Chequia presume de su propio Manneken Pis

La localidad de Plasy, cerca de Pilsen, cuenta con una estatua muy similar al célebre Manneken-Pis de Bruselas, aunque esta es desconocida para la mayoría. Tras ser restaurada, esta fue presentada el pasado sábado y ya está en pleno funcionamiento.

La estatua de un niño que orina arrodillado se encuentra en una fuente de la estación de tren de la pequeña ciudad Plasy, al norte de Pilsen. A pesar de que fue restaurada e instalada hace apenas unos días, su historia se remonta a mucho más atrás. Se sabe que la estatua decoraba la estación de tren local ya durante la década de los cincuenta pero es muy probable que haya estado allí durante más tiempo. Deducen que en su momento sirvió como indicador del nivel de agua de un tanque requerido para el funcionamiento de locomotoras de vapor.

Con el paso del tiempo, la figura y su función quedaron obsoletas y esta acabó convertida en mera decoración. De hecho, ya por la década de los noventa, el agua dejó de fluir hacia la fuente.

Foto: Karolína Sedláková,  Český rozhlas

La estación fue reconstruida en 2018 y la estatua desapareció hasta ser descubierta por unos entusiastas locales. Petr Tupy, residente de la zona y amante de los ferrocarriles, habló sobre ella.

"La estatua se colocó en el borde de la fuente. El agua fluía hasta ella desde los tanques del edificio de la depuradora, que se encontraba a pocos metros de la fuente. Se necesitaba agua de la depuradora para el funcionamiento de las locomotoras de vapor. Un sistema en los tanques aseguraba el suministro constante de agua. También había una marca en el edificio de la depuradora, que era un indicador crucial del nivel de agua en los tanques, pero era más fácil para el personal de la estación mirar al niño que orinaba, ya que la estatua estaba directamente en su línea de visión desde la plataforma. Era un simple indicador del nivel del agua: si el niño dejaba de orinar, sabían que los tanques estaban vacíos y que había un problema técnico".

Con todo, aún existen muchos interrogantes sin resolver en torno a esta curiosa figura, ya que se desconoce quién es su autor, quién la instaló allí o quién diseñó el sofisticado mecanismo que lo ayudó a salvaguardar el funcionamiento de las máquinas de vapor que pasaban por la ciudad.

Con la reconstrucción de la estación, en 2018, también fue restaurada la fuente y la estatua regresó a su ubicación anterior. Hoy la estatua vuelve a estar operativa tras casi tres décadas y luce como antaño, con la única diferencia de que, ahora, esta orina gracias a la energía solar.

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