Chequia quiere acabar con los vasos, platos y cubiertos de plástico
Se acerca el fin de los vasos, cubiertos y otros productos desechables en la República Checa. El Gobierno aprobó una ley para ello que debería aplicarse a partir del próximo mes de julio tras su ratificación en el Parlamento.
A pesar de todos los aspectos negativos de la pandemia de COVID-19, algunos expertos indicaron que podía ser una oportunidad única para conceder un respiro al planeta.
El confinamiento y la limitación de la movilidad de personas representaron en su momento un descanso para la naturaleza. Con el correr del tiempo registramos el efecto contrario, cuando cientos de personas, a pesar de ciertas limitaciones aún vigentes, copan los fines de semana bosques, montañas y playas.
El cierre de los restaurantes, considerados importantes focos para la expansión de la pandemia, ha traído consigo un aumento del uso de vasos, cubiertos y otros productos de plástico desechables.
Los plásticos de un solo uso se han convertido en un enorme problema para el medio ambiente, según indicó a la Televisión Checa, Soňa Jonášová, directora del Instituto de Economía Circular.
“Aparte del hecho de que estos plásticos se acumulan en las playas europeas, también existe un gran problema con las bajas tasas de reciclaje, y este es el desafío que tenemos por delante”.
En un intento por revertir esta situación, el Parlamento Europeo aprobó en marzo de 2019 un acuerdo para que a partir de 2021 se prohíba en tiendas, supermercados y otros establecimientos de los países miembros artículos de plástico de un solo uso como pajitas, vasos, platos y cubiertos.
Debido a la pandemia de COVID-19 el uso de este tipo de artículos se disparó en Chequia puesto que los restaurantes y cafeterías pueden vender solo por medio de ventanas dispensadoras, tal y como dijo Mira Košťálková, administradora de una cafetería en Praga.
“Ahora hicimos un pedido de vasos y portavasos que en una época normal nos alcanzaría para, por ejemplo, un año. En las condiciones actuales nos durarán, cuando mucho, unos dos meses”.
El ministro del Medio Ambiente, Richard Brabec, aplaudió la normativa y aseguró que la sociedad checa sabrá amoldarse a las nuevas exigencias.
“Podemos recordar lo bien que resolvimos el problema de las bolsas de plástico. Ahora tendremos que deshacernos de miles de toneladas o miles de millones de artículos de plástico”.
Muchas cafeterías, que atienden ahora por medio de una ventanilla, han empezado a pedir a los clientes que lleven sus propias tazas, y algo parecido funciona en ciertos restaurantes que no utilizan cajitas de espuma de poliestireno.
En la República Checa la prohibición del uso de vasos, platos y cubiertos de plástico empezará a regir en julio, pero la ley concede un año para terminar con el stock en tiendas y negocios. La nueva norma debe ser ratificada aún por el Parlamento.