Un viaje a las ciudades checas a través de sus más curiosos escudos
Luego de asistir en 1968 a un encuentro de aficionados a la heráldica, Milan Buben empezó a interesarse cada vez más en esa milenaria disciplina, a tal punto que años después sacaría una exitosa enciclopedia que tuvo cinco ediciones. En esta entrevista nos explica la interesante evolución que tuvo el escudo de la capital checa y muchas curiosidades, algunas casi surrealistas, de los emblemas de varias ciudades checas.
Durante la época del comunismo el profesor Milan Buben escribió un breve libro sobre heráldica que luego tuvo una versión en alemán que se distribuyó tanto en el este como en el oeste, cuando Alemania aún era un país dividido. Sin embargo, lo que más lo enorgullece es su completa enciclopedia sobre heráldica que, debido a la demanda de los lectores, tuvo cinco ediciones. Como les pasó a tantas otras personas con los más diversos intereses, cuenta Buben que el deshielo político de 1968 propició que los checos pudieran satisfacer su curiosidad en diversos temas que el comunismo, hasta el momento, se había encargado de desalentar o, directamente, prohibir sin más.
“Mi interés en la heráldica comenzó durante mis estudios universitarios en 1968, cuando escuché en la Radio Checa, o mejor dicho en la Radio Checoslovaca, una convocatoria diciendo que los interesados en este campo se reunirían en el restaurante U Holubů en Smíchov. No pude resistirme y fui hasta ahí: me sorprendió gratamente la bienvenida que recibí. Aquellos señores, que ya eran mayores y experimentados, me ayudaron en todo lo que pudieron, no solo explicándome ciertas cosas sobre las que no tenía idea, sino también prestándome muchos libros. Y, bueno, la heráldica me cautivó tanto que le he sido fiel hasta el día de hoy."
Aunque aclara que también tiene sus particularidades, sostiene Buben que la heráldica checa no deja de pertenecer al ámbito del Sacro Imperio Romano Germánico y, por lo tanto, comparte muchas características con los países que, en la actualidad, conforman Europa Central, como es el caso, por ejemplo, de Austria y Hungría.
Los heraldos checos
En lo que respecta en concreto a Chequia, asegura Milan Buben que son especialmente interesantes los escudos de muchas de sus ciudades, a tal punto que lo considera el ámbito más vital de la heráldica nacional, en el sentido de que la mayoría de ellas exhiben su emblema en múltiples formatos: en las oficinas municipales, en los distintos letreros y hasta en el membrete del papel oficial.
“El brazo armado del emblema de Praga lo agregó Fernando III como reconocimiento a la ciudad por haberse defendido de los suecos en 1648”.
Milan Buben
“La heráldica municipal es un capítulo en sí mismo relativamente joven porque, al principio, las ciudades no usaban emblemas, sino que sellaban sus documentos, y lo que tenían en esos sellos generalmente lo incorporaban más tarde a sus emblemas. Luego se estableció la práctica de que los monarcas otorgaran los emblemas a las ciudades. Pero en la fase inicial eran las propias ciudades las que simplemente adoptaban algún símbolo”.
Si bien confirma que todos los escudos municipales checos son interesantes ya sea por sus colores, por algún detalle de su diseño o incluso por la historia que tienen detrás, el hecho de haber nacido en la capital checa hace que sienta especial atracción por ese escudo en particular que muestra, en un diseño bastante complejo, las murallas con las torres, un umbral con la reja levadiza y el brazo de un guerrero cuyo significado él mismo se encarga de explicar.
“Está claro que el emblema de la ciudad de Praga es importante para mí, pero además tiene una evolución interesante porque, en un principio, las torres con la muralla eran plateadas y, en realidad, el color dorado actual fue una mejora imperial. Más tarde se añadió, por ejemplo, el brazo armado que Fernando III otorgó a la ciudad de Praga como reconocimiento por haberse defendido de los suecos en 1648”.
Agrega que el color plateado de las murallas y las torres aún se conserva en el castillo medieval de Lauf donde residía en su momento Carlos IV cerca de Núremberg. En su impresionante sala de armas, existe hasta el día de hoy una galería heráldica bohemia en la que Praga aparece aún en su versión plateada.
Mostrar lo que no se tiene
Por otro lado, destaca Buben que muchos de los barrios que, en la actualidad, conforman la capital checa como es el caso, por ejemplo, de Bubeneč, Vinohrady y Žižkov tienen una peculiaridad en sus emblemas, muchos de los cuales surgieron en el siglo XIX, durante el reinado de Francisco José, es decir, cuando eran solo pueblos antes de la creación de la Gran Praga en el año 1922.
“Y aunque los pueblos no tenían murallas, en los emblemas de esos pueblos sí aparecen, a menudo, murallas y torres. El motivo es que deseaban parecerse a la Ciudad Vieja, a la Ciudad Nueva y a Malá Strana. Así que fueron incorporando esas murallas que en ningún momento de su historia tuvieron. Eran pueblos como el de Bubeneč actual que se llamaba Ovenec y en su emblema tiene un cordero saltando como un símbolo parlante”.
