El presidente checo Miloš Zeman dice que no hay pruebas sobre sabotaje ruso
El presidente checo, Miloš Zeman, dijo este domingo que no hay pruebas contundentes sobre la participación de agentes rusos en el operativo contra el depósito de municiones en 2014 que causó la muerte de dos ciudadanos checos.
Hace una semana, el primer ministro checo, Andrej Babiš, y el viceprimer ministro, Jan Hamáček, anunciaron que existían serias sospechas de que dos agentes de los servicios militares rusos habían sido los responsables de las explosiones en un depósito de municiones en territorio checo.
Los políticos indicaron que las informaciones al respecto habían sido facilitadas por el Servicio de Inteligencia (BIS), que habían informado al presidente de la República, Miloš Zeman, y que este había dado su beneplácito para la expulsión de 18 diplomáticos rusos identificados como espías encubiertos.
Desde el despacho presidencial se informó que el mandatario abordaría el tema una semana después. En declaraciones para la televisión CNN Prima News, este domingo, el mandatario puso en duda las declaraciones de los servicios de inteligencia y, por ende, la postura del Gobierno. Zeman exige pruebas contundentes que demuestren la participación inequívoca de los agentes rusos.
“El hecho de que el Servicio de Inteligencia checo no haya podido demostrar la participación directa de los agentes rusos, no significa que los mismos no hayan estado en el lugar“.
La esperada interlocución del presidente dejó un mal sabor de boca en varios sectores de la opinión pública y entre los políticos.
La líder del partido opositor TOP 09, Markéta Pekarová Adamová, dijo a la Radio Checa que el presidente no defendió los intereses nacionales.
“No se puso del lado de los intereses nacionales, de la República Checa, del lado de los servicios de inteligencia. Con su actitud ayuda a aquellos que se dedican a desinformar”.
El periodista Jaroslav Spurný, experto en temas de seguridad del semanario Respekt, indicó que en situaciones semejantes, cuando se atenta contra la soberanía del país, se espera que el presidente actúe como un elemento unificador de la nación.
“Faltó un mensaje claro y positivo, de que somos un país unido, que el presidente apoya los pasos emprendidos por el Gobierno. El presidente hizo énfasis en la central nuclear de Dukovany. Dijo que Rusia sería descartada de la licitación en el momento en que se demuestre su participación en Vrbětice. No obstante, eso no está dentro de sus competencias”.
Consultado sobre el hecho de que se presente el tipo de pruebas que él exige y se demuestre la participación rusa en el sabotaje, el mandatario sugirió como represalia descartar a la empresa Rosatom de la licitación checa.
“En tal caso sería necesario que la Federación Rusa pague, por ejemplo, renunciando a su participación en la licitación para la ampliación de la planta nuclear de Dukovany”.
A diferencia de otros países, las competencias del presidente de la República son muy limitadas. El jefe del Gobierno es el primer ministro, y éste debe rendir cuentas al Parlamento. Del presidente de la República se espera una actitud que busque la unidad de la nación, según indicaron representantes de las diferentes formaciones políticas.
Los únicos en respaldar las dudas expresadas por el presidente fueron los comunistas y el líder del Partido por la Libertad y la Democracia Directa, Tomio Okamura, que piden más pruebas y restan veracidad a los informes de los servicios de inteligencia sobre la actividades de los espías rusos y chinos en Chequia.
El antiguo ministro de RR.EE., Ciryl Svoboda, expresó ante las cámaras de la Televisión Checa (ČT) que Miloš Zeman dejó claro que no confía en los servicios secretos checos y que a pesar de expresar su respaldo al Gobierno, eso resulta muy ambiguo en este momento.
“Los principales protagonistas del caso (el primer ministro, el viceprimer ministro y el ministro de RR.EE.) dijeron que tenían el apoyo del presidente, pero él no dijo nada al respecto. Se escudó en una maniobra para esquivar los temas que preocupan a la población checa y afectan las relaciones checo-rusas, esto quiere decir la guerra diplomática entre Chequia y Rusia”.
Durante el discurso de diez minutos en la televisión, el presidente Zeman no se refirió en ningún momento a los sucesos denunciados el sábado de la semana pasada por el primer ministro Andrej Babiš y el viceprimer ministro Jan Hamáček, y al apoyo brindado por la Unión Europea y la OTAN a Chequia. Los servicios de inteligencia checos informaron a sus iguales de varios países de Europa y los gobiernos de algunos de ellos, como por ejemplo Eslovaquia, expulsaron a diplomáticos rusos a manera de expresión de solidaridad con Praga.
Políticos y expertos en temas de seguridad coinciden en que el silencio de una semana del presidente Zeman fue aprovechado para diversas campañas de desinformación que podrían ser aprovechadas por Rusia.