La empresa Baťa cumple 120 años en el mercado mundial del calzado

En septiembre de 1894 surgió en la ciudad checa de Zlín la empresa de calzado Baťa. Tras 120 años de existencia la compañía mantiene su lugar puntero entre los mayores exportadores de calzado del mundo.

Sin exagerar se puede decir que son pocos los lugares del mundo donde no se venden zapatos marca Baťa, o Bata como se les conoce comúnmente.

En 1894 tres hermanos Tomáš, Antonín y Anna decidieron fundar una empresa de calzado. Se trataba de un asunto que llevaban en las venas, ya que el oficio se venía heredando en la familia desde el siglo XVII.

El éxito de la empresa fue tal que en los años 30 contaban con sucursales en más de 60 países y se situaban entre los primeros exportadores de calzado del planeta.

La empresa Baťa en Zlín,  foto: ČT
Después de un viaje de negocios a la India en 1932, Tomáš Baťa reunió a sus empleados y les dijo que no había que temer por el futuro, porque la mitad de los habitantes del planeta andan descalzos y sólo el 5% tiene zapatos buenos.

Ese mismo año Tomás Baťa falleció en un accidente de aviación. Al frente de la empresa quedó su hermanastro Jan Antonín que la convirtió en una compañía de proyección internacional.

En 1948 el régimen comunista confiscó la empresa, y los Baťa huyeron del país, Jan Antonín a Brasil y su sobrino Tomáš a Canadá.

Tomáš Baťa
Tras la Revolución de Terciopelo de 1989, Tomáš Baťa visitó Praga.

“El cambio a la democracia resulta muy impresionante, vuelve la libertad. Espero que muchos empresarios eleven al nivel mundial la industria y el comercio checoslovacos”.

A partir de ese momento Tomáš Baťa visitaba regularmente el país. Fue uno de los frecuentes invitados del expresidente Václav Havel al encuentro mundial de intelectuales Foro 2000 y recibió honores en la ciudad de Zlín. Falleció en 2008 a los 92 años de edad.

Además de la expansión en el mercado mundial del calzado, la empresa Baťa fue pionera en la mecanización de la producción, la primera en manejar un nuevo sistema en el que los empleados tenían un horario de trabajo fijo, y fue el primer empresario que colocó grandes carteles de publicidad en sus puntos de venta.

Jan Antonín Baťa,  foto: ČT
Además de zapatos, en su momento, se dedicó a la producción de aviones deportivos, planeadores y neumáticos.

Junto con el calzado para hombres, mujeres y niños, actualmente Baťa diseña, produce y comercializa zapatos de seguridad y calcetines para el mercado profesional, dispone de sucursales en diferentes partes del mundo con más de 50.000 empleados.

En América Latina sus grandes filiales se encuentran en Chile y México, mientras que en Brasil perdura una profunda huella Baťa.