La corrupción y las luchas políticas convulsionan la Empresa de Transporte de Praga
El viernes la Policía allanó las oficinas de la Empresa de Transporte de Praga. Buscaban pruebas por las denuncias presentadas por el recién destituido director general de la compañía, Vladimír Lich, que señalan prácticas corruptas millonarias. Las acusaciones entre los responsables de la empresa se cruzan con las de los políticos de la capital.
La Policía irrumpió en sus oficinas el viernes por la mañana buscando pruebas de las acusaciones hechas por el director de la compañía hasta el pasado miércoles, Vladimír Lich, contra ocho trabajadores que habrían cerrado supuestamente decenas de contratos en contra de los intereses de la empresa. Siete de estos acuerdos no pueden ser anulados, según una auditoría independiente llevada a cabo por Transparencia Internacional.
Miembros de esa organización estuvieron presentes durante la operación policial, tras denunciar desde hacía meses irregularidades en los acuerdos cerrados por la compañía.
La suma total de contratos perjudiciales para la Empresa de Transportes es de casi un centenar. Pero Vladimír Lich asegura que ahí no queda la cosa.
“En el año 2011, 700 millones de euros pasaron por la Empresa de Transporte de Praga. De ellos, 100 millones de euros lo hicieron sin contrato”.
Como ejemplo de los contratos hechos en contra de los intereses de la empresa aporta Lich el de las pantallas que en las estaciones de metro muestran publicidad. Por ellas la compañía paga cada mes 60.000 euros. “Yo considero que ya que están ocupando nuestro espacio, deberían ser ellos los que nos pagaran a nosotros”, dice.Las denuncias fueron presentadas el mismo día en que Lich cesaba en su cargo por decisión del Consejo de Control de la compañía, que argumentaba su incompetencia a la hora de asegurar propiedades de la empresa. Pero el ya ex director apunta a que la decisión del Consejo de Control se debía más bien a luchas políticas internas dentro del Partido Cívico Democrático y que eran un ataque frontal contra el alcalde mayor de Praga, Bohuslav Svoboda, que por su parte, salía en defensa de Lich.
Una de las denuncias presentadas señala al ex director de la Empresa de Transporte, Martin Dvořák, que durante la era del también cívico-demócrata Pavel Bém como alcalde mayor de Praga, habría puesto su firma en una gran cantidad de los contratos sospechosos.
Otro miembro de ese partido, que también lo es del Consejo de Control, el político del Partido Cívico Democrático David Vodrážka, está ligado supuestamente a la venta de propiedades de la compañía por precios muy por debajo de su valor real. El ganador del concurso de compra resultó la empresa Crescon, que según la Televisión Checa, había sido fundada por bufete de abogados Šachta & Partners, empresa que habría ayudado a organizar todo el proceso de licitación.
Vodrážka, que fue quien propuso el cese de Lich, critica las declaraciones del ex director, en las que se presenta como alguien honesto, y pone al resto como ‘padrinos’, dijo.Pero la auditoría de Transparencia Internacional señala también a políticos del Partido Socialdemócrata, que durante muchos años ha gobernado en coalición con el Partido Cívico Democrático el Ayuntamiento de Praga.
Vladimír Lich era director de la Empresa de Transportes de Praga desde marzo, cuando fue nombrado sin la celebración de ningún concurso.