El primer ministro sigue sin resolver quién será el jefe del Servicio de Seguridad e Inteligencia (BIS)

Michal Koudelka

El primer ministro Andrej Babiš y el presidente Miloš Zeman no lograron un acuerdo, este lunes, sobre el futuro del director del Servicio de Seguridad e Inteligencia (BIS).

Durante la visita oficial del primer ministro checo, Andrej Babiš, a EE.UU. en 2019, el director del Servicio de Seguridad e Inteligencia (BIS), Michal Koudelka, recibió la medalla George Tenet como un reconocimiento a la exitosa cooperación entre las agencias de inteligencia de los dos países.

A pesar del buen nombre que dispone la institución en el exterior y en ciertos sectores políticos nacionales, Koudelka se encuentra desde hace tiempo en la mirilla del presidente de la República Miloš Zeman, que ha criticado públicamente su trabajo.

Miloš Zeman,  detrás su portavoz,  Jiří Ovčáček | Foto: Michaela Danelová,  Český rozhlas

El fin del mandato de cinco años de Koudelka, que llega ahora a mediados de agosto, es de conocimiento público, pero el Gobierno de Andrej Babiš ha dejado el asunto para el último momento y la situación se ha convertido en un problema político de grandes dimensiones.

En un intento por no quedar mal con el presidente Zeman, el primer ministro se reunió con el mandatario este lunes, y en declaraciones a los medios de comunicación esbozó los pasos a seguir.

“Tenemos dos coaliciones opositoras que quieren que Koudelka prosiga en el cargo, mientras que otros políticos lo rechazan y proponen que el nombramiento lo haga el nuevo gobierno. Es por eso que pediré una sesión de la Comisión de Seguridad de la Cámara Baja para que dé su opinión al respecto”.

El nombramiento del jefe del BIS es competencia del primer ministro

El primer ministro, a quien compete el nombramiento del director del Servicio de Seguridad e Inteligencia (BIS), está dando largas al asunto, quizás para no irritar al presidente Zeman, que públicamente anunció que en los comicios generales votará por el movimiento ANO de Babiš.

Andrej Babiš | Foto: David Taneček,  ČTK

“Recomendé al presidente de la República que reciba al director Koudelka, para que conozca sus opiniones, sus puntos de vista. Dependerá ahora de la respuesta del presidente”.

En otro movimiento para evitar responsabilidades, el primer ministro Babiš dio a entender que la palabra final la tendrán los diputados.

“Con gusto escucharé las conclusiones de la Comisión de Seguridad, porque entre los partidos políticos existen diferentes opiniones. Lo ocurrido se ha convertido en asunto político previo a las elecciones. Y creo que la Comisión representa el mejor lugar para el debate”.

En declaraciones anteriores, el primer ministro había dado a entender que no tenía nada en contra del trabajo del director Koudelka, no obstante este lunes sus palabras fueron un tanto ambiguas.

“Lamentablemente esto se ha convertido en un problema político. Desde mi punto de vista el director Koudelka compareció demasiado ante los medios de comunicación y actuó casi como si fuera un político. Le recomendé mayor discreción, puesto que los servicios secretos deben ser de bajo perfil en el cumplimiento de sus obligaciones a la hora de informar al Gobierno sobre la seguridad del estado”.

La estrategia de Babiš fue criticada por varios medios de comunicación que sostienen que está buscando algún capital político de cara a las elecciones generales de octubre.

La mayoría de los opositores respaldan a Koudelka

Ondřej Kundra, comentarista del semanario Respekt, dijo a la Televisión Checa que un guion posible es evitar la confrontación directa con el presidente Zeman y pasar la bola a los partidos de la oposición.

“Las declaraciones de Babiš son absurdas, porque dijo que pedirá a los partidos políticos que le den una opinión al respecto, pero desde hace tiempo sabemos muy bien qué opinan”.

De acuerdo con Kundra, todo este asunto se convirtió en una lucha política gracias a la dependencia política que mantienen Babiš y Zeman, porque el presidente de la República no debe intervenir en los asuntos de los servicios de inteligencia.

Foto: iROZHLAS.cz

“El presidente Zeman no tiene competencias para decidir sobre el director del servicio secreto. Babiš tampoco está obligado a consultar el tema con el presidente”.

Los informes anuales del Servicio de Seguridad e Inteligencia (BIS), en los que se ha alertado sobre el incremento de las actividades de los espías rusos y chinos en el territorio checo, fueron siempre criticados por el presidente checo que les restó importancia.

El presidente Zeman llegó a mofarse de las actividades de la agencia y en seis oportunidades ha rechazado las recomendaciones del Gobierno de ascender a Koudelka a general.

La mayoría de los partidos de oposición estiman que el director Michal Koudelka debe permanecer en su puesto, los únicos que se oponen, al igual que Zeman, son los comunistas y el Partido por la Libertad y la Democracia Directa, del empresario de origen japonés Tomio Okamura.