Vuelven a endurecerse las restricciones en Chequia: cerrarán escuelas y restaurantes
Las medidas para frenar el COVID-19 serán aún más estrictas en Chequia. El miércoles cerrarán las escuelas y los restaurantes y se verá aún más limitado el número de personas que se pueden reunir.
El Gobierno del primer ministro, Andrej Babiš, se reunió en la tarde del lunes para debatir nuevas restricciones con el fin de frenar la tendencia cada vez más preocupante de la propagación del COVID-19 en Chequia.
Tras largas deliberaciones, las nuevas medidas fueron anunciadas en horas de la noche. Estas afectarán principalmente a los establecimientos de gastronomía y a las escuelas. De acuerdo con el ministro de Salud, Roman Prymula, las restricciones son limitantes, pero necesarias.
“La tendencia actual es similar a la de otros países en los que se introdujeron medidas generales, como Israel. Debemos acudir a estas medidas porque ya no tenemos otra opción. Estamos obligados a adoptar restricciones que ayuden a revertir la tendencia en unas dos o tres semanas como máximo. Si no lo logramos, lógicamente, excederemos la capacidad del sistema de salud”.
A partir del miércoles 14 de octubre deberán cerrar sus puertas todas las escuelas, con excepción de los centros preescolares. La enseñanza se dará a distancia también para los alumnos de los primeros cinco grados de los centros de educación primaria, que hasta ahora asistían a las clases en persona.
El ministro de Salud, Roman Prymula, prevé que las escuelas volverán a abrir el 2 de noviembre, tras las vacaciones de otoño de los alumnos. Al igual que en primavera, serán designados centros escolares para los hijos de los trabajadores esenciales, como médicos y enfermeras, según confirmó el primer ministro Babiš.
La semana pasada, el Gobierno prolongó la posibilidad de cobrar apoyo financiero a los empleados que se vean obligados a quedarse en casa para cuidar de sus hijos menores de diez años u otro miembro de la familia. Esta ayuda equivaldrá a un 60 % de los ingresos, con una cantidad mínima diaria de unos 15 euros.
Golpe final para los restaurantes y bares
Las nuevas restricciones afectarán duramente a los establecimientos de gastronomía. Los restaurantes, bares y clubes deberán cerrar durante tres semanas, según informó Babiš en rueda de prensa.
“Cerraremos los restaurantes, solo será posible comprar comida para llevar. Esta fue una de las decisiones controvertidas. Todas estas medidas se aplicarán a partir del 14 de octubre y permanecerán vigentes durante el declarado estado de emergencia, que terminará el martes 3 de noviembre”.
La situación se vuelve crítica para el sector. De acuerdo con Luboš Kastner, de la Asociación de Pequeñas y Medianas Empresas de la República Checa, el número de clientes que acuden a este tipo de establecimientos en las últimas semanas se ha reducido en la mitad. Kastner insiste en que el Gobierno debe aprobar un paquete de rescate para los emprendedores del sector que, sin ayuda, iniciarán despidos masivos y se verán obligados a cerrar de manera permanente.
Otra restricción adoptada por el Gobierno limita a seis el máximo de personas que podrán reunirse. Se aplicarán excepciones, por ejemplo, a miembros de la misma familia, reuniones de administraciones o partidos políticos.
Para evitar una mayor concentración de personas, el Gobierno ha decidido prohibir también el consumo del alcohol en espacios públicos.
Además, las mascarillas volverán a ser obligatorias también en las paradas y salas de espera del transporte público, y no solo dentro de los vehículos, como hasta ahora.
En vista de la creciente presión que la pandemia ejerce sobre el sistema sanitario, el Gobierno ha aprobado que los estudiantes de cuarto y quinto año de medicina ayuden en los centros médicos. Asimismo, ha llamado a estudiantes de otras carreras, como farmacéuticos y enfermeros.
Crítica de la oposición
Varias de las medidas adoptadas por el Gobierno han sido criticadas por la oposición, al igual que la manera en la que fueron comunicadas. La rueda de prensa planeada para las 17:30 horas del lunes se vio cancelada, al igual que el discurso del ministro Prymula, a las ocho de la noche. Las conclusiones del Gobierno fueron comunicadas finalmente después de las 22 horas.
El jefe del Partido Cívico Democrático, Petr Fiala, expresó que “un Gobierno que no es capaz de informar de manera clara y puntual a sus ciudadanos, no es capaz de protegerlos”. Por su lado, Vít Rakušan, del movimiento Alcaldes e Independientes, incitó a la población a que respetara las nuevas medidas, pero criticó el trabajo del Gobierno de Babiš.
“Todos vemos que el crecimiento es exponencial y entendemos que puede crear problemas para nuestros trabajadores médicos y el sistema sanitario. Respetemos las medidas y discutamos algunas de ellas, pero pidamos al Gobierno información, datos y una comunicación abierta. No griterío de su gabinete de relaciones públicas”.
Tras ser cuestionado en rueda de prensa, Babiš afirmó tener la conciencia limpia y no ser consciente de que su Gobierno cometiera errores al gestionar la crisis del coronavirus. Comentó que, si acaso hubiera habido alguno, su Gobierno supo aprender de ellos y está intentando rectificarlos.
Babiš y Prymula coincidieron en que si el número reproductivo en Chequia disminuye en una semana a 0.8, las medidas podrían volverse menos estrictas. El ministro de Salud confirmó el pasado viernes que el número reproductivo en Chequia se encontraba en un 1.5.