Cielito negro
Formada en la Universidad Palacký de Olomouc, la investigadora y traductora checa Markéta Šimková convirtió en libro su tesis doctoral sobre tres autores de novela negra mexicana: Paco Ignacio Taibo II, Juan Hernández Luna y Gabriel Trujillo Muñoz. En esta entrevista, la autora del libro Héroes ocultos nos cuenta cómo llegó a ese tema, su encuentro personal con los escritores y por qué le interesa tanto la literatura de género.
Ya ni siquiera es noticia que, en los últimos años, la literatura latinoamericana ha despertado un enorme interés entre traductores e investigadores checos. Dicho entusiasmo se plasma en la gran cantidad de ensayos, análisis y conferencias con que el hispanismo checo continúa sorprendiendo a propios y extraños. Uno de los muchos ejemplos es el de la investigadora y traductora Markéta Šimková. Formada en la Universidad Palacký de Olomouc, realizó su primer trabajo sobre la escritora cubana Zoé Valdés, luego su tesis de maestría sobre la novela Sobre héroes y tumbas del argentino Ernesto Sábato y, finalmente, su tesis doctoral sobre tres autores mexicanos de novela negra.
“Siempre me ha gustado la literatura de género que creo que es muy buena porque puede atraer a la gente a leer, y eso es lo que me gusta. Siempre me interesó por qué la gente prefiere leer la literatura de género y, además, es un puente porque empiezas a leer ese tipo de literatura y después cambias y puedes leer también algo que sea más ‘profundo’”.
Šimková considera que la distinción tan tajante que, en otros tiempos, solía haber entre la llamada alta literatura y la denigrada literatura baja, amarilla o de kiosco empezó a romperse en la década del 90, cuando muchos académicos empezaron a darse cuenta de que no tenía ningún sentido diferenciarlas tanto porque muchas veces se enriquecían mutuamente. Claro que entre esos géneros populares el que más llamó su atención fue, precisamente, ese tipo de novela negra que puede dar algunas claves del contexto de creación en el que fue escrita.
“La novela policial clásica no me interesaba tanto, me interesaba más lo que estuviera vinculado con la ciudad o con la nación o con la tierra, porque quería hacer algo que no estuviera tan centrado solo en leer y en los libros, quería hacer también un puente con la gente y con el país, y la novela negra me pareció lo mejor para eso”.
Aunque primero se le había ocurrido establecer una comparación entre la novela negra cubana y la mexicana, la dificultad para conseguir los libros cubanos y las dimensiones casi inabarcables de aquel proyecto la llevaron a inclinarse por la literatura policial contemporánea de México, concretamente se ocupó de analizar a tres autores identificados con distintas zonas del país: Paco Ignacio Taibo II, Juan Hernández Luna y Gabriel Trujillo Muñoz. Además de concluir su tesis de doctorado, Šimková logró transformarla también en un libro que se encargó de adaptar para un público más amplio que el meramente académico y lleva como título: ‘Héroes ocultos’ (Skrytí Hrdninové).
“El primer impulso de eso fue el libro ‘Antihéroes’ de Ilan Stavans, si estamos pensando en algunas definiciones de antihéroe que se vinculan más con la literatura posmoderna, pues, no me pareció que los detectives o las personas que hacen la investigación en estos libros se porten como antihéroes, porque siempre son muy activos y quieren cambiar algo, y son ocultos porque no son vistos enseguida como héroes, sino como personas corrientes o normales, y es cierto que, algunas veces, no se vuelven héroes por su propia voluntad sino por las circunstancias, y eso me pareció muy interesante”.
Según Šimková, todos los detectives formales o informales de estos libros encarnan algún tipo de heroísmo, ya sea porque no sienten miedo de oponerse a nada, por defender contra viento y marea a su familia o por combatir incluso las injusticias de la propia ley. Tal como se lo había propuesto al elegir este tema, Šimková logró realizar una investigación exhaustiva y, a la vez, muy entretenida para leer que, además, demuestra un conocimiento muy amplio y vital sobre México.
“Estuve en México tres o cuatro veces pero la primera fue con una beca del Ministerio de Relaciones Exteriores y me quedé como seis meses y eso fue lo más importante, después me fui por cosas de trabajo o solo de vacaciones, así que no fue tan profundo como la primera vez cuando estuve ahí”.
Esa importante primera vez fue, según cuenta, en 2002. Lo interesante es que, además de llevarla a leer con detenimiento los libros que analiza, su investigación le posibilitó también entrevistar en persona a dos de los escritores del corpus. En ese sentido, el encuentro con Paco Ignacio Taibo II le resultó, por muchos motivos, sorprendente.
“En el año 2013, cuando estuve en el Festival de Semana Negra de Gijón y hablé por primera vez con Paco Ignacio Taibo, yo no sabía nada de que su familia venía de Chequia y me sorprendió mucho que su apellido viniera del checo, eso fue muy sorprendente. Tampoco sabía eso que menciona: un día, viajando por Francia en tren, alguien le dio las grabaciones que había hecho la policía secreta de cuando él había estado en Praga dando una conferencia sobre los escritores policíacos. Eso fue muy sorprendente y yo sabía que fumaba demasiado... Pero durante la entrevista fumó tantísimo, y eso también me sorprendió bastante”.
Šimková explica que, en el marco de la literatura latinoamericana, es muy difícil encontrar algún rasgo específico de estos tres autores que los distingan como estrictamente mexicanos. Por el contrario, entiende que muchas veces es necesario tener en cuenta las líneas de continuidad entre autores y estilos de distintos países de la región, como sucede, por ejemplo, con la gran influencia de Jorge Luis Borges no solo en muchos países de Latinoamérica, sino también en la literatura más actual de Argentina.
“Si estoy pensando sobre la novela policial, con Jorge Luis Borges pasa que es quien cambió todo dentro del género, y mucha de la literatura policial argentina actual va de Borges, utiliza muchas cosas de Borges: o son relecturas o reescrituras de Borges, porque él de verdad hizo algo que no se ve mucho dentro de la literatura”.
Entre sus futuros proyectos, cuenta Šimková que le gustaría investigar algo sobre la gran repercusión de las escritoras latinoamericanas y los cambios en el género de la ciencia ficción. Pero, sobre todo, le encantaría trasladar al checo algunas novelas mexicanas. De hecho, asegura que, hasta el momento, ninguna de las obras trabajadas en su libro ha sido traducida.