Tres apartamentos diseñados por Adolf Loos se abren al público en Pilsen

El apartamento del doctor Vogel, foto: Zdeňka Kuchyňová

Desde abril los turistas que visiten Pilsen disfrutarán de la posibilidad de visitar los interiores de tres apartamentos diseñados por el renombrado arquitecto Adolf Loos. La historia de estas viviendas nos las cuenta el especialista Karel Zoch.

Adolf Loos
Adolf Loos, nacido en Brno en 1870, fue uno de los arquitectos más influyentes de su tiempo, y uno de los mayores exponentes del estilo funcionalista, que abogaba por la eliminación de los ornamentos y la creación por tanto de superficies lisas y limpias, características de la arquitectura actual.

Entre las obras más conocidas de Loos destaca el revolucionario Café Museum y la Casa Loos, ambos en Viena, la Villa Karma de Montreux o la Villa Müller de Praga. Menos conocidos son los apartamentos que diseñó en Pilsen, y que este año, en ocasión de la capitalidad cultural de esta ciudad checa, serán abiertos al público.

Desgraciadamente, por los reveses de la historia, no han podido ser más, explica Karel Zoch, del departamento de Patrimonio del Ayuntamiento de Pilsen.

Karel Zoch,  foto: Zdeňka Kuchyňová
“Originalmente había unos trece. De ellos se conservaron solo ocho, además en estados de conservación bastante diversos. En algunos casos se trata de apartamentos enteros, en otros de una sola habitación o incluso de solo una parte”.

Este hecho se explica por el origen social y étnico de los propietarios originales de las viviendas, que se situaban en el punto de mira ideológico de los dos totalitarismos que sufrió Checoslovaquia en el siglo XX, prosigue Zoch.

“Prácticamente todos los propietarios eran comerciantes e industriales judíos relativamente ricos. Sus destinos son dramáticos. Durante la ocupación nazi fueron perseguidos, muchos perecieron en los campos de concentración, algunos consiguieron huir al extranjero. Después de la guerra regresaron pero después de febrero de 1948, con la toma de poder de los comunistas, el Estado de nuevo les confiscó las viviendas y tuvieron que volver por segunda vez al exilio. En algunos casos viven aquí los descendientes de los habitantes originales, por ejemplo en la casa del señor Brummel”.

La casa del señor Brummel,  foto: Martina Schneibergová
De hecho el carácter monumental de las viviendas pasó completamente desapercibido durante décadas incluso para sus nuevos inquilinos, lo que al final acabó redundando, lógicamente, en su mala conservación, subraya Zoch.

“Durante el comunismo y los años inmediatamente posteriores había varios inquilinos que de verdad no se podían ni imaginar que vivían en un piso diseñado por Loos. No estaba escrito en ningún sitio. Cuando firmaron el contrato de alquiler no sospechaban que vivirían en un espacio único. Sin embargo en algunos apartamentos protegidos como monumentos sí que lo sabían”.

Heredando una joya oculta

El cambio se produjo tras la caída del Comunismo y la restitución de las propiedades confiscadas tras 1948. Los descendientes de las familias que contrataron los servicios de Loos en los años 20 se encontraron de pronto con apartamentos de gran valor arquitectónico en desigual estado de conservación.

El apartamento de los Kraus en la calle Bendová,  foto: Martina Schneibergová
Uno de ellos Michal Brummel, estuvo restaurando los interiores de su nueva vivienda a lo largo de 12 años. El primer impulso fue su visita en el año 2001 a la famosa villa Müller de Praga, proyectada también por Loos, y el descubrimiento allí realizado. Las familias que encargaron estas dos viviendas se conocían e incluso se prestaban y materiales. Por ejemplo, Loos pensó revestimientos de mármol de la villa Müller en principio para la casa de los Brummel, pero esta familia optó al final por el uso de madera de álamo canadiense para su comedor y el mármol acabó en Praga.

