Vacunar, secuenciar y no volver a desperdiciar el verano
Con la situación epidémica estabilizada en Chequia, el Ministerio de Salud considera volver a las mascarillas quirúrgicas. Mientras tanto, se prepara la vacunación de los niños y Salud intenta resolver sus problemas legislativos después de que los juzgados anularan numerosas regulaciones introducidas por la cartera.
El bajo número de nuevos contagios y la cifra de hospitalizados por coronavirus sugieren que la situación epidémica en Chequia se ha estabilizado. Pero por otro lado, el Ministerio de Salud y los expertos monitorean con preocupación la incidencia de diferentes mutaciones que podrían revertir rápidamente el optimismo que se apodera del país con el levantamiento de las restricciones y el inicio del verano.
Los últimos datos del Instituto Nacional de Salud indican que actualmente se registran en Chequia unos 59 casos de la mutación sudafricana, 27 de la mutación delta y 7 de la variante brasileña, entre otras menos frecuentes.
De acuerdo con el ministro de Salud, Adam Vojtěch, de momento todo parece estar bien, pero afirma que, en caso de ser necesario, la cartera está preparada para actuar de manera inmediata, según indicó para la Televisión Checa.
“Estamos monitoreando minuciosamente la situación y no hay señales de que se estuviera deteriorando en alguna de las regiones, o de que creciera el número de contagiados o de hospitalizados. En este momento no tenemos ningún motivo para endurecer las medidas. Pero estamos preparados para hacerlo y, en caso de ser necesario, las adoptaríamos de la forma más local y regional posible”.
El Ministerio de Salud está considerando asimismo una suavización de las medidas relativas al uso de las mascarillas en espacios interiores como los comercios o el transporte público. Parece que los checos podrían guardar las mascarillas de tipo FFP2 y similares durante el verano y volver a las quirúrgicas, según adelantó el ministro Vojtěch.
“Aún no hemos tomado una decisión, tampoco los expertos son unánimes al respecto. Más o menos la mitad parece estar a favor de las mascarillas quirúrgicas, en cualquier caso no las de tela. Estudios realizados de Inglaterra sugieren que su eficiencia es solo un 7 % menor que en el caso de las mascarillas de mayor protección. El tema lo debatiremos durante la semana y tomaremos una decisión”.
Los expertos sugieren que la situación epidémica actual, la más favorable en meses, es resultado de la campaña de vacunación, que sigue avanzando. De acuerdo con los últimos datos, alrededor de 2.5 millones de personas cuentan con el ciclo de vacunación completo y cerca de 4.7 millones han recibido al menos una dosis, es decir un 44 % de la población.
A pesar del efecto positivo, la República Checa sigue quedando atrás en comparación con otros países miembros de la Unión Europea. Las razones citadas por políticos y expertos son varias, por un lado el rígido sistema de vacunación, por otro una insuficiente campaña que motive a los checos a vacunarse, por ejemplo, según afirmó el presidente de la Cámara de Médicos Checa, Milan Kubek.
“Ahora que se podrán vacunar también los más jóvenes, hace falta motivar a las personas. Sigue faltando una campaña fuerte que apoye la vacunación. Siento que los políticos se están enfocando más en sus campañas electorales. La campaña actual es casi invisible. Estamos hablando de vidas humanas, de miles de millones de euros. La campaña debería ser masiva, que no haya forma de ignorarla. Hace falta motivar a las personas, crear una cierta presión”.
Kubek enfatiza asimismo la necesidad de vacunar a los niños antes de que vuelvan a la escuela. Anticipa que no será fácil convencer a algunos padres para que vacunen a sus hijos, por lo que una campaña eficiente será aún más importante.
Se trata de un tema de suma actualidad, dado que los niños podrían empezar a vacunarse en Chequia a partir del próximo mes. De acuerdo con el primer ministro, Andrej Babiš, para los que tienen entre 12 y 15 años, el registro se abrirá el 1 de julio.
Tras el verano pasado, cuando Chequia bajó la guardia frente