La actriz Anna Letenská - víctima de la barbarie nazi
Anna Letenská fue una de las grandes actrices checas de los años 30 del siglo pasado. Los directores de teatro y cine luchaban por contratarla y los guionistas escribían para ella papeles dramáticos y cómicos.
Durante su carrera artística, Anna Letenská actuó en una treintena de filmes, sobre todo cómicos. El Teatro de Vinohrady, de Praga, le ofreció a su vez la posibilidad de dar vida a muchos personajes del drama mundial. Inolvidables resultaron sus actuaciones en la pieza "La tempestad", del ruso Aleksander Ostrovski, o en "La linterna", del clásico de la literatura checa, Alois Jirásek.
Anna Letenská heredó el talento artístico de sus padres, miembros de una compañía de teatro itinerante. A los ocho años, Anna comenzó a actuar junto con sus padres en los escenarios de las más diversas ciudades checas.
Anna Letenská debe su descubrimiento para el séptimo arte a la Radiodifusión Checa, donde la vio actuar el director de cine, Miloslav Jares. La voz y el talento de la jóven le asombró de tal modo que la contrató de inmediato para una de sus películas.
Pero llegó la Segunda Guerra Mundial y el régimen nazi, que cambió trágicamente el rumbo de la vida de Anna Letenská.
La actriz y su marido ofrecieron refugio al médico que había atendido a los paracaidistas checoslovacos que perpetraron el atentado al entonces "protector" nazi en Bohemia y Moravia, Reinhard Heidrich.
Como consecuencia de ello, los nazis desencadenaron en el país un verdadero terror que costó la vida a miles de checos. Ayudar a alguien que estuviese vinculado con el atentado era entonces testimonio de gran valentía y patriotismo.
El acto heroico de Anna Letenská no quedó oculto a la Gestapo. En el curso de infinitos interrogatorios, los nazis trataban de convencerla para que revelara nombres e informaciones vinculadas con el atentado contra Reinhard Heidrich.
Seguida todo el tiempo por la Gestapo, Anna Letenská pudo terminar la última película de su vida, que fue paradójicamente una comedia con un título irónicamente simbólico para esos momentos - "Llegaré pronto". La Gestapo la vigilaba incluso durante el rodaje.
El director de la película, Otakar Vávra, describió el dramático transcurso de la filmación:
"Durante todo el tiempo, Anna Letenská permanecía sentada con la cabeza entre las manos, mientras que al salir ante las cámaras se mostraba repleta de humor. Nos dimos cuenta de que en aquellos momentos se preparaba para la muerte".
Tras concluir el rodaje de la película, la Gestapo envió a Anna Letenská al campo de concentración de Mauthausen, donde fue fusilada la mañana del 24 de octubre de 1942.
Tras la Segunda Guerra Mundial, en 1945, Anna Letenská fue condecorada a título póstumo por el entonces presidente de la República, Edvard Benes, con la orden de la "Cruz Checoslovaca de Guerra". Dos años más tarde, en el Teatro de Vinohrady, de Praga, fue develada su escultura que recuerda el trágico destino de esa actriz checa, una de las tantas víctimas del terror nazi.