Un nuevo programa para reclusos violentos quiere hacer caer el número de reincidentes
La República Checa está implementando un sistema de terapias para asesinos y agresores con el objetivo de que sepan gestionar mejor sus emociones cuando salgan de la cárcel. La fase piloto ha funcionado y la experiencia en otros países ha arrojado sorprendentes resultados.
Cientos de reclusos de seis cárceles checas ya han probado el conocido como Good Lives Model, un programa de terapias para tratar a personas que cumplen condena por crímenes violentos.
Jaroslav, un hombre delgado y de pelo largo de Kladno que pasó casi once años en prisión, contó a la Radio Checa su experiencia dentro del programa.
“Me condenaron en 2011 por intento de asesinato. Éramos unos diez en ese grupo. Se lleva a cabo en forma de terapia de grupo, hablando. Para mí, lo más importante era, seguramente, ese espacio para poder hablar por mí mismo y sobre mí mismo”.
Los reclusos hablan de sus problemas, aprenden a gestionar sus emociones y a comprender las necesidades de los demás.
Según Miroslava Maťátková, de la ONG Volonté, los presos pasaron por 240 horas de terapia. A lo largo de ese proceso se pudo ver toda una evolución, asegura.
“Hubo mucha emoción, lágrimas. Primero por resistencia, luego, por la aceptación. Tal vez se dijeron a sí mismos: ‘De acuerdo, soy un viejo delincuente, pero ahora me he dado cuenta de que esto ya no es para mí y ya no quiero vivir así’”.
Unos 400 asesinos y agresores han pasado ya en Chequia por el programa, que les enseña a reaccionar de forma distinta a la que estaban acostumbrados, explica el director de la ONG Volonté, Lukáš Salivar.
“Se pretende provocar un cambio para que resuelvan los problemas de la vida de una manera diferente, es decir, de una manera no violenta. Porque hasta ahora era completamente normal que resolvieran todo con violencia”.
Chequia es el segundo país de la Unión Europea, después de Alemania, en el que se implementa el programa Good Lives Model. La mitad de los presos que han pasado por él han visto cómo aumentaban sus posibilidades de poder salir de la cárcel antes de cumplir la condena íntegra. Además, el proyecto en sí mismo demuestra que la estancia en la cárcel deteriora aún más el perfil psicológico de los criminales. Por todo ello, cabe esperar que se extienda pronto a todo el sistema penitenciario, asegura Lukáš Salivar.
“El proyecto se diseñó desde un principio para convertirse en la metodología oficial de los Servicios Penitenciarios y se extienda a todos los centros penitenciarios. Este objetivo se cumplirá”.
El propio director de los Servicios Penitenciarios, Simon Michailidis, celebró la aportación que ha hecho la ONG y el propio programa, cuya fase piloto ha durado tres años.
Good Lives Model ya funciona en países como Canadá o Australia, donde las estadísticas demuestran que la cantidad de reclusos que reinciden en sus delitos se ha reducido hasta la mitad.