La música preferida de los presidentes
La música popular, el rock, el jazz, el pop. El gusto musical de los presidentes checos ha sido muy variado. Václav Havel era el que más amigos tenía entre los artistas, incluyendo a varias estrellas mundiales.
Ah, hijito hijo (Ach synku, synku) es una de la canciones populares checas más conocidas. Dicen que fue el tema preferido del primer presidente checoslovaco Tomáš Garrigue Masaryk, que lideró el país entre los años 1918 y 1935. La tocaban casi durante todos sus viajes al campo. Sin embargo, según la biografía publicada por Zdeněk Nejedlý, su canción preferida era Corre agua, corre (Teče voda, teče).
Las preferencias musicales de los presidentes checoslovacos comunistas no son muy conocidas. En reuniones solemnes, cumbres y desfiles del Primero de Mayo se escuchaban, sobre todo, las canciones habituales como La Internacional, y ay de los participantes que no conociesen la letra.
A Václav Havel le encantaba la música
Joan Baez, Frank Zappa, Lou Reed, The Rolling Stones, así como el grupo checo The Plastic People of the Universe. Ese es el resumen del mundo musical de Václav Havel, el primer presidente checoslovaco tras la caída del comunismo.
Cuando Bill Clinton visitó Praga, Havel lo llevó a escuchar jazz a la sala Reduta, situada en el centro de Praga, para deleitar al presidente estadounidense conocido por su afición a tocar el saxofón.
Muy famosa es también la historia con Joan Baez, que en 1989, antes de la Revolución de Terciopelo, llegó al festival Lira de Bratislava, en Eslovaquia. Entonces surgió la famosa fotografía en la que se ve a la cantante saliendo del ascensor del hotel al lado del entonces disidente Václav Havel, que llevaba su guitarra. En la entrada Havel dijo que era uno de los mozos del equipo de Baez y así se coló en el concierto. Desde el escenario, luego, la cantante leyó un mensaje para Havel y los signatarios de Carta 77, declaración que pedía a los dirigentes comunistas adherirse a sus propias leyes y los principios de derechos humanos recogidos en los Acuerdos de Helsinki.
Tras ser elegido presidente en 1990, la revista musical Rolling Stone le pidió una entrevista a Havel. Él aceptó bajo la condición de que las preguntas las haría el músico Lou Reed. El famoso cantante llegó a Praga especialmente para realizar la entrevista. Aquella vez Havel y Reed se vieron por primera vez. Y luego volvieron a reunirse muchas veces más.
Havel acogió en Praga también a los Rolling Stones. El grupo le trajo varios regalos, entre ellos el control remoto para la iluminación de las salas del Castillo de Praga con el símbolo de la lengua. Dicen que Havel se entusiasmó como un niño pequeño al recibirlo.
“Havel fue el único político que me gustó”, indicó más tarde el batería Charlie Watts.
Klaus a la armónica, Zeman al piano
El gusto musical de Václav Klaus difería bastante del de su antecesor Václav Havel: prefería el jazz. A partir del año 2004 acogió el festival Jazz en el Castillo. También solía inaugurar el festival de música clásica Litomyšl de Smetana y frecuentaba los conciertos de la banda Folimanka Blues en la que tocaba su secretario Ladislav Jakl.
Klaus toca la armónica. Por su parte, su sucesor Miloš Zeman dio a conocer que tenía un abanico musical muy amplio. Entre sus canciones preferidas figuraba, por ejemplo, la canción Sentimental Journey de Ella Fitzgerald, la versión checa de la pieza Un día tú volverás, de Ennio Morricone, interpretada por la cantante Věra Špinarová, los Nocturnos de Frédéric Chopin y la canción popular Silencioso Morava. Zeman toca el piano, por ejemplo, tocó en Praga durante la visita oficial al país del presidente chino Xi Jinping o del entonces primer ministro ruso Dmitri Medvédev.
Las preferencias del futuro presidente del país siguen siendo desconocidas. Los checos conocerán al próximo jefe de Estado recién el 28 de enero, una vez terminada la segunda vuelta de las elecciones presidenciales.
