Hace 90 años fue bendecida la iglesia del Sagrado Corazón de Jože Plečnik
Uno de los edificios eclesiásticos checos más importantes del siglo XX, la iglesia del Sagrado Corazón del Señor de la Plaza Jorge de Poděbrady en Praga figura en la lista de monumentos culturales nacionales de la República Checa desde 2010.
La majestuosa construcción rebosa de simbolismo real. Las piedras que sobresalen de la fachada de cerámica recuerdan el manto real de armiño y la cúpula de metal de la torre simboliza el orbe.
La historia de la iglesia
En 1919, la zona de Vinohrady estaba en pleno florecimiento y anunció una licitación pública. La Iglesia de Santa Ludmila en la Plaza de la Paz (Náměstí míru) ya no era lo suficientemente grande para acoger a todos los creyentes y se necesitaba un nuevo gran templo.
El autor del proyecto ganador fue el del arquitecto esloveno Jože Plečnik, quien transformó de manera significativa también el Castillo de Praga, trabajo que le encargó el primer presidente checoslovaco, Tomáš Garrigue Masaryk.
La iglesia cuenta con una planta rectangular de 38 por 26 metros y un techo artesonado de 13 metros de altura. Tiene una torre de 42 metros que luce una cúpula de cobre con una cruz. La gran ventana redonda de la torre originalmente dejaba entrar la luz de la mañana en la iglesia. Más tarde albergó el reloj más grande del país, con un diámetro de casi siete metros y medio. La fachada es muy decorativa, hasta las tres cuartas partes de su altura la construcción está hecha de ladrillos esmaltados. La fachada cuenta con tres grandes portales en la parte frontal.
El 8 de mayo de 1932, el arzobispo de Praga, el cardenal Karel Kašpar, consagró la iglesia al Corazón de Jesús para agradecer la independencia lograda por Checoslovaquia y pedir protección para el país. Lamentablemente, no fue suficiente.
Seis campanas de la torre fueron quitadas por los ocupantes nazis durante la Segunda Guerra Mundial y las convirtieron en armas. La torre solo conservó su campana más pequeña. En 1992, dos de las seis campanas originales, obras de la familia Manoušek, regresaron a su sitio original.