Euroescepticismo de Klaus molesta a los políticos checos
El presidente de la República Checa, Václav Klaus, afirmó que está dispuesto a firmar el Tratado de Lisboa sólo después de que lo ratifique Irlanda. Representantes de varias formaciones políticas critican el euroescepticismo del presidente.
“No veo ningún motivo para sumarme a los políticos europeos que presionan sobre Irlanda por la ratificación del Tratado de Lisboa. Sin un cambio en la postura irlandesa el documento no tiene futuro. Cualquier debate sobre la aprobación del Tratado por el Gobierno checo es prematuro en este momento y carece de sentido”, destacó Klaus.
La postura vacilante de Klaus hacia el Tratado de Lisboa es criticada por el opositor Partido Socialdemócrata, que insiste en la ratificación del documento antes de fin de año. Su presidente, Jiří Paroubek, considera la declaración de Klaus como otro intento de frenar el proceso de aprobación del Tratado por la República Checa.
“El presidente Klaus debe ser consciente de que el éxito de la presidencia checa de la Unión Europea dependerá en gran medida de si el país haya ratificado antes el Tratado de Lisboa. Para que la República Checa pueda negociar efectivamente con Irlanda sobre la aprobación del documento el próximo año, necesita tenerlo ratificado”, señaló Paroubek.
También los democristianos, que forman parte de la coalición gubernamental, se sienten molestos por la actuación de Klaus en el ámbito de la política internacional.
El vicepresidente del democristiano Partido Popular, David Macek, exhortó al Gabinete de Mirek Topolánek a que interviniera contra “las actividades destructoras” del presidente Václav Klaus en política exterior. Según Macek, el rechazo de Klaus al Tratado de Lisboa, sus críticas a la lucha contra el calentamiento global y su postura hacia el plan de los líderes europeos para solucionar la crisis financiera mundial, podrían llevar a la República Checa a un aislamiento internacional. Topolánek no se ha expresado aún al respecto.