Chequia cuenta con 100 000 voluntarios para donar médula ósea
El Registro Nacional Checo de Donantes de Médula Ósea ha inscrito a su voluntario número 100 000. Tantos son ya los potenciales donantes, dispuestos a ayudar a un desconocido, ya sea en Chequia o en el extranjero, con una enfermedad sanguínea para quien un trasplante es la única alternativa.
El pasado fin de semana varias ciudades y pueblos checos participaron en una campaña con el objetivo de motivar a las personas a que se adhirieran al Registro Nacional Checo de Donantes de Médula Ósea.
La misión del registro, fundado como una Organización No Gubernamental en 1992, es buscar nuevas personas dispuestas a donar médula ósea, emparejarlos con pacientes compatibles y organizar la extracción de las células madre y su transporte.
El registro llegó al histórico número de 100 000 donantes con la inscripción de Václav Kallus, un joven de 23 años de Uherské Hradiště, en Moravia del Sur.
A pesar del gran logro, el reclutamiento de donantes se ha visto interrumpido este año por la pandemia del coronavirus, según confirmó para la Televisión Checa Pavel Jindra, médico principal del registro nacional.
“Las restricciones, el cierre de las fronteras y las cuarentenas de los donantes han complicado muchísimo la situación. Porque un 50% de los trasplantes se realizan en colaboración con un donante internacional”.
El registro checo forma parte de una red de más de 60 centros similares en todo el mundo y es común que un paciente y un donante no sean del mismo país.
También Ilja Stříž, médico del Instituto de Medicina Clínica y Experimental de Praga (IKEM), confirma que la situación actual tendrá sus repercusiones, sobre todo en 2021.
“Los trasplantes que se realizan ahora son posibles gracias a donantes que entraron en el registro el año pasado. La situación actual se sentirá con fuerza el próximo año, cuando la escasez puede ser dramática”.
En Chequia se realizan cada año cerca de 180 trasplantes en los que se aprovechan células donadas por voluntarios inscritos en registros. De hecho, un 75% de los donantes no tiene lazos familiares con la persona a la que ayuda.
Ese ha sido también el caso de Kryštof, un niño checo que empezó a sufrir síntomas antes de su primer cumpleaños. Gracias a una donante de Alemania, logró superar un tipo raro de leucemia y su familia está agradecida, según contó su madre, Michaela Hájková.
“Estamos muy agradecidos. A los médicos y también a la donante, que hizo algo bonito para un completo desconocido. A los dos años empezamos a vivir lo que es una vida normal para un niño”.
El primer trasplante de médula ósea en Chequia se realizó en 1989 en el Hospital de Motol de Praga. Desde entonces, los centros médicos en el país han salvado a cientos de pacientes de enfermedades de carácter hematopoyético. Para estos pacientes, el trasplante es el único tratamiento.
Los expertos sostienen que para uno de cada cuatro pacientes resulta imposible encontrar un donante compatible. Por eso hace falta incrementar el número de voluntarios.
Para entrar en el registro, los candidatos deben tener entre 18 y 35 años, gozar de un buen estado de salud, no haber sufrido enfermedades graves, no tomar medicamentos de manera regular y pesar más de 50 kilos.
Los trasplantes son anónimos, sin importar la edad, el sexo, la nacionalidad o la religión del paciente. La extracción de las células madre de la médula se puede realizar bajo anestesia o sin anestesia. En el primero de los casos se extrae directamente desde el hueso, en el segundo se adquiere separando los componentes de la sangre, como cuando se dona plasma.
El hecho de que un voluntario se inscriba en el Registro Nacional Checo de Donantes de Médula Ósea no significa necesariamente que se convierta en donante. No obstante, mientras más personas haya en los registros, mayor será la probabilidad de poder ayudar a alguien que lo necesite.