El ukelele checo
Rafael Suárez es un joven español de 23 años que vino a Praga a través del programa Erasmus prácticas. Aunque en un primer momento Praga no fue su destino elegido, pronto empezó a engancharse a su historia, su comida y sobre todo a la pasión musical del país.
“Yo empecé hace dos años un curso de química ambiental y este año era el último. Mi profesor me preguntó que si para realizar las prácticas en empresa me gustaría irme al extranjero. Él me mandó la solicitud y me dijo “¿Dónde te gustaría ir?” Y yo le respondí, que a Inglaterra, Irlanda o Escocia. Y aquí estoy en Praga. Pero la experiencia, la verdad está yendo bien”.
Tras realizar un proceso de entrevistas con diferentes entidades, Rafael encontró trabajo en un sector diferente al suyo. Unas prácticas en la universidad que hicieron que pronto le picara el gusanillo del conocimiento.
“Yo soy químico ambiental y aquí estoy trabajando en una empresa de microbiología cultivando bacterias, viendo su forma de vida respecto a un agua activada por plasma... es algo muy raro pero fácil”.
Rafael Suárez también comenta que es lo que más y menos le gusta de su ciudad de acogida.“De la ciudad lo que más me gusta es la música. Soy músico, me gusta mucho la música, tengo mi grupo en España... Lo que tocamos es blues rock and roll, cosas antiguas. Quizás lo que menos me gusta sea la oscuridad. A las 4:30 aquí ya es de noche y todo se vuelve como triste”.
Pero si hay algo que realmente le ha enamorado a este joven, eso ha sido el homenaje que la ciudad ha hecho al cantante John Lennon en la Isla de Kampa.
“Soy un gran fan de los Beatles, y aquí hay una cosita que se llama el muro de John Lennon. Cuando se supo que murió John Lennon de los cinco disparos por la espalda en Nueva York, la gente de Praga salió a la calle y fue a un rincón de la ciudad y se pusieron a pintar mensajes de letras de John Lennon como Imagine. Para mi esto es un gesto muy bonito de la ciudad de Praga. Un monumento muy moderno pero a su vez esconde mucha historia”.
A pesar de las diferencias culturales entre España y la República Checa, Rafael ha sabido acostumbrarse a las tradiciones checas y sobre todo a la comida típica.“Yo vengo del sur de España y allí lo que hay es mucho pescado. Pero también es verdad que vengo de Huelva donde también hay mucho cerdo, el animal. Y por eso la comida checa de momento no se me está dando mal. El plato que más me gusta... quizás el codillo, el famoso koleno, es muy grande pero se puede, si vas con ganas te lo comes.”
Si hay un instrumento típico en España ese es la guitarra. Para no sentirse muy lejos de casa, Rafael decidió buscar varios instrumentos que le acercaran más a su tierra aunque uno de ellos sea de un país un poco lejano a España.
“La primera semana fue curiosa porque hablando con mi coordinador le dije que tocaba la guitarra y él me dijo que tenían una. Empecé a tocarla, sonaba y suena muy mal, así que yo dije que no podía seguir así. Buscando por Internet en sitios de segunda mano, di con un pequeño instrumento llamado ukelele, un instrumento hawaiano, muy chulo, que tiene un sonido muy dulce. Vi el precio y era factible. Entonces fui corriendo y me pillé un ukelele. He aprendido a tocar con el ukelele tres o cuatro canciones, y cuando vuelva a España ya le daré más caña”.
Para todos aquellos turistas que vienen a la capital checa a pasar unos días, nuestro protagonista les recomienda una de las actividades que más le han gustado.“Hace como un mes fui a un tour gratuito por Praga y nos comentaron la película Amadeus dirigida por Miloš Forman que habla de la historia de Mozart. Nos contó que Mozart estrenó aquí la ópera “Don Giovanni” y fue apoteósico. La gente aplaudiendo quince minutos... Entonces decidimos ir a ver la famosa obra de Mozart. La verdad que a mí me encantó, es ópera, a mí me gusta muchísimo. Es en italiano pero hay subtítulos para las personas que no se les den bien los idiomas. Lo recomiendo fervientemente porque es genial”.
También Rafael nos comenta que es fundamental que los turistas y nuevos residentes tengan una mente abierta a otra cultura totalmente diferente a la hispana.
“Que sean abiertos. Praga tiene muchas cosas por descubrir. Si les gusta la música, esto les encantará. Abrirse, explorar y disfrutar de la música”
Y así ve él mismo su futura permanencia en la capital checa.
“No lo creo porque gracias a quien sea voy a tener trabajo en España cuando vuelva. Pero si me gustaría volver a Praga y seguir explorando y conocer más de la ciudad.”
Esta es la vida de este joven español que nunca pensó acabar en esta preciosa ciudad, pero que el destino ha querido que conozca y disfrute.