesto deliberado por parte de los creadores y otras veces es más bien algo que detectan los espectadores; pero, en cualquier caso, lo importante es que de una u otra forma eso está ahí.

El puente checo

Como el libro Philo Fiction tiene también una versión en francés, Beňovský se encargó de seleccionar películas que fueran conocidas a nivel mundial para que la mayor cantidad de lectores pudiera conectar con ellas. En uno de los capítulos, sin embargo, presenta y desarrolla un cortometraje checo muy potente y premiado del año 2003 sobre el día fatídico en el que el operador de un puente, tal como le sucedía a Abraham, se ve en la encrucijada ética de tener que sacrificar a su hijo para evitar un desastre ferroviario.

Most,  una película checa | Foto: póster de la película

“La película Most (Puente) del director Bobby Garabedian me impactó profundamente. Es una película hermosa y emotiva, y es un gran ejemplo de cómo la filosofía puede ser accesible a través del cine. En este caso, tanto el director como el guionista se inspiraron directamente en un famoso experimento mental y filosófico conocido como el dilema del tranvía, propuesto por la filósofa británica Philippa Foot. Es uno de esos casos en los que los creadores lograron traducir perfectamente una idea filosófica a la pantalla, creando algo que no solo estimula la reflexión, sino que también conmueve profundamente y tiene un fuerte impacto emocional“.

Filosofía y cine en un libro | Foto: Juan Pablo Bertazza,  Radio Prague International

De todos modos, revela Beňovský que como él lleva más de 30 años viviendo en Suiza, concretamente en Ginebra, donde se mudó con sus padres a los 13 años, su conocimiento de las películas y series locales es un poco limitado. Y aunque reconoce que los primeros años fueron muy difíciles porque extrañaba mucho su hogar, siente que hoy por hoy su hogar está más en Suiza que en Chequia. Sin embargo, asegura que su corazón siempre estará en el lugar donde nació y hasta aclara que hay algunas comedias checas de la década del setenta que ve sin falta cada dos o tres años.

“Todavía extraño algunas cosas de Chequia. Sobre todo, el idioma. Para no perder el contacto con el checo, mientras corro, escucho casi todos los días, o muy a menudo, pódcast y la radio en checo. Así que, al menos, trato de mantener un poco el idioma y al mismo tiempo estar un poco informado. Pero lo más importante es, sin duda, el humor checo, eso es lo que más extraño”.

La insoportable levedad del ser

La filosofía es, para Beňovský, una conversación interminable a lo largo de la historia, durante la cual es posible discutir el mismo problema varias veces, aunque siempre desde algún enfoque o ángulo novedoso ya que, en su opinión, las mismas cuestiones filosóficas suelen repetirse incluso en épocas y modalidades completamente diferentes. Eso se muestra también en su libro, ya que combina nombres de filósofos clásicos y muy famosos con otros contemporáneos. Beňovský recuerda que una de las primeras cuestiones que le impactó al estudiar filosofía fue descubrir que los colores no existen, o, mejor dicho, más que tratarse de propiedades objetivas del mundo que nos rodea, son más bien fenómenos mentales que crean nuestros sentidos. Desde entonces, las diferencias entre el mundo tal como realmente es y el mundo tal cual lo percibimos es algo que apasiona a este académico y, al mismo tiempo, divulgador de la filosofía, como demuestra otro de sus libros.

“Tal vez el mundo que nos rodea no exista en realidad”.

Jiří Beňovský

“Es una obra académica titulada 'Eliminativism, Objects and Persons', aunque no se la recomendaría leer a nadie, al no ser que sufra de insomnio crónico. Porque es un libro muy seco y especializado, en el que defiendo una idea que, a primera vista, puede parecer absurda: no tenemos ninguna razón de peso para creer que las cosas que nos rodean, como mesas, sillas y árboles, e incluso nosotros mismos, realmente existen. Puede sonar loco, pero cuando te das cuenta de la gran diferencia que puede haber entre nuestra experiencia del mundo y la realidad del mundo en sí, de repente puede parecer mucho menos extraña la idea de que tal vez el mundo que nos rodea no exista en realidad. Y tal vez ni siquiera existamos nosotros".

En relación a esa idea que no deja de tener ciertos puntos de contacto con el budismo y la filosofía oriental, Jiří Beňovský (o, mejor dicho, su propia inexistencia) publicará durante este 2025 otro libro que, en rigor, quizás no exista, dirigido a un público más amplio de personas que, tal vez, no sean reales, pero que, al menos, tiene un título seguro: "No existimos, pero qué importa".

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