Praga mejora su infraestructura verde para combatir el cambio climático
La Administración Técnica de Carreteras (TSK) ha empezado a sembrar más árboles en la plaza Strossmayerovo náměstí, en el distrito de Praga 7, para combatir el cambio climático.
En los años recientes, las olas de calor se han vuelto un fenómeno común en todo el mundo. Las áreas urbanas se encuentran entre las zonas que más problemas enfrentan durante estas condiciones extremas, a causa del efecto que producen los edificios y la infraestructura. Por ejemplo, materiales como el hormigón absorben el calor durante el día, pero no logran refrescarse suficientemente por la noche, lo que aumenta la sensación térmica para los residentes.
Este y otros retos que ha creado el calentamiento global han servido de inspiración para las autoridades checas en su búsqueda de mejorar la infraestructura urbana. Radio Praga Internacional habló con Katarína Svitková, investigadora asociada en el Instituto EUROPEUM, sobre el proyecto más reciente de la Administración Técnica de Carreteras de Praga (TSK), que prevé la siembra de unos 17 alisos en la plaza Strossmayerovo náměstí en el distrito de Praga 7. La experta también tocó el tema de la prevención frente a las condiciones climáticas extremas, incluidas las olas de calor, y asegura que los municipios checos, a menudo, no están bien preparados para evitarlas o por lo menos aliviarlas.
“Por lo general, no estamos muy bien preparados, ya que se nota que las olas de calor son un fenómeno recurrente por toda la República Checa. Desde luego, no es tan frecuente como en Europa del Sur o en otras partes del mundo. Chequia apenas comienza a enfrentarse a las olas de calor y muchas ciudades y municipios checos ya abordan este problema. Es un proceso paulatino, pero el nivel de preparación en Chequia definitivamente no se puede comparar con el de las ciudades de Europa del Sur, por ejemplo, ya que estas disponen de mejores herramientas para combatir estas condiciones”.
Svitková prosiguió que la solución más obvia sería crear más espacios verdes y azules. En realidad, esta estrategia ha resultado ser muy eficaz, ya que un estudio del 2023 que se centró en 93 ciudades europeas descubrió que la creciente presencia de árboles puede reducir las temperaturas urbanas en un promedio de 0.4°C. Svitková también propuso otras posibles soluciones como, por ejemplo, la mitigación de las emisiones de carbono.
“Hay un montón de cosas que en muchos aspectos funcionan. Por ejemplo, la mitigación de las emisiones de carbono es un buen inicio. Este paso conlleva la reducción de la huella de carbono de las ciudades. Esto significa que hay que observar la cantidad y el área de emisiones que produce dicha ciudad e intentar reducirlas tanto como sea posible. Por ejemplo, cuando se trata de áreas como los edificios o el transporte, hay muchas maneras de hacer algo al respecto. La adaptación es sumamente importante. Al aceptar la existencia del cambio climático, al comprender que esto está ocurriendo y que tiene su impacto en las ciudades a través de eventos extremos climáticos, como inundaciones u olas de calor. Así que nos tenemos que adaptar”.
Svitková aclaró que entre los esfuerzos dirigidos a la adaptación, se encuentran, por ejemplo, aumentar la presencia de vegetación y la instalación de elementos y dispositivos de agua. La investigadora explicó que en este momento las autoridades praguenses intentan centrarse precisamente en el incremento de la infraestructura verde en los parques, las calles y las fachadas y los techos de los edificios por toda la ciudad.
El proyecto que ahora tiene lugar en el barrio praguense de Holešovice fue bien recibido, según expresó Svitková, ya que esta área no dispone de muchos espacios de refresco, aparte de los parques de Stromovka y Letná.
“Es un paso en la dirección correcta. Hay que trabajar teniendo en cuenta el plano de la ciudad, los edificios, las calles y las carreteras de las que dispone. Praga 7 es un espacio algo particular, ya que alberga dos parques que naturalmente crean un ambiente refrescante. Sin embargo, el resto del área está mucho más expuesta al calor por la falta de vegetación. Cada esfuerzo por plantar árboles o de planificar más vegetación es un reto, pero vale la pena”.
Además de más soluciones verdes, la infraestructura azul es otro componente esencial para una gestión del agua más eficiente en las ciudades, agregó Svitková. El agua pluvial debería ser recogida y no desperdiciada en el drenaje, por ejemplo. Según la experta, esta agua se puede utilizar para, por ejemplo, la irrigación de las áreas verdes. Asimismo, las ciudades pueden reemplazar algunas superficies con materiales permeables e instalar depósitos de retención para preservar el agua, concluyó Svitková.
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