Entre los otros interiores abiertos al público encontramos el apartamento de los Kraus en la calle Bendová y el del doctor Vogel en la calle Klatová. Para acceder a ellos hay que atravesar un pasillo que parte desde la vivienda contigua. El estado de conservación es bueno, ya que durante la ocupación el lugar fue sede de la Oficina de Trabajo y posteriormente tuvo también un uso administrativo. Loos diseñó no solo el mobiliario de todo el apartamento, sino también la consulta y la sala de rayos equis del doctor Vogel.

“Los dueños de este piso lograron escapar a Canadá, y no hemos conseguido establecer contacto con ninguno de sus descendientes. La pregunta es si existen o si todavía viven. El año pasado visitó otro de los interiores de Loos un familiar de los Semlr, otra de las familias propietarias, y este recordaba que en su casa se hablaba mucho del doctor Vogel”.

Apartamentos funcionalistas para una nueva época

El apartamento del doctor Vogel,  foto: Zdeňka Kuchyňová
Los rasgos de las tres viviendas, ahora completamente restauradas, coinciden en su estilo limpio y racional, sin prescindir del lujo. Loos trataba de superar la excesiva decoración que se exigía en la época y hacía hincapié en la funcionalidad de los apartamentos, como muestra por ejemplo la existencia de modernos armarios empotrados.

Otro rasgo distintivo del arquitecto es su peculiar concepción espacial y de distribución de las habitaciones, apunta Zoch.

“Loos aseguraba que desde el trazado del plano cada habitación y su función deriva directamente su altura. En condiciones ideales, cada espacio de la casa debería tener una altura distinta. Surgiría así un laberinto bastante complejo. Loos acabó completamente con la concepción tradicional de los suelos. En las casas que diseñó se establece que por ejemplo del salón se sale al comedor, que se halla un cuarto de piso más arriba, y desde aquí por varias escaleras a otras habitaciones”.

El apartamento del doctor Vogel,  foto: Zdeňka Kuchyňová
No obstante esta idea no se pudo aplicar en los apartamentos por motivos obvios: había que respetar el espacio limitado por arriba y por abajo que impone un piso.

“En Pilsen por desgracia Loos nunca recibió el encargo de un edificio completo, desde el principio, siempre eran adaptaciones de casas ya existentes. Por eso este principio lo encontramos solo en un interior, el de la calle Klatovská, la última obra de Loos, diseñada en 1933, el año en el que murió. Después de su muerte todo el trabajo fue supervisado y corregido por su colaborador, el arquitecto Heinrich Kulka”.

Adolf Loos también se encargó del diseño de los muebles, creando verdaderas joyas que sin embargo los visitantes no van a poder ver en el original, explica Zoch.

“En los pisos que son propiedad del Ayuntamiento, por ejemplo los de las calles Bendová y Klatovská, del mobiliario original se ha conservado solo lo que formaba parte de la construcción en sí. Permanecen los muebles empotrados, los revestimientos de madera, mármol o piedra. Pero todo lo que se podía robar o llevarse no se ha salvado. Los muebles que se encuentran ahora aquí, las sillas, los sillones, son réplicas creadas según fotografías y según los otros modelos que sí se han conservado en otros lugares”.

El apartamento del doctor Vogel,  foto: Zdeňka Kuchyňová
La fabricación de las réplicas fue de hecho posibilitada por la colaboración con otras instituciones, comenta.

“Las fotografías nos las prestó el Museo de la Ciudad de Praga, en concreto su centro de estudio y documentación Adolf Loos, la institución más importante en nuestro país que se dedica a este arquitecto. Recibieron las fotos de la galería vienesa Albertina, donde se mantiene el archivo de Loos”.

Entre las curiosidades de la restauración de estos tres apartamentos destaca el hallazgo de ventanas de color verde brillante, únicas en la obra de Loos, la reconstrucción de tapices a partir de pequeñas piezas encontradas de forma casi detectivesca y la caja fuerte que los restauradores descubrieron en un revestimiento de madera. La llave se tenía desde hacía años, pero nadie había podido hallar la cerradura donde encajaba.