El registro de donantes de médula ha ayudado ya a más de 2000 pacientes no solo en Chequia
Se cumplen 30 años desde que el registro checo de donantes de médula empezó su actividad. Durante este tiempo, la organización ha ayudado a más de 2000 pacientes con leucemia y otras enfermedades sanguíneas a encontrar un donante compatible.
Casi 112.000 personas forman parte del Registro Nacional Checo de Donantes de Médula, aunque solo el 1% de estos acabará donando. Los estrictos criterios de compatibilidad entre donantes y pacientes dificultan el proceso. Pavel Jindra, director del registro y director departamento de hematología y oncología del Hospital Universitario de Pilsen, explicó la importancia de seguir reclutando donantes.
“Lo ideal sería que al menos la mitad o un tercio de nuestros pacientes encontrara un donante en Chequia. Sería más barato y sencillo de organizar que el transporte de médula desde el extranjero”.
Para alcanzar esta meta, Jindra calcula que el país necesita entre 200.000 y 250.000 donantes, lo que supondría registrar al menos 100.000 personas más de las que hay en este momento.
“No podemos igualar a Alemania, que tiene a alrededor del 8% o el 9% de la población en su registro de médula. En nuestro caso, es sólo un 1,5%. Pero estamos mejor que muchos países y, sin duda, somos los mejores de todos los Estados poscomunistas”.
El trasplante de médula ósea, también conocido como trasplante de células madre, reemplaza la médula ósea enferma con tejido sano o células madre que se encuentran en la sangre del donante.
Ingrid Beránková Ambruzová es una de los más de 2000 pacientes que el registro checo de donantes de médula ha ayudado hasta la fecha.
Tras ser diagnosticada con leucemia linfoblástica aguda a los 29 años, el trasplante de médula era su única opción. Cuatro meses después del diagnóstico, el registro encontró un donante compatible para Ingrid y, tras una exitosa operación, los médicos lograron salvar su vida. Ya recuperada, Ambruzová contó a la Radio Checa cómo fue el encuentro, años más tarde, con la donante sin la que hoy no estaría viva.
“Fue una auténtica locura. Estaba muy emocionada. Y luego, a medida que se acercaba la fecha del encuentro, me asusté mucho. Pero cuando se acercó a mí, fue maravilloso porque sentí que pertenecíamos la una a la otra y que nos conocíamos desde siempre”.
Al otro lado del proceso se encuentran casos como el de Zuzana Drázdová, una donante de 26 años que se sometió a una extracción de injerto óseo pélvico.
“Me sorprendió mucho porque realmente no me lo esperaba. La probabilidad de que te contacten es muy baja. Así que me sorprendió, pero me alegré mucho porque me pareció algo significativo que podía hacer para ayudar a alguien".
Junto a Zuzana, más de 900 donantes de médula checos han ayudado a salvar la vida de personas en todo el mundo. Del total, dos tercios de las donaciones van dirigidas a pacientes a nivel nacional, mientras que el resto se exporta al exterior.