“Los checos tienen una forma de viajar un poco más salvaje”
El festival Ecos (Ozvěny), con 15 años de trayectoria, une la música con los viajes e invita al público a sumergirse en culturas lejanas. Dentro de la edición de este año compartió con nosotros su viaje a Perú Petr Vrchovský, para quien visitar el territorio Inca significó un sueño hecho realidad.
Hace aproximadamente 25 años, un grupo de amigos de Ostrava, en la región de Moravia–Silesia, empezaron a reunirse mensualmente y a organizar conciertos de música folclórica. Tras un par de años, comenzaron a compartir entre ellos las historias de sus viajes en distintas veladas y, poco a poco, vieron el potencial que podía tener abrir esas noches a un público más amplio. A día de hoy, el festival Ecos organiza charlas de viajes, actividades culturales y por supuesto conciertos en los que invitan a los visitantes a sumergirse en historias de viajeros. Para ello, los organizadores siempre intentan que en el festival haya la mayor diversidad posible, lo que consiguen también gracias a la selección de la conferencia que llevan a cabo cada año, tal como afirmó Miroslav Duda, líder de la Asociación Cívica Folk v Ostravě, que organiza el festival.
“Intentamos que cada charla sea un poco diferente, algunas son más entretenidas, otras más visualmente atractivas, algunas de ellas educativas, o con un enfoque medioambiental… también varía la duración de los viajes: algunos son de 14 días a determinado país, otros viven allí durante 10 años o más. Entonces las conferencias están enfocadas de formas diferentes y muestran perspectivas distintas y creo que así es como debe ser y es uno de los motivos por el que llevamos 15 años con este festival”.
Duda, que apostó siempre por la diversidad y la riqueza de ofrecer numerosos puntos de vista, afirmó que la clave para conseguirlo es no solo desde el propio contenido de las charlas, sino también gracias al hecho de que los que comparten sus viajes son personas con experiencias muy variadas, y reflexionó sobre el atractivo del festival.
“Creo que es natural tener curiosidad, querer ver cómo es todo en otro sitio y mucha gente no tiene la oportunidad, ya sea por razones de tiempo o de dinero, de conocer esos países, además de que hay muchos. Así que creo que es bueno ofrecer conferencias de diferentes niveles, por eso tenemos tanto a personas que se ganan la vida con sus viajes, como a viajeros principiantes, y cada uno ofrece su punto de vista particular”.
El festival, que tiene lugar en diferentes salas de uso cultural en Ostrava, cuenta este 2025 con quince años de trayectoria, pero Duda aclaró que sus inicios fueron bastante distintos respecto a cómo es el festival hoy en día.
“Tenemos esta conexión músico-viajera bastante específica, que viene del hecho de que, desde el año 2000, es decir durante más de 25 años, hemos estado organizando 2 o 3 conciertos de música folclórica y country cada mes y en 2010 empezamos a añadir a estos conciertos algunas historias de nuestros viajes. Comenzó con los amigos, por lo que durante los primeros tres años los eventos eran solo para conocidos y más adelante evolucionó hacia estos festivales abiertos al público”.
Además de charlas y conciertos, los organizadores apuestan también por noches temáticas, en las que no faltan comidas de diferentes partes del mundo, profundizando así aun más la experiencia que puede tener el público de esas culturas al alcance de su propia ciudad.
“Organizamos también diferentes veladas con temáticas distintas. Hemos tenido por ejemplo noches canadiense, americana, francesa, griega… actualmente estamos preparando una velada española para el otoño, y estoy deseando que llegue el momento en el que tengamos 3 o 4 charlas cortas sobre España: su gastronomía, naturaleza, cultura y, por supuesto, con música en vivo”.
Amigo de Duda y ávido viajero, Petr Vrchovský compartió, como parte del festival, su viaje de 3 semanas por Perú, en forma de un vídeo que iba complementando con información y anécdotas en tiempo real. Las circunstancias del viaje las describió, para RPI el mismo orador.
“El viaje tuvo lugar hace unos años en mayo, y se podría decir que para nosotros, como personas de Centroeuropa, América del Sur tiene tanto encanto y es tan exótico… pero especialmente Perú, con el Imperio Inca, el Amazonas, para mí fue un sueño hecho realidad visitar un país tan bello”.
Vrchovský, que estuvo en Perú por tres semanas, inició su viaje en Lima y pasó por Arequipa, Chivai, Cabanaconde, Pinchollo, Puno, Juliaca, Puerto Maldonado, Cuzco, Machu Picchu, Maras y Pisac. En su presentación acercó a los checos la historia del país, ofreció algunas recomendaciones para aquellos que estén planeando una visita al país, e hizo reír a gran parte del público con una anécdota que vivió en las fronteras de la selva amazónica.
“Estábamos cerca de Puerto Maldonado, el pueblo en la confluencia de los ríos Tambopata y Madre de Dios y teníamos la tarde libre, así que caminamos por la parte donde termina el asentamiento y empieza la selva, y allí nos encontramos con un restaurante de jungla, que fue como una revelación para nosotros. Inmediatamente nos sentamos allí, y, por supuesto, la señora nos ofreció una comida muy sabrosa, un poco de carne, yuca, que yo era la primera vez que comí… también picuro, que durante mucho tiempo no supe lo que era… no fue hasta unos días después que descubrí que se trata de un roedor local”.
Fue en ese mismo restaurante que los viajeros se llevaron quizás la sorpresa más grande del viaje, después de preguntar si podían tomar cerveza.
“Entonces le preguntamos a la señora si por casualidad tenía cerveza, a lo que ella contestó que por supuesto que sí, y nos trajo, para nuestro asombro, una botella de cerveza Pilsen bien fría. Fue casi como un milagro, también porque no la esperábamos en absoluto, así de maravillosamente fría en medio de la jungla del Amazonas… Así que la tomamos y bueno, quisimos presumir con la señora y le dijimos que se trataba de una cerveza checa, como nosotros. Eso la desconcertó ya que, para la señora, Pilsen era por supuesto una cerveza peruana… nosotros sabíamos que se producía en Perú bajo licencia, pero en fin, fue una experiencia muy agradable y divertida para ambos lados”.
Vrchovský, que recordó también sus experiencias y asombro ante los mercados de comida, el estilo de conducción, las llamas y cierto alcohol local, entre otros temas, compartió además su punto de vista sobre los checos como viajeros, remontándose a la historia para entender la naturaleza con la que, según el orador, los checos perciben el mundo.
“Me atrevería a decir que los checos como nación tienen una forma de viajar un poco más salvaje, de dormir bajo el cielo abierto y demás… Siento que es una cultura fuerte de aquí, que viene ya de cuando había el comunismo y solíamos ir al campo a dormir bajo las estrellas, a tocar la guitarra en algún sitio y a soñar con la posibilidad de viajar a hermosas tierras lejanas. Pues bien, después del año 90, este sueño pudo hacerse realidad para mucha gente de aquí, así que a menudo lo disfrutamos y viajamos bastante a esos países… diría que los checos viajan bastante en comparación con otras naciones”.
Vrchovský, quien concluyó diciendo que 3 semanas no son suficientes para visitar un país tan bello como Perú, prepara actualmente una nueva conferencia sobre un viaje que realizó a Etiopía en otoño del 2024.