Klaus lanza críticas contra la política antitabaco de la UE
El presidente, Václav Klaus, es un hombre de paradojas. Aficionado al deporte y no fumador, inauguró este miércoles una nueva planta del gigante tabacalero Philip Morris en Chequia. Y aprovechó la oportunidad para criticar la política antitabaco de los países comunitarios.
El mandatario checo recalcó que los excelentes resultados económicos y la expansión de la empresa son producto de la exitosa privatización de la industria checa después de la revolución de 1989. También aprovechó la ocasión para criticar la prohibición de fumar en restaurantes, medida adoptada por la mayoría de los países comunitarios.
“La manera en que la Unión Europea lucha contra el tabaquismo es ridícula. Todos sabemos que las rigurosas prohibiciones del tabaco en el pasado sólo han tenido efectos negativos, como la importación ilegal o la fabricación doméstica de cigarrillos. Con prohibiciones nunca se soluciona nada”, sostuvo el mandatario.La participación de Klaus en Kutná Hora despertó reacciones contrarias incluso entre sus fieles, como es el diputado por el Partido Cívico Democrático, Boris Šťastný, quien sostuvo que respetaba la decisión del presidente pero que él mismo nunca apoyaría una “fábrica de muerte”.
También la directora del Centro de Tratamiento de Dependencia del Tabaco, Eva Králíková, condenó el discurso de Klaus.
“El presidente, como profesor de economía, no debería fiarse de los datos publicados por una empresa tabaquera e influidos por sus objetivos comerciales, sino fijarse en los informes del Banco Mundial u otras autoridades internacionales que demuestran que la producción y venta de tabaco no supone ganancias sino pérdidas millonarias para los países europeos, entre ellos, la República Checa”, argumentó Králíková.
En Chequia mueren por tabaquismo cerca de 18.000 personas al año, es decir, 50 cada día. Informes médicos indican que después de fumar 200.000 cigarrillos, el riesgo de cáncer de pulmón en una persona aumenta 50 veces.La nueva planta en Kutná Hora, que costó unos 30 millones de euros, permitirá a Philip Morris incrementar su producción en el país de 30 a 40 mil millones de cigarrillos al año.