Científicos checos investigan la ayahuasca en Perú para tratamientos contra la depresión
Expertos checos emprendieron un viaje a la Amazonia para estudiar los efectos de la ayahuasca en el cerebro y verificar su potencial uso para el tratamiento de la depresión.
La infusión de la liana conocida como ayahuasca cambia la percepción sensorial, la percepción del tiempo y del pensamiento y fortalece la experiencia emocional. Los pueblos indígenas de Bolivia, Brasil, Colombia, Ecuador, Panamá, Perú o Venezuela la utilizan en el marco de su medicina tradicional.
Ahora la planta llama cada vez más la atención también en el marco de la medicina occidental puesto que, de acuerdo con algunos estudios, tiene potencial curativo y en el futuro podría emplearse en el tratamiento de problemas psíquicos como, por ejemplo, las depresiones o las adicciones.
Científicos checos de la Universidad Química Tecnológica de Praga y el Instituto Nacional de Salud Mental partieron hacia la Amazonia para poder asistir a una ceremonia tradicional en Perú, guiada por un chamán del pueblo asháninca, y observar los efectos de la ayahuasca en su propio cuerpo. Uno de los miembros de la expedición, el químico Martin Kuchař, explicó para la Radio Checa qué habían tomado exactamente.
“La bebida está compuesta de dos plantas distintas como mínimo. Una se llama Banisteriopsis caapi y es una liana. La segunda es Psychotria viridis, conocida también como chacruna. Son hojas que contienen dimetiltriptamina”.
La dimetiltriptamina es una sustancia muy cercana a la psilocibina, un compuesto alucinógeno que contienen ciertos hongos comestibles y que tiene un gran potencial curativo, continúa el psiquiatra Tomáš Páleníček.
“La ayahuasca contiene la sustancia dimetiltriptamina, o DMT, que ya se aplica en los tratamientos de la depresión y tiene un potencial curativo muy fuerte”.
El objetivo de la misión checa en la Amazonia, sin embargo, no es solo averiguar el efecto de la ayahuasca en el cerebro humano, sino también ver hasta qué punto influye en la experiencia el ambiente tradicional y la presencia del chamán, prosigue Kuchař.
“La zona está llena de fuentes calientes y la naturaleza es preciosa. Los sonidos de la selva y el canto del chamán crean una atmósfera mística que, posteriormente, jugará su papel en la experiencia psicodélica”.
Para efectuar las mediciones de la actividad cerebral de los asistentes del ritual, que eran unos 20, el equipo de científicos utilizó máquinas para realizar electroencefalogramas. Gracias a eso, pudieron estudiar tanto el efecto de la ayahuasca en la actividad cerebral como la interacción de los asistentes de la ceremonia y la sincronización de su actividad cerebral. Así, pretenden comprender también la dinámica del proceso en grupo y la conexión de la consciencia de los presentes durante la experiencia psicodélica. Todo eso para averiguar cómo difiere el efecto de la ayahuasca suministrada en la selva de la que, por ejemplo, se pueda dar a un paciente en un hospital, añade Páleníček.
“En nuestras expediciones queremos comparar si las sustancias durante el consumo ritual tienen los mismos u otros efectos en comparación con lo que hacemos en los centros médicos, los laboratorios y en el contexto de la sanidad”.
El análisis de los datos recopilados en Perú y su evaluación debería saberse en septiembre. Por el momento, según dice Páleníček, se sabe que la experiencia de todo el grupo presente en la ceremonia de la ayahuasca no difiere dramáticamente de la experiencia del mismo grupo de voluntarios que pasaron por una intoxicación de psilocibina en el laboratorio del Instituto Nacional de Salud Mental.
De acuerdo con los expertos, esto implica que los efectos de los alucinógenos son estables independientemente del lugar y el tiempo, no obstante, el contenido de las experiencias fue muy distinto. Como explica Páleníček, la ayahuasca genera, en la mayoría de los casos, cambios en la percepción que se manifiestan, típicamente, en la esfera visual. Y no siempre tienen que ser placenteros.
“Uno ve cosas que no es capaz de ver normalmente. Si cierra los ojos, pueden surgir estados como de sueño, visiones de experiencias espaciales y sensaciones vinculadas a la inexistencia, la muerte, etcétera. Las personas también pueden sudar, tener sensaciones físicas que no son agradables. Cada experiencia puede ser distinta”.
Los científicos planean otra expedición para el año que viene y quieren efectuar la misma medición de 20 sujetos durante la ceremonia con los cashinahua. Según dicen, el experimento va a ser mucho más difícil ya que no va a haber electricidad ni lugares donde guardar el equipamiento tecnológico.