Científicos checos analizan la degradación de plásticos en la Antártida

Foto: Michaela Danelová, ČRo

Los plásticos se descomponen mucho más rápido en Brno que en la Antártida, debido a la temperatura más alta y la contaminación urbana. Estos son los resultados de una investigación de científicos checos.

Foto: Michaela Danelová,  ČRo

Los expertos del Instituto CEITEC de Brno, en cooperación con la Universidad Masaryk y varios otros institutos de investigación, lanzaron un proyecto en la Antártida para analizar las propiedades de plásticos en condiciones extremas, y comprender mejor los factores que influyen en su degradación.

Hace cinco años enviaron muestras de polímeros a la estación científica Johann Gregor Mendel en la Antártida, y los compararon con muestras idénticas ubicadas en Brno. Ahora han llegado a sus primeros resultados. En el continente glaciar, los plásticos se descomponen cuatro veces más lento que en la ciudad de Brno.

Jiří Tocháček,  foto: Igor Šefr / VUT / CEITEC
Los materiales en la Antártida están expuestos a condiciones específicas. Estas incluyen temperaturas de hasta -35°C, grandes cambios de temperatura, y una mayor exposición a la radiación ultravioleta, como resultado de la presencia de un agujero de la capa de ozono.

El efecto de estos factores sobre la descomposición de los plásticos se lo explicó a la Radio Checa Jiří Tocháček, experto en degradación de polímeros y líder del proyecto en la Antártida.

“Los resultados mostraron que juega un papel importante no solo la radiación UV, que es más fuerte en la Antártida, sino también la temperatura, que en promedio es unos 17°C más alta aquí en Brno. Estos dos factores hacen que la degradación progrese mucho más rápido en Brno que en la Antártida”.

Según Jiří Tocháček, otro factor importante es la contaminación del aire. Después de tres años, las muestras en la Antártida tenían una superficie completamente limpia, mientras que las de Brno, ciudad que representa un típico ambiente industrial, estaban cubiertas con contaminantes del aire.

Similares pruebas de polímeros fueron realizadas en el pasado en muchos lugares, pero nunca antes en la Antártida, apunta Tocháček.

“El objetivo de la investigación es averiguar qué es lo que podemos esperar de los plásticos y cómo podemos usarlos. Si conocemos las propiedades de un plástico bajo ciertas condiciones, podemos sacar conclusiones sobre su función”.

 Antártida,  foto: Vincent van Zeijst,  CC BY-SA 3.0
Los plásticos se degradan naturalmente, pero la tasa de desintegración sigue siendo muchas veces menor que la tasa de producción.

De los veinte metros cúbicos de desechos que se encontraron esta primavera en la antártica isla Nelson, que tiene unos 20 km de largo, la mayoría eran plásticos, como dice Pavel Kapler de la estación científica Johann Gregor Mendel.

“Las temperaturas bajas en los mares fríos ayudan a preservar el plástico. Su degradación puede llevar mucho tiempo. En la isla Nelson encontramos muestras de los años 80”.

La investigación en la Antártida continúa. En el futuro, los científicos esperan aclarar las propiedades de los ‘polímeros estabilizados’, es decir, los plásticos más resistentes a las influencias climáticas externas. Se planea construir asimismo otra estación de investigación en el lugar.