Vojtech Kubasta - el mago oculto

La historia de un oso
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Vojtech Kubasta es conocido y apreciado en el mundo entero por su creación de libros tridimensionales. Sin embargo, muy poca gente conoce a este ilustrador checo en su patria natal. El régimen totalitario checoslovaco no favorecía a los artistas independientes. A pesar de las condiciones poco favorables, el diseñador logró llevar adelante sus ideas y crear bellísimos libros para niños, que era lo que más le gustaba.

A finales del año 2006 e inicios de 2007, la Galería Mansarda, en Praga, organizó una exposición de la obra de Vojtech Kubasta, denominada El mago oculto, ya que los libros pop-up de Kubasta parecen ser la creación de un mago. Y lo de oculto era porque en el régimen totalitario de la Checoslovaquia comunista, este autor fue persona non grata por ser demasiado innovador y demasiado libre en sus pensamientos.

Vojtech Kubasta nació el 7 de octubre de 1914 en Viena, pero después del fin de la Primera Guerra Mundial, cuando tenía cuatro años, se trasladó con sus padres a Praga. Allí vivió y trabajó hasta su muerte en 1992. Praga era su ciudad preferida, la representó en sus imágenes a lo largo de toda su vida.

Desde la niñez se interesó por el dibujo y por el arte en general, decoraba sus cuadernos de escuela. Admiraba a Mikolás Ales y a Josef Lada, sobre todo sus escenas de la Natividad que se podían cortar de una hoja de papel cartón y colocar sobre la mesa o debajo del árbol navideño.

Después de la secundaria decidió estudiar arquitectura, aunque su padre hubiera preferido el derecho. Kubasta formó con tres compañeros de clase un grupo artístico llamado Cuadrifolio y colaboró con ellos en mayores proyectos arquitectónicos en la universidad y también después de terminar los estudios. Fueron, por ejemplo, condecorados con un premio por el excelente proyecto para la estación de metro Andel.

Los profesores se asombraban del entusiasmo y de las ideas innovadoras de los jóvenes estudiantes de arquitectura. Sabían que cuando un proyecto se lo encargaban a ellos, recibieran un trabajo perfecto. Cada uno de los miembros del grupo desempeñaba una función diferente; Kubasta se encargaba de dibujar los planos finales.

Realizó numerosos viajes a los Alpes, a Bulgaria, Yugoslavia y Turquía. Siempre llevaba consigo un cuaderno para poder dibujar, y todo lo conservaba. A lo largo de toda su carrera, la colección de estos esbozos le sirvió de fuente para sus libros de historias situadas en ambientes exóticos. Así sus diseños eran auténticos, ya que eran fieles a la realidad hasta el último detalle.

Desde el tiempo de sus estudios universitarios trabajó en proyectos menores de diseño de logotipos y otros elementos gráficos para diversas empresas. Durante la ocupación alemana trabajó como obrero en una fábrica de utensilios plásticos. Pero incluso allí se dedicó a diseñar los productos.

Emprendía viajes por todo el país y conservaba en sus imágenes la arquitectura rural en vía de desaparición. Las series de estos dibujos le sirvieron sobre todo en la creación de sus diversas escenas de la Natividad. Trabajó para el Teatro de Títeres de Smíchov del director Cenek Sovák. Dibujaba Praga.

Más tarde, conoció al editor Otakar Storch-Marien, para el cual preparó una serie de litografías coloreadas a mano con la temática de la antigua Praga (Loreto, Monasterio de Strahov, Palacio Wallenstein y la Biblioteca Nacional, llamada Klementinum). Aunque era un producto de lujo, tenía éxito, ya que nadie podía saber si a Praga le esperaría el mismo destino que a Londres o a Varsovia que fueron bombardeadas por el ejército alemán.

Vojtech Kubasta colaboró con más de treinta editoriales y mucha gente apreció su trabajo. Dibujó para la editorial de Václav Zikes y más tarde comenzó a colaborar con la casa editorial Aventinum. La parte principal de su creación fueron los libros para niños, y desde entonces se dedicó a este campo del dibujo durante toda su vida.

