Carlos III: “Me enamoré irremediablemente de Praga”
Carlos III viajó a Chequia cinco veces como príncipe heredero del Reino Unido. ¿Se puede esperar en el futuro cercano su visita como el nuevo rey británico?
Carlos III visitó Checoslovaquia y, posteriormente, Chequia cinco veces. La última vez en 2010, cuando se dirigió al pequeño pueblo moravo de Hostětín. Al entonces príncipe le encantaron los programas ecológicos llevados a cabo en la zona y los quería ver con sus propios ojos.
Según recordó para la Radio Checa el alcalde de Hostětín, Daniel Šenkeřík, el monarca dejó una huella inolvidable en los habitantes, tanto por la visita como tal, así como por su actitud hacia las costumbres checas.
“Le dimos la bienvenida con un chupito de aguardiente de ciruela. La gente se sorprendió porque pensaba que él no iba a tomar, pero sí que lo probó”.
A partir de entonces, a Hostětín se le conoce como “el pueblo del príncipe Carlos” y dice Šenkeřík que el nombre revive cada vez que ocurre algo de relevancia en el Reino Unido. Asimismo, recuerda que los habitantes locales pasaron un cursillo de etiqueta elemental para saber qué hacer en caso de que el príncipe se dirigiera a alguno de ellos.
“Las personas se portaban increíblemente bien entre sí. En el pueblo, que normalmente cuenta con unos 215 habitantes, se reunieron entre 1500 y 2000 personas. Para Hostětín era algo enorme”.
El tema de la ecología fue siempre importante para el príncipe Carlos durante sus visitas a Chequia. Acompañado por su esposa, la princesa Diana, visitó el Castillo de Praga donde les recibió el presidente checo Václav Havel y su esposa Olga. Havel le recomendó que visitara la región de Most en el norte de Bohemia donde podía combinar el tema del medio ambiente con la historia checa, visitando una cantera de carbón y el palacio Jezeří.
Un año más tarde, el monarca volvió a Praga para crear con Havel la Fundación praguense para proteger el legado histórico de la capital y monumentos de valor arquitectónico.
En 1994, el príncipe asistió a una actividad benéfica de la Fundación, y fue entonces cuándo reveló cuánto le gustaba la República Checa y especialmente la capital.
“Tengo que reconocer que me enamoré irremediablemente de esta ciudad (Praga) cuando llegué por primera vez. Y no solo de la ciudad, sino que también de gran parte de este país”.
La Fundación praguense de monumentos consiguió, entre otros, reparar los jardines barrocos situados en las terrazas de la parte inferior del Castillo de Praga. El príncipe pudo observar el resultado de este esfuerzo en el año 2000. Durante el mismo viaje a Chequia fue recibido en la ciudad de Vyškov donde inauguró las actividades de un equipo británico de asesores militares. Visitó la cercana ciudad de Brno, la capital Morava. Hasta el día de hoy, el entonces alcalde mayor de la ciudad, Petr Duchoň, recuerda al monarca como un orador excepcional.
“Lo recibí con un ramo de flores en la mano. Era un encuentro muy agradable. El príncipe es una de las personas que tiene talento para la comunicación con la gente. Su talento es natural, pero además lo fortalece la práctica de muchos años”.
Cuando Chequia celebró la investidura del presidente, Petr Pavel, Carlos III mandó una carta de felicitación en la que escribió: “Nuestras relaciones bilaterales siguen siendo muy importantes para el Reino Unido. Me alegrará mucho profundizarlas aún más durante su presidencia”.
Por su parte, el presidente checo sostuvo que invitaría al rey a volver al corazón de Europa. Lo cierto es que ambos coincidirán este sábado en Londres durante la coronación de Carlos III.