El misterio de T.G. Masaryk: el padre de la nación checa podría haber sido un Habsburgo
Las sospechas de que el padre fundador de Checoslovaquia, Tomáš Garrigue Masaryk, podría haber sido hijo ilegítimo del emperador Francisco José llevaron a finales del año pasado a emprender un análisis de ADN. Las pruebas han sido suspendidas por deseo de la bisnieta del primer presidente checoslovaco.
Primer presidente checoslovaco y considerado “papaíto” de la nación, su legado histórico cobró una nueva dimensión con la publicación del libro ‘El Presidente del Emperador’, de David Glocker. En este se aseguraba que Masaryk fue seguramente hijo ilegítimo del emperador autrohúngaro Francisco José, concebido durante un alto en el camino en el palacio imperial de Hodonín en 1849.
La hipótesis, que ayudaría a explicar cómo el hijo de un cochero consiguió recibir una buena educación y convertirse en profesor de universidad, es tomada en serio por cada vez más historiadores. Para salir de dudas, un equipo de periodistas de la Televisión Checa decidió hacer las pruebas pertinentes de ADN y reportear el proceso.
Para ello se utilizaron restos orgánicos hallados en ropa de Masaryk que había quedado sin lavar desde su fallecimiento en 1937, e incluso restos de su saliva, que había usado para pegar sellos, así como muestras de su hijo y de un descendiente que actualmente reside en Eslovaquia. Por la parte de los Habsburgo se tomaron muestras de la sangre del sobrino de Francisco José, Francisco Fernando d´Este.El encargado de los análisis, el genetista Daniel Váněk, asegura que los restos orgánicos recabados eran suficientes para conseguir una respuesta totalmente fiable.
“La saliva es un material muy bueno. Todo esto lo vamos a poder trabajar y conseguir la información genética que necesitamos. Con la cantidad de la que disponemos estoy casi seguro de que los resultados que obtengamos permitirán confirmar o descartar si alguien pertenece o no a esa línea”.La investigación quedó sin embargo paralizada por un suceso inesperado. La bisnieta de Tomaš Garrigue Masaryk, Charlotta Kotíková, residente en Estados Unidos, se puso en contacto con los periodistas para negarles el permiso para realizar los análisis. En su opinión la idea era sensacionalismo barato y una falta de respeto hacia Masaryk y toda la nación checa.
La legislación da en efecto a los descendientes directos de una persona la capacidad de impedir cualquier análisis genético, sea cual sea el interés público que se halle detrás.
¿Dos caras de la misma moneda?
La confirmación del vínculo familiar entre Masaryk y Francisco José se habría convertido en la revelación histórica de mayor calado de la historia checa. El imaginario nacionalista checo está construido en fuerte oposición a los Habsburgo, y si se descubriera que el padre fundador fue ayudado, mantenido o apoyado de algún modo por el emperador, esto relativizaría el legado de ambos líderes y despertaría toda una serie de preguntas sobre la biografía personal de Masaryk y su trayectoria ideológica y política.
Nos encontramos aquí ante la disyuntiva entre el valor de tirar de la manta e indagar en un misterio histórico o respetar el derecho de la familia en cuestión a su honor y privacidad. Para el historiador y ex primer ministro checo Petr Pithart, todo el caso enturbiaría el verdadero legado de Masaryk.“La señora Kotíková y yo nos hemos visto varias veces y espero que piense sobre el tema lo mismo que yo, es decir, que cualquier descubrimiento distraería la atención hacia temas poco importantes. Lo básico es cómo Masaryk se enfrentó a la vida, a las instituciones, al nacionalismo, al antisemitismo o al autoritarismo”.
Desde otro punto de vista, Magdalena Mikesková, directora del Museo TGM de Rakovník, sostiene que la ocultación de la verdad es una actitud contraria al legado de Masaryk.
“Nos gustaría que la verdad saliera a la luz. Desde el punto de vista del positivismo de Masaryk, según el cual defendía que había que llegar a la verdad mediante el conocimiento cognitivo, sería interesante tener una respuesta”.
Toda la cuestión enlaza con la investigación realizada por el profesor de filosofía checo Otakar Funda, que a comienzos de los años 90 tuvo la oportunidad de estudiar los archivos de los Habsburgo en Viena. En lugar de publicar sus resultados, se los envió por carta a algunos amigos de confianza, pidiéndoles que por motivos políticos no deberían hacerlos públicos hasta pasados cien años. Uno de estos albaceas fue el historiador Petr Čornej, que confesó lo siguiente a la Televisión Checa.“Se trata de intereses de estado y un asunto que puede ser utilizado políticamente de diferentes maneras, y ni siquiera sabemos cómo”.
Ahora el equipo de periodista de la Televisión Checa propondrá a Charlotta Kotíková una investigación de tipo privado, realizada por expertos bajo condiciones de secretismo profesional y de cuyos resultados sería únicamente informada la familia.