Explica Buben que los símbolos parlantes aluden al nombre o a algún evento importante ocurrido en la ciudad. El escudo de Stará Boleslav, por ejemplo, muestra una representación del asesinato de San Wenceslao, un evento muy significativo para toda Bohemia pero especialmente para esa ciudad, a tal punto que si bien no se trata de una escena muy convencional a nivel heráldico, se sigue utilizando hasta el día de hoy.
Luego hay escudos bastante curiosos como el de Pardubice que muestra a un caballo partido por la mitad debido a una leyenda histórica sobre un héroe que salvó a su fiel caballo luego de que una reja de hierro lo partiera por la mitad. Otro caso interesante es el del pueblo de Zahořany, ubicado a unos treinta kilómetros de Praga: en su escudo hay dos pinos y unos martillos cruzados, un emblema típico de la minería debido a que en esa región boscosa se extraía carbón o metales. Aunque no todas las ciudades checas tienen necesariamente un escudo, algunas adoptaron su emblema ya desde la época del feudalismo, mientras que otras comenzaron a desarrollarlos mucho más acá en el tiempo, siempre con el propósito de transmitir la esencia de su legado e historia.
“Hasta la Revolución de Terciopelo de 1989, varias ciudades o municipios no tenían sus propios emblemas, pero a partir de ese momento muchas de esas localidades crecieron lo suficiente como para obtener el estatus de ciudad. Dado que ya no había un monarca que otorgara los emblemas, se llegó a un acuerdo: se estableció una comisión heráldica de expertos en la Cámara de Diputados de la República Checa, que evaluaba las propuestas de emblemas que presentaban los municipios. Pero como se trataba de diseños amateurs, algunos eran absolutamente inaceptables y contravenían todas las reglas de la heráldica. Por lo tanto, esa comisión se encargaba de corregirlas”.
Agrega Buben que, recién entonces, el emblema podía asignarse a los municipios, no como en los viejos tiempos por parte de un monarca o el papa, sino gracias al trabajo de esa comisión de expertos que garantizaba que el emblema cumpliera con las leyes del momento.
El surrealista escudo de Česká Třebová
Aunque en general se conoce la intención o el mensaje detrás de cada diseño, afirma Buben que la heráldica no siempre revela sus intenciones e incluso no necesariamente tiene que significar algo. En ese sentido, hay escudos de algunas ciudades checas que aún hoy constituyen un verdadero enigma.
“Česká Třebová tiene en su escudo un gallo con cabeza humana y sombrero. Nadie sabe por qué, es un misterio porque no se han conservado documentos sobre eso”.
Milan Buben
“No sabemos cómo surgieron ni qué quieren expresar. Un ejemplo típico es el de la ciudad de Česká Třebová, un conocido cruce ferroviario. Y esta ciudad tiene en su emblema un gallo con cabeza humana y sombrero. Y nadie sabe por qué, qué significa, qué expresa. Es un misterio que probablemente nadie resolverá, porque no se han conservado documentos escritos al respecto. Sin embargo, sigue siendo ese antiguo símbolo heráldico el que la ciudad usa y sigue usando hasta hoy”.
El conocimiento de Buben sobre esta milenaria disciplina que tiene sus raíces nada menos que en la Edad Media, no se limita al ámbito checo. En lo que respecta al mundo hispano tiene muy claro, por ejemplo, que muchos países latinoamericanos son muy fuertes en ese sentido porque antes incluso de los procesos independentistas, muchos españoles se dirigían al otro mundo a registrar los escudos. Autor de unos veinticinco libros, Milan Buben es además miembro de la Orden de Malta y uno de los más exhaustivos historiadores del Gran Priorato de Bohemia, una división de esa organización religiosa y humanitaria que, además de llevar a cabo muchas tareas caritativas, tiene también su propio escudo.
“Se trata de un emblema que, en realidad, consta de dos símbolos: está la cruz plateada sobre un fondo rojo, que es el emblema oficial de la orden, y luego está la cruz de ocho puntas, que se usa hoy en día para las actividades caritativas y hospitalarias de la orden. Y esto también tiene una profunda simbología porque esa cruz de ocho puntas tiene cuatro brazos que representan las cuatro virtudes caballerescas básicas, mientras que las puntas representan las ocho bienaventuranzas según el Sermón de la Montaña de Jesucristo”.
Asegura Milan Buben que lo que más lo fascina de la heráldica es el hecho de incorporar símbolos tanto antiguos como modernos, en una muy amplia variedad que remite, por ejemplo, a distintos aspectos de la industria, la producción agrícola, la flora y la fauna, la ciencia y la investigación. En ese sentido, afirma que la mejor conclusión la dio quizás Sir Anthony Wagner, destacado heraldo de Londres, quien definió la heráldica como la taquigrafía de la historia.
Relacionado
-
Conozca las regiones de Chequia
Praga es la ciudad más famosa y atractiva de la República Checa. Pero Chequia es mucho más que solo Praga.