Las jóvenes ganadoras del XXVII Premio Iberoamericano
Una comparación sobre la temática rural en la literatura española y la checa, un análisis sobre ciertas ideas feministas en la obra de Lorca y un trabajo sobre la representación del indígena en los murales de Diego Rivera fueron los ensayos distinguidos en una nueva edición del Premio Iberoamericano. Les proponemos conocer a estas jóvenes promesas del ámbito de la investigación.
En la Universidad Carolina de Praga tuvo lugar el jueves pasado la ceremonia de entrega de la vigésima séptima edición del Premio Iberoamericano. En este caso, la gran ganadora fue Stela Houserová, una joven estudiante de sociología de la Universidad Masaryk de Brno que realizó una comparación entre la literatura española y la literatura checa en lo que respecta a la temática rural, tomando como principal referencia un interesante concepto que descubrió durante una estadía en España.
“Hace dos años me fui a la Universidad de Granada de Erasmus y en una clase de sociología rural nos han hablado de ese término y me cautivó porque nunca había oído algo similar en el contexto checo, lo fui investigando un poquito hasta saber que hay algo similar en la literatura y decidí que era un tema perfecto para un ensayo”.
Ese concepto es el de “neorruralidad”, que Houserová define como una vuelta de la ciudad al campo en busca de una vida menos estresante, más simple, auténtica y más cercana a la naturaleza. Para realizar este trabajo, Houserová se concentró sobre todo en las obras de ambas literaturas escritas durante los últimos años y, por ejemplo, para abordar los libros checos tomó como referencia las novelas distinguidas por el prestigioso premio Magnesia Litera. Sin embargo, su intención de encontrar ecos de “nueva ruralidad” en ambas literaturas se convirtió, con el correr de la investigación, en una comparación basada en una serie de diferencias muy evidentes.
“Me parece que, de verdad, el campo tiene aquí más unas connotaciones negativas que positivas, es un espacio muy atrasado y los habitantes son muy conservadores, etc, pero en la literatura española yo he encontrado muchas veces que el campo puede ser una esperanza para el futuro en plena crisis ecológica puede ser una esperanza”.
Stela Houserová considera su participación en el Premio Iberoamericano como una experiencia muy importante en su vida que además le da un gran incentivo para continuar con sus estudios. También de la Universidad Masaryk de Brno, Veronika Polanská obtuvo el segundo premio gracias a su trabajo sobre la representación del indígena en los murales de Diego Rivera. Y también ella explica que la idea del trabajo se la debe, sobre todo, a un viaje que pudo realizar justo antes de la pandemia.
“Yo siempre tuve un cariño especial por México, su historia y su cultura pero el verdadero impulso para hacer este trabajo fue un viaje que hice a México en 2019 donde tuve la oportunidad de conocer los murales en persona y esto me motivó más para hacer el trabajo”.
Si bien en Chequia suele ser mucho más conocida Frida Kahlo que Diego Rivera, Polanská ya conocía su virtuosismo como artista, pero aun así, durante ese viaje, la impresionó el impacto que sigue teniendo en la actualidad la obra de Diego Rivera en la población mexicana. Al profundizar un poco en el tema, Polanská tuvo la sensación de que el indígena es siempre el verdadero protagonista de los murales, aun en los casos en que no lo parece, además de ser para Rivera una de las claves a la hora de dar cuenta de la identidad nacional. Actualmente, Polanská está haciendo un máster en literatura hispánica en Madrid por lo que no pudo asistir a la ceremonia. Sin embargo, a pesar de la distancia, se emocionó al enterarse de que su trabajo había sido elegido.
“Fue una sorpresa para mí muy grande y realmente no pensaba que iba a ganar, y una felicidad extrema porque para mí es un éxito excepcional, puedo decir que es mi primer éxito académico y también me alegró mucho que la misma embajadora de México se emocionó mucho con mi trabajo y eso es para mí un premio más grande que todo”.
La otra ganadora fue Klára Nikitínská, estudiante de la Universidad de Bohemia del Sur de České Budějovice, que investigó algunas ideas feministas en la obra de Federico García Lorca. También muy contenta por el premio, Nikitínská le agradece a su profesor David Andrés Castillo por haberle inculcado la pasión por la obra de García Lorca, de quien empezó leyendo La casa de Bernarda Alba, obra a la que le dedica un lugar destacado en su ensayo, pero también algunos poemas con mucha presencia de mujeres.
“Absolutamente me encanta, tiene un estilo muy original y lo que me gusta mucho es el empleo de los protagonistas femeninos ya que no aparecen tanto en la literatura o no conozco tantas obras de hombres en que las mujeres tengan tanta importancia y también me gusta lo simbólico porque es importante leer las obras de Lorca con atención, porque a veces podemos descubrir que hay mucho más en las obras de lo que pensamos”.
Si bien explica que en muchas de las obras de Lorca pueden encontrarse temas muy interesantes para pensar desde la perspectiva feminista, en el caso de La casa de Bernarda Alba le interesa, sobre todo, que, sin marido, ella queda a cargo de cinco hijas y, por lo tanto, debe reprimir su femineidad para ser respetada. Justamente por no contar con el apoyo de ningún hombre que, en la época en que fue escrita la obra, en la década del 40, ostentaba todo el poder en detrimento de las mujeres que no tenían las oportunidades de hoy. Pero también le interesa mucho el personaje de Adela, la hija menor. Según su perspectiva, ella es la figura que más se opone a Bernarda Alba representando, a su vez, la rebelión contra el sistema que padecen las mujeres.
“Me parece que lo más importante para Bernarda Alba era que la gente pensara que Adela había muerto virgen, se entiende desde la óptica de esa época, pero si lo vemos desde un punto de vista más moderno podemos llegar a la conclusión de que Adela es definida por sus relaciones sexuales y me parece que en el caso de las mujeres eso es un tabú grande, una problemática mucho más compleja”.
Además de las tres ganadoras esta XXVII edición del Premio Iberoamericano entregó una mención especial a Michael Mačika por su trabajo sobre el Salazarismo, el régimen que, en su momento, arrastró a Portugal a un lugar periférico en Europa.