Frantisek Palacký fue líder espiritual del Resurgimiento checo

Frantisek Palacký

En la presente edición de "Personalidades checas" les ofrecemos una semblanza de Frantisek Palacký, un hombre de gran envergadura intelectual que se hizo famoso como símbolo de la vida pública checa del siglo XIX y por su asiduo trabajo en el campo de la historia.

Es una regla que los hombres ilustres se ganen apodos honoríficos. El rey Carlos IV fue "El padre de la Patria". El pedagogo y pensador Juan Amos Comenio "El maestro de las naciones". Y el sobrenombre "Padre de la nación" pertenece a Frantisek Palacký, una importante figura de la vida cultural y política del Estado checo en el siglo XIX.

La trayectoria de Frantisek Palacký se inició en 1798 en la aldea de Hodslavice, Moravia del Norte. Fue el más talentoso de doce hermanos, no obstante, nunca cursó estudios universitarios y todos los conocimientos los adquirió como autodidacta.

Sus primeros pasos en el mundo cultural los dio, al ejercer de preceptor en una familia noble húngara. En aquella época tomó parte en varias tertulias intelectuales. Fue entonces cuando puso de manifiesto sus capacidades.

La vida de Frantisek Palacký coincidió con el Resurgimiento Nacional, cuando los checos cultos, en la sombra del imperio austríaco y luego austro-húngaro, intentaban recobrar el pasado glorioso checo que debía servir de ejemplo para sus coetáneos.

El mismo Palacký fue uno de los portadores de este movimiento, redactó varios tratados sobre la antigua literatura checa. A sus 25 años llegó a Praga para introducirse en el centro de la vida cultural e intelectual. En la capital permaneció hasta el fin de sus días.

A Praga viajó bien preparado, dominaba once idiomas y poseía amplios conocimientos de historia, ciencia y literatura. También destacó con modales sociales exquisitos. Además podía dedicarse a sus investigaciones sin temor de la penuria, ya que se casó con una mujer rica.

No es nada fácil enumerar todas las actividades a las que Frantisek Palacký consagró su vida. Uno de sus méritos es la edición de varias revistas. Era escritor y científico. No obstante, su pasión era la historiografía. Se le considera su fundador.

Al llegar a Praga, decidido a dedicarse a estudiar la historia checa, comenzó a trabajar para el aristócrata Karel Sternberk. Se dedicó a la confección de árboles genealógicos. Más tarde trabajó para los Sternberk como archivador familiar. Durante ese período ganó mucha experiencia en un campo en el que luego sabía desempeñarse muy bien.

En los años 30 del siglo XIX fue nombrado historiógrafo nacional y escribió muchos artículos sobre la evolución histórica de la nación checa. Su tratado sobre el movimiento husita fue sometido a duras crítica por parte de la censura austriaca.

Palacký fue acusado de ataques contra la Iglesia católica, a pesar de ser evangélico y de su esfuerzo por evitar cualquier tipo de sentimiento religioso personal en el marco de su obra.

La obra cumbre de Frantisek Palacký es la "Historia de la Nación checa en Bohemia y Moravia" que describe los orígenes del pueblo checo hasta el inicio del gobierno de los Habsburgo, en 1526. Para Palacký fue cuando los checos acabaron de ser portadores de su propia historia.

En la redacción de su obra Palacký hizo valer su extrema diligencia y laboriosidad, buscando numerosas informaciones a través de archivos europeos que visitaba.

En el año revolucionario de 1848, Frantisek Palacký fue incurrido en la vida política. Defendía la idea de la monarquía austriaca constitucional, no absoluta como era, que garantizaba la apropiada evolución de las naciones eslavas en su marco.

Tras la revolución y la renovación del absolutismo, Palacký se retiró de la política y trabajó como literato e historiador privado. Sin embargo, su fama de "símbolo de la vida intelectual" no se vio mermada en absoluto. Nunca dudó en defender la nación checa contra el poder absoluto en todos los campos, incluyendo el lingüístico.

Ya como hombre maduro volvió a la política, pasada la época más dura del absolutismo. En 1868 participó en la colocación de la primera piedra del futuro Teatro Nacional. En aquel entonces recibió el apodo "Padre de la nación".

Frantisek Palacký falleció en 1876 de neumonía, a sus 77 años. A la ceremonia fúnebre asistieron unas 50 000 personas provenientes de todo el país. Su legado queda grabado en la historia, a través de su extensa obra, y le recuerda un monumento elevado cerca de uno de los puentes de la capital, que lleva el nombre de Palacký.

Autor: Jaroslav Smrz
palabra clave:
audio