En los años cincuenta fue encargado por la Cámara de Comercio Checoslovaca de diseñar folletos publicitarios para las más destacadas empresas de aquella época como Tesla, Pilsner Urquell y Koh-i-Noor. Allí fue donde nació la idea de crear los libros desplegables, es decir los pop-up.

El nombre de Vojtech Kubasta fue casi desconocido en los años totalitarios, el régimen más bien lo ignoraba. De vez en cuando le impedía publicar algunas obras, por ejemplo sus magníficas escenas de la Natividad tridimensionales. Pero Vojtech Kubasta continuaba dibujando e ideando sus libros porque esta actividad le llenaba de alegría y quería compartirla con otras personas.

Sabía que los libros que se mueven, y de los cuales se despliegan los personajes y los edificios, son mucho más atractivos para los niños. Y era sobre a ellos a quienes dedicaba sus dibujos y sus historias. Le hacía feliz el saber que los niños en el mundo entero podrían jugar con sus libros.

Conversamos con la hija de Vojtech Kubasta, Dagmar Vrkljan-Kubastová, quien nos explicó muchos detalles de la vida de su padre y de su trabajo de ilustrador.

Dagmar Vrkljan-Kubastová vive en la actualidad en Canadá, a donde emigró en el año 1968, después de la ocupación soviética. Es afiliada a la Asociación de Libros Móviles que en el año 2005 publicó un catálogo de los más destacados libros desplegables de la historia. Entre los diez autores más importantes figura el nombre de Vojtech Kubasta.

¿Qué le viene a la mente cuando se dice el nombre de Vojtech Kubasta?

"Cuando me acuerdo de mi padre, en seguida me viene a la mente el cuento de hadas nocturno. Cada noche, antes de ir a dormir, nos contaba una historia. Las inventaba él y todas eran originales, ni una sola vez se repetían. Mi niñez fue como un cuento de hadas, fui feliz y además estuve rodeada por cuentos todo el tiempo".

¿Y cómo era Vojtech Kubasta el ilustrador?

"Vojtech el ilustrador era trabajador, bondadoso, era una persona buena e inmensamente modesta. Mi padre trabajaba en casa, en el salón del departamento. Jugábamos al lado de su escritorio. Aunque hacíamos mucho ruido, él conseguía concentrarse. Era un padre muy bondadoso y muy paciente. Mi hermana y yo recordamos que nunca vimos a nuestro padre sin lápiz o pincel en la mano. Trabajaba siempre. Pero igual así tenía tiempo para jugar con nosotras y para contarnos historias, se nos dedicó mucho".

La producción de su padre es muy amplia. ¿Cuál de los géneros que cultivó considera Ud. que lo representa más?

"Para mí los dibujos que ilustran cuentos infantiles son lo más significante de la obra de Vojtech Kubasta, seguidos por los pop-ups. Hoy es conocido sobre todo como autor de pop-ups. Gracias a los libros tridimensionales se convirtió en un artista destacado y apreciado. Pero lo apreciaron en el extranjero, no en su país natal. Su obra fue descubierta internacionalmente gracias al interés en los EE.UU., Canadá y Gran Bretaña".

Cada imagen de Vojtech Kubasta está llena de ternura y de maestría. Sobre todo en los libros para niños se nota mucho el afecto con que los diseñaba.

"Para mi padre los niños lo eran todo. Cuando mi hermana y yo éramos pequeñas, se dedicaba muchísimo a nosotras. Cuando vine a Canadá, me escribía mucho, hasta dos cartas a la semana, y se acordaba en ellas de nuestra niñez, de cuánto nos amaba. Mi padre admiraba la fantasía de los niños y le fascinaba cómo entendían los dibujos y los libros. Lo vimos por ejemplo cuando mi hijo le envió a mi padre una postal para su cumpleaños. La dibujó él mismo y mi padre la analizó desde el punto de vista del razonamiento ya de la inteligencia del niño".

¿Los libros y las postales tridimensionales eran invención de él o se inspiraba en algo?

