Ivan Theimer, reconocido escultor checo, festeja sus 80 años
Ivan Theimer, uno de los escultores checos más reconocidos, cumple 80 años. Sus obras, inspiradas en el trabajo de viejos maestros, se extienden por toda Europa.
Ivan Theimer, escultor checo de reconocimiento internacional, festejó sus 80 años este mes. El artista nació en Olomouc, en el seno de una familia de amantes del arte. Solo pudo estudiar en la Escuela de Artes y Oficios en Uherské Hradiště ya que, a raíz de la participación de su abuelo en la Legión Checoslovaca, no fue admitido en la Escuela de Artes Escénicas en Praga. La ocupación del país por los ejércitos del Pacto de Varsovia impulsó a Theimer a emigrar a Francia. En declaraciones para el proyecto Paměť národa (Memoria de la Nación), el artista describió su fuga de la Checoslovaquia comunista como un hecho marcado por el azar.
“Tuve suerte. Tres meses antes de la ocupación, la unión de los artistas en Olomouc me dio el permiso de obtener un pasaporte, ya que me había inscrito a una excursión a Francia para artistas de la ciudad. Yo quería ir a ver la exhibición de Henri Matisse, en Niza. Luego, la ocupación tuvo lugar, pero yo ya tenía pasaporte. Así que tomé el tren hacia Praga, para visitar la Embajada de Francia. Después de que me sellaran el pasaporte, me dirigí a Múnich”.
Sus inicios en París no fueron fáciles, pero, al final, Theimer logró obtener una beca que le permitió estudiar en la reconocida Escuela Nacional Superior de Bellas Artes en París. Después de su graduación, comenzó a trabajar en un estudio encabezado por un hombre llamado Colomarini, un anciano refugiado de origen italiano.
“Él tenía un viejo estudio donde se producían obras clásicas. Adentro, había dos tiendas de campaña hechas con sacos de yute y, detrás de ellas, había dos rusos que utilizaban hachas para cortar las estatuas. La atmósfera era increíble, ya que cada uno de nosotros era refugiado y también muy diferente a los demás”.
Una de las personas que lo ayudó a organizar sus primeras exhibiciones fue Marcel Zerbib, propietario de galerías, editor y figura intelectual importante en París.
“Los Zerbib eran los primeros en tener una galería surrealista después de la Segunda Guerra Mundial, situada en el bulevar Saint-Germain, cerca de la estatua del importante ilustrador francés Denis Diderot. Su hermano, Armand Zerbib, organizó mi primera exhibición en 1971. Todas las exhibiciones que presenté en esta galería tuvieron éxito. Así empezó todo. Algunos coleccionistas mostraron su interés hacia mi trabajo y, poco a poco, establecí contactos en Lyon, Ginebra e Italia”.
Posteriormente, en los años 70 y 80 del siglo pasado, Theimer hizo un sinnúmero de exitosas instalaciones públicas en varias ciudades europeas. Entre las más famosas se encuentran dos de sus obras parisinas: el grupo de tres obeliscos para el Palacio del Elíseo y el Monumento de los Derechos Humanos.
El artista, que divide su tiempo entre Francia e Italia, jamás ha perdido la conexión con su patria. Con la caída del comunismo en Checoslovaquia, Theimer comenzó a regresar más seguido a su tierra natal, donde su arte también dejó su huella. Algunas de sus obras checas que destacan son el memorial dedicado al filósofo Juan Amos Comenio en Uherský Brod y la Fuente de Arion en Olomouc. Además, Ivan Theimer ha recibido varias veces premios locales como el Premio de los Amigos del Arte Checo del Ministro de Cultura checo por mantener el buen nombre de la cultura checa en el extranjero.
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