Adolf Loos, arquitecto del Raumplan

Adolf Loos
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Así como antes se hablaba en la arquitectura de planos, a partir de Adolf Loos se puede hablar del Raumplan o Planta Espacial. En las postrimerías del siglo XIX ningún otro arquitecto dominó los principios de la economía del espacio tanto como Adolf Loos, oriundo de Brno en Moravia del Sur.

En las cercanías del hotel Continental de Brno se alza del terreno un montículo de piedras. En ese lugar se encontraba la casa donde en 1870 nació Adolf Loos. Los bloques de piedra son originales procedentes de la cantera de su padre.

"El mismo Loos declaró posteriormente que había tenido una gran suerte al poder familiarizarse desde pequeño en la cantera de su padre con casi todos los oficios, quizá salvo la sastrería. Allí pudo ver muchas cosas que luego utilizó como arquitecto".

Así nos explicó Jana Svarcová del Museo de la villa Müller en Praga, la única obra arquitectónica de Adolf Loos en la República Checa que es accesible a un público más amplio.

De la infancia del arquitecto no se sabe mucho. Se suponía que se encargaría del taller de su padre. No obstante, después de acabar la escuela técnica en Brno, Loos se fue a estudiar arquitectura a Dresde, y en 1893 viajó a EE.UU. Allí pasó varios años ganándose la vida, entre otros, como albañil y dibujante en una empresa diseñadora. Al regresar a Europa, se instaló en Viena, separándose por cierto tiempo de Bohemia.

"Más tarde realizó una serie de obras importantes en Brno y Pilsen y declaró que Checoslovaquia era su patria. Se sentía en este país como en casa y su 60 cumpleaños lo celebró en la misma villa Müller".

La villa Scheu, que Loos construyó en 1912 en Viena, fue la primera casa de terrazas en Europa Central. En la villa Müller de Praga, que realizó entre 1928 y 1930 para el empresario de construcción checo Frantisek Müller y su esposa Milada, Adolf Loos coronó su idea del Raumplan o sea de la Planta Espacial, explica Jana Svarcová.

"El concepto del Raumplan consiste en que Loos adjudicaba a cada una de las habitaciones, a cada uno de los espacios, una importancia distinta. Afirmaba que un dormitorio, por ejemplo, no tiene la misma importancia que una sala de estar, que es un espacio de representación. De la importancia de las habitaciones dependía su tamaño o la altura del techo. Loos situó los cuartos a lo largo de un eje imaginario en la casa como si rodaran en una espiral. Cada habitación correspondía a los fines a los que debía servir. Así, la sala de estar, donde tienen lugar las actividades sociales, es un inmenso y precioso espacio. Al contrario, el dormitorio de los niños pertenece a la parte privada de la casa, y por lo tanto no necesita unos techos de dos metros".

Loos realizó asimismo los interiores de la residencia familiar del socio de Müller, Lumír Kapsa, en la cual se encuentra hoy en día la Embajada de Irán. Junto con el arquitecto Karel Lhota, Loos participó también en la construcción de la villa Winternitz en el barrio capitalino de Smíchov.

Adolf Loos amaba los materiales de calidad, importando para la realización de sus viviendas, por ejemplo, mármoles del Mediterráneo, que sabía cortar y componer de una manera magistral, afirma Jana Svarcová.

"En algunas habitaciones usa una gama de colores que, uno diría, no iban a compaginar. Al lado del violeta un marrón, por ejemplo. Pero el sabía elegir y poner en armonía los colores de tal manera que el efecto final es, realmente, muy agradable. Es extraño, pero especialmente al final de su carrera Loos no dibujaba sus proyectos, no diseñaba. En vez de ello vino y describió lo que deseaba que se realizara. No era tal vez un gran dibujante, y por ello no trazaba los planos. Por lo tanto, en la villa Müller se encargó de los planos Karel Lhota".

Adolf Loos era un trotamundos, siempre en viajes trasladándose entre Viena, Suiza, Bohemia y París, donde proyectó una casa para el dadaista Tristan Tzara.

"Yo diría que Loos era muy original. Me imagino que era un ser irrefrenable, un hombre al que no era posible parar. En nuestro museo guardamos un bonito libro de recuerdos de la época de la construcción de la villa. El constructor Kriegerbeck recuerda la colaboración con Adolf Loos, como, por ejemplo, cuando una vez lo buscaron toda una semana. Él estaba en París y ellos lo necesitaban aquí para arreglar unos asuntos con la oficina de inspección de obras. Loos les escribió desde Francia que no tenía dinero para regresar, pues, que vinieran a recogerlo".

Adolf Loos padeció durante toda la vida una deficiencia del oído. Falleció en agosto de 1933 en un sanatorio de Viena.


Adolf Loos apuntaba con orgullo que sus espacios no se pueden fotografiar, que sólo se pueden describir. Para conocer la obra de Adolf Loos les recomendamos visitar directamente la Villa Müller en Praga o sus páginas en www.mullerovavila.cz.