Aquí te pones la capucha y corres a casa porque te mueres de frío

David Llorente (Foto: autora)

David Llorente, joven madrileño, lleva seis años dando clases de literatura y gramática española en un instituto bilingüe checo-español de Praga, pero lo que más le gusta es hacer teatro.

David Llorente  (Foto: autora)
Hola David, ¿cómo estás?

“Estoy muy bien, muchas gracias. ¿Y tú?”

Bien, gracias. ¡Qué tiempo malo hace hoy en la República Checa! ¿Cómo te sientes?

“Pues, me siento normal, porque ya estoy acostumbrado al tiempo malo de la República Checa. Yo nunca he encontrado ningún tiempo bueno.”

¿Hace cuánto tiempo estás aquí?

“Éste es mi sexto año aquí en Praga.”

¿Y qué estás haciendo?

“Trabajo en un instituto de clases de literatura española y de español como lengua extranjera. Y eso es lo que hago.”

¿Y cómo aconteció que llegaste a Praga?

“Bueno, estaba en Madrid viviendo y trabajando y el trabajo que tenía no me gustaba demasiado, así que empecé a buscar otras cosas, sobre todo en el extranjero. Y recibí la oferta de trabajar en un colegio bilingüe y vine a Praga.”

Así que, parece que el trabajo te gusta si ya llevas seis años aquí. ¿Cómo son los estudiantes checos?

“El trabajo me gusta, explicar el español y literatura me gusta. Pero también me gusta, una vez que salgo del colegio, lo que no es trabajo, lo que me encuentro en la ciudad y en la gente. Y los alumnos checos son buenos, son disciplinados, estudian, unos más otros menos, pero problemas con ellos de disciplina o ese tipo de cosas no hay. En consecuencia es muy fácil trabajar en el colegio con ellos.”

¿Qué tenemos nosotros los checos en común con los españoles y qué no?

“Hombre, ¿en común? Pues todo lo que pueden tener en común dos personas. Y ¿qué no? A mí me parece que los checos sois más pacientes, menos espontáneos, pero según he ido conociendo a los checos, he ido viendo que no tenemos tantas diferencias. Lo único es que la vida en España se hace más al aire libre y eso condiciona mucho las relaciones sociales. No es lo mismo pasarte las tardes con el sol en la calle hablando con todo el mundo, que salir del trabajo y ponerte la capucha e ir corriendo a la casa porque te mueres de frío. Eso es una diferencia muy grande, claro. Pero en general no le veo mucha diferencia.”

Volviendo a tu trabajo, tú eres profesor y tus colegas deben ser también checos. ¿Cómo compararías la enseñanza de los checos y de los españoles?

“Diferencias sí hay. Yo creo que muy importantes las diferencias no son. Por lo que puedo ver en el colegio, pues nosotros, los españoles, mantenemos una relación con los alumnos como más cercana. Eso no significa que seamos amigos para nada, pero la relación es más cercana. Luego a la hora de explicar la materia, nosotros en España en la universidad nunca nos dieron y no nos gustó explicar las cosas a partir de datos concretos, a partir de fechas, a partir de nombres concretos. Eso no. Así que, nosotros solamente prescindimos de esas cosas y explicamos más los temas, explicamos a partir de deducir, a partir de hacer pensar. Y es verdad que los checos van más al dato concreto, a la memoria, a la enseñanza un poco más enciclopédica, que tampoco está mal. Ahora está muy en desprestigio la memoria, pero la memoria es muy importante también.”

Y en el colegio ¿qué te gusta más?

“Quizá lo que más me gusta en el instituto es cuando hacemos teatro, porque hay un grupo de teatro en español que me toca dirigir a mí y hay mucho interés por parte de los alumnos. Además cada año hay un festival de teatro internacional en el que participan casi todos los bilingües de Europa Central y del Este, porque somos muchos, y cada año es en una ciudad diferente y allí nos reunimos todos y hacemos teatro, independientemente de que también hacemos el teatro aquí en Praga.”

¿Quién escoge las obras?

“Las obras hay que buscarlas y adaptarlas. El primer año lo hacíamos así mi compañero y yo, pero al elegir obras y adaptarlas y recortarlas y a ver cuántos actores somos y cuántos personajes tiene y etc., es un trabajo un poco pesado, decidí hacerlas yo. El primer año escribí una y salió todo bien. Y a partir de entonces las vengo haciendo yo y la verdad es que hasta ahora nadie se ha quejado.”

¿Son buenos actores los estudiantes?

“Los estudiantes son buenos actores. Todos los estudiantes en clase somos unos actores (…). No, en serio. Haciendo el teatro, los hay muy buenos y los hay menos buenos, profesional no es ninguno.”

¿Crees que ayuda también a aprender el español?

“Claro, eso es fundamental. Las personas que hacen teatro, adquieren un nivel de español muy bueno. Y se nota quién hace el teatro y quién no.”

Muchas gracias por la entrevista, David, y hasta pronto.

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