Chequia dispone de suficiente gas para resistir un embargo ruso

Photo: Commission européenne

La República Checa dispone de suficientes reservas de gas natural para resistir 100 días sin suministro procedente de Rusia. Además, podría en un caso dado proporcionar gas a Eslovaquia y Hungría.

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Las tensiones entre Rusia y Ucrania, y los 3.500 millones de dólares que Kiev debe a Moscú por su suministro de gas natural, han vuelto a poner sobre la mesa la seguridad energética de Europa. En el caso checo, dos tercios del gas que llega al país lo hace a través de gasoductos que pasan a través de Ucrania, por lo que podría fácilmente repetirse el escenario de la guerra del gas de hace cinco años, que dejó al país desabastecido en pleno invierno.

El primer ministro checo, Bohuslav Sobotka, ha querido calmar los ánimos, y después de una reunión del Consejo de Seguridad anunció que la República Checa cuenta con unas reservas razonables.

Bohuslav Sobotka,  foto: archivo del Gobierno Checo
“Se nos ha informado que el gas que tenemos en estos momentos almacenado bastaría para satisfacer las necesidades del país durante el periodo estival por más de 100 días”, afirmó.

De acuerdo con el gobierno checo, los países vecinos están incluso en mejor situación: Eslovaquia podría resistir 140 días. Pero aun así Chequia estaría en disposición de proporcionar gas a eslovacos y húngaros, que por su posición geográfica están más distantes de los gaseoductos del norte de Europa y dependen más de Ucrania.

Ante la incertidumbre que para el suministro de gas natural a Europa supone la crisis ucraniana y el distanciamiento con Rusia, el gobierno polaco ha propuesto la creación de una unión energética que, entre otras medidas, facilite la compra de gas ruso a todos los países de la UE como un solo sujeto. De esta forma se evitaría que Moscú negociara el precio del gas por separado y se reduciría la capacidad de este país de influir sobre la política europea.

Vladimir Putin,  foto: ČTK
La República Checa se muestra sin embargo contraria a esta medida, alegando por un lado problemas legales, ya que en muchos casos compran el gas ruso empresas privadas, y por otro poniendo en duda que se consiga así mejor precio. No obstante apoya otras propuestas polacas como la construcción de una red de gasoductos europea que permita el mutuo abastecimiento o la prohibición de artículos secretos en los contratos de suministro de petróleo y gas con Rusia.

Al mismo tiempo Chequia considera que en el proyecto Polonia esconde intereses nacionales, ya que uno de sus puntos es el apoyo al carbón, que en el documento aparece descrito como energía limpia.