Las prisiones endurecen las restricciones por casos de COVID-19 entre guardias

Stacheldrahtzäune - ostnaté dráty (Foto: Kristýna Maková)

Nueve miembros del servicio penitenciario han dado positivo en un test de coronavirus. Hasta el momento, ningún preso se ha contagiado. Desde el estallido de la epidemia, las prisiones checas cumplen con medidas preventivas estrictas.

Foto: Kristýna Maková,  Radio Prague International

Mientras que en Italia se han producido disturbios en las prisiones y en Estados Unidos el virus se está propagando de manera rápida entre los presos, en Chequia no se registra ningún preso contagiado, según confirmó para iROZHLAS.cz la portavoz del servicio penitenciario Petra Kučerová. Se han introducido medidas preventivas estrictas, por ejemplo, el acceso a las prisiones es negado a toda persona con temperatura superior a 38 °C. Asimismo, desde el inicio de la epidemia, todas las visitas se han cancelado y han sido reemplazadas por llamadas telefónicas extendidas. “Estamos tomando todos los pasos de precaución para asegurar que el virus no penetre en las cárceles”, añade Kučerová.

Foto: Terri Sharp,  Pixabay / CC0
Las medidas se aplican también al ingreso de los presos que han iniciado su sentencia en las últimas semanas. “Si presenta cualquier síntoma que podría sugerir el contagio por COVID-19, el preso es trasladado a la unidad de enfermedades infecciosas del hospital penitenciario de Brno”, comenta.

Las medidas, caracterizadas por la misma portavoz como estrictas, están ayudando a cumplir con el criterio más importante – prevenir que se contagien los presos. No obstante, no se ha logrado impedir la infección de los empleados del servicio penitenciario. “Dentro del servicio, contamos con nueve compañeros contagiados”, informó Kučerová sin ofrecer más detalles sobre el estado de los infectados, citando medidas de seguridad.

Mascarilla obligatoria

Por la misma razón no quiso comentar de qué manera el servicio penitenciario está previniendo la propagación del contagio entre sus guardias.“Se trata de un asunto interno del organismo de seguridad. Naturalmente, hemos implementado reglas y medidas para minimizar la propagación del virus”, fue la respuesta de la portavoz a la pregunta de si, por ejemplo, los guardias habían sido divididos en grupos que no tenían contacto entre sí.

Según comentó Kučerová, todos están obligados a llevar una mascarilla para cubrir la nariz y la boca, los presos al igual que los guardias. Como todos los demás, también las prisiones deben respetar los decretos del Gobierno.

Las cárceles no solo han recibido mascarillas del Gobierno, sino que se dedican también a fabricarlas, junto con otro material de protección. Como indicó la portavoz, están participando presos de prácticamente todas las cárceles. “Fabrican principalmente para satisfacer las necesidades de la cárceles y del servicio penitenciario. Pero hay también prisiones que están ayudando a otros organismos, como ciudades, municipios, hospitales, residencias de ancianos u ONG”.

Riesgos asociados

Miloš Zeman y Jan Hamáček durante del encuentro en Lány,  foto: twitter oficial de Jiří Ovčáček
Mientras que el COVID-19 no ha penetrado en las prisiones checas, otros países se enfrentan a mayores dificultades. Expertos sostienen que en Estados Unidos, por ejemplo, los presos podrían convertirse en el grupo más vulnerable de todos. En Italia hubo disturbios en marzo como consecuencia de las restricciones a las visitas en las cárceles.

Según comentó la portavoz, las prisiones están preparadas y el servicio penitenciario cuenta con un manual en caso de que el contagio afecte a alguna de sus instalaciones. “El riesgo existe y estamos preparados para responder”, añadió sin proporcionar más detalles por cuestiones de seguridad. No obstante, según opina, las direcciones de las prisiones serían capaces de crear para los presos condiciones parecidas a la cuarentena en casa.

El fin de semana, en una entrevista para el diario Blesk.cz, el tema fue abordado por el presidente checo Miloš Zeman. Más específicamente en el contexto de una posible amnistía, paso propuesto por algunos juristas como medida para minimizar el riesgo de contagio en las prisiones.

El presidente rechazó la idea, entre otras razones, porque, en su opinión, muchos de los presos amnistiados correrían riesgo de quedarse sin techo. Según sostuvo, en la cárcel por lo menos cosen mascarillas.

Kučerová, por su lado, comentó que el riesgo no es mucho mayor que en circunstancias normales, ya que los presos, por lo general, no suelen contar con vínculos familiares o personas que los apoyen una vez que salen de la cárcel.

Autores: Romana Marksová , Martin Zíta
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