Bloqueo de fronteras empeora las relaciones checo-austríacas
Las relaciones entre Praga y Viena registran un nuevo enfriamiento. Este se debe a que los adversarios austriacos de la central electronuclear checa de Temelín, organizaron para este viernes otro bloqueo de fronteras entre los dos países.
Los activistas austriacos anunciaron con anticipación que el actual bloqueo de fronteras entre la República Checa y Austria sería el mayor boicot de su género desde el año 2000. Con semejantes actividades, los adversarios de la energía nuclear pretenden obligar al Gobierno de Austria a presentar una demanda judicial internacional contra la República Checa por la supuesta violación de los acuerdos de Melk.
El bloqueo fue permitido por las autoridades oficiales austriacas, aunque el gobernador de Baja Austria, Josef Plank, garantizó que al menos uno de los pasos fronterizos entre los dos países quedaría abierto."La responsabilidad por el bloqueo la asumen los órganos de administración regional y ellos se comprometieron a mantener abierto al menos alguno de los pasos fronterizos. Consideramos importante esa muestra de buena voluntad para que no sea impedido el tránsito entre los dos países. A la vez cabe decir que todos tienen garantizado el mismo derecho para expresar su opinión y nosotros no impedimos a nadie que la manifieste", dijo el gobernador Plank.
Por su parte, el ministro checo de RR.EE. Karel Schwarzenberg advirtió que una cosa son las protestas de los activistas y otra los bloqueos de fronteras. El ministro considera la posibilidad de debatir el problema con su colega austriaca, Ursula Plassnik y de presentarlo a debates en la próxima reunión de los ministros del exterior de los países de la Unión Europea. Karel Schwarzenberg recalcó que el bloqueo de fronteras representa la violación de una de las libertades fundamentales vigentes en la Unión Europea, que es el libre movimiento de personas.
También otros políticos checos insisten en que Praga presente una protesta oficial contra las autoridades austriacas ante la Comisión Europea, por tolerar que los activistas impidan el libre movimiento de personas y de mercancías.
No obstante, otros tantos políticos advierten ante la adopción de pasos que podrían afectar las relaciones entre Praga y Viena. Y éstas tienen un buen nivel, aunque pueda parecer paradójico en vista de las constantes disputas entorno a Temelín. Además, las posturas mantenidas hasta el presente por las autoridades oficiales de los dos países en las relaciones bilaterales demuestran que tanto Praga como Viena no están dispuestas a permitir que semejantes problemas afecten el nivel de las relaciones mutuas.