"Mi padre coleccionaba antiguas estampas religiosas. Alguna vez envió una de ellas a mis hijos para su cumpleaños. Me acuerdo que algunas de ellas venían dobladas y cuando se abrían, salía por ejemplo una rosa. En estas imágenes se inspiró mi padre para hacer los libros desplegables y desarrolló la técnica a la perfección".

¿Y cómo conseguía diseñar las páginas que se desplegaban?

"Mi padre decía que veía todo en tres dimensiones. Nunca imaginaba sus diseños planos, sino que, antes de comenzar a realizarlos ya los veía desplegados en el espacio. Para él era una cosa natural y facilísima, aunque no tenía a su disposición los ordenadores con los cuales pueden trabajar los diseñadores de hoy. En mi niñez me fascinaba ver cómo se abría una página de papel plegado y de repente salía Caperucita Roja o los Siete Enanitos. Yo aunque tengo talento para dibujar, no lo tengo en absoluto para los dibujos tridimensionales. El talento de mi padre era algo único".

¿Qué pensaba Ud. cuando era niña y veía a su padre dibujar en casa?

"Esta escena la tengo muy viva en la memoria. Cierro los ojos y como si estuviera de nuevo al lado del gran escritorio de mi padre. Él trabajaba siempre en casa y yo me ponía a su lado izquierdo desde cuando era niña. Y allí observaba lo que él hacía. Me gustaba muchísimo, por eso le llamaba el mago, ya que de repente sabía hacer aparecer a una princesa y mi padre me preguntaba qué color de cabello debía tener, y qué corona y qué vestido. Me sentía parte de las ilustraciones".

¿Se acuerda Ud. del primer pop-up que vio hacer a su padre?

"Yo creo que uno de los primeros fue Caperucita Roja y luego Blancanieves".

¿Hay un pop-up que su padre prefiriera?

"Los pop-ups que mi padre prefería eran los de la serie de Tip y Top. Él mismo inventaba las historias, no figura como autor en los libros, pero los inventaba él. Mi padre estaba muy orgulloso de esta serie que representó una nueva dimensión en los libros para niños. Y estaba también muy satisfecho de los modelos panascópicos de las naves de Cristóbal Colón y del castillo medieval. Son de los más apreciados de toda su obra; en Japón utilizaban la flota de Colón como utensilio en las escuelas. Y no puedo omitir las escenas de la Natividad, mi padre las amaba muchísimo, era uno de sus trabajos preferidos".

Usted tiene una gran colección de gráficas, de libros, de pop-ups y de obras ocasionales únicas, que su padre creó para Ud. y para los hijos de Ud. ¿Conoce toda la obra de su padre? ¿Cree que pueden aparecer piezas nuevas que Ud. no tiene o incluso nunca ha visto?

"Mi padre dibujó un plan del centro de Praga en el cual destacó los sitios donde vivió Franz Kafka. Esto no lo sabía, conocí esta obra suya a través de una página web americana. Me sorprende la enorme amplitud de su trabajo. Creo que siempre continuarán saliendo a la luz cosas nunca vistas, lo que les alegra mucho a los coleccionistas de su obra".

¿Y qué es lo que prefiere Ud. de la obra de su padre?

"A mí lo que más me recuerda a mi padre son las acuarelas de nuestros viajes al mar en Yugoslavia. Me acuerdo como dibujábamos juntos en la playa, venían niños a ver qué hacíamos y yo me sentía muy importante. Mi padre se divertía viéndome así. Y luego, el libro Cuentos de hadas del mundo entero. Los cuentos de hadas son los que más me gustan".

En el mundo entero existen muchos coleccionistas de la obra de Vojtech Kubasta. El autor es apreciado no solamente por los libros tridimensionales, sino por sus litografías, ilustraciones de libros, postales y trabajos publicitarios.

Vojtech Kubasta murió el 7 de julio de 1992 en Dobrís. Aunque este año celebramos el decimoquinto aniversario de su muerte, su obra sigue viva y sigue dando felicidad a los niños, sin diferencia de edad, en todo el mundo.

Dibujos usados: Por gentileza de Bienes Museum of the Modern Book, Ft. Lauderdale, FL