Varios países europeos acuerdan en Praga la lucha conjunta contra el cambio climático
Diversos políticos europeos se dieron cita en Praga para coordinar su estrategia en cuanto al cambio climático de cara a la próxima cumbre de la ONU de Copenhague. El ministro checo de Medio Ambiente, Martin Bursík destacó que durante la presidencia checa de la Unión Europea tratará de conseguir que los países más importantes del mundo se sumen a la lucha contra el calentamiento global.
El objetivo es presentar un frente sólido y decidido en la cumbre de la ONU que se celebrará en Copenhague en diciembre de 2009 y donde se intentará establecer un nuevo compromiso internacional que sustituya al protocolo de Kyoto.
La Conferencia fue organizada por el ministro checo de Medio Ambiente, Martin Bursík, del Partido de los Verdes. Bursík destacó la importante labor que le espera a la República Checa durante su próxima presidencia de la Unión Europea. Los checos tendrán que conseguir la aprobación del llamado Paquete Energético, que pretende reducir las emisiones europeas de dióxido de carbono y al que se opone Polonia. Al mismo tiempo, la República Checa deberá defender la política europea frente al cambio climático a nivel mundial, como ha subrayado Bursík.
“Será una diplomacia climática. Tenemos planeados viajes por todo el mundo: Rusia, Brasil, Argentina, China, la India… Y también a Estados Unidos. Vamos a negociar con la nueva administración estadounidense.”, afirmó.El ministro destacó que durante la presidencia checa se tratará de convencer a estos países para que se sumen a la lucha contra el cambio climático. Esto se hará a través de un apoyo económico que, según Bursík, permitirá a los países en vías de desarrollo adquirir la tecnología necesaria para reducir sus emisiones.
Según afirmaron los participantes, Europa es el líder mundial de la protección del clima, y ha demostrado que emprender medidas medioambientales no está reñido con el desarrollo económico. La ministra sueca de medio ambiente, Andrea Carlgren aportó un dato: desde 1990 Suecia ha reducido sus emisiones un 9 por ciento, y sin embargo su crecimiento económico ha sido del 46 por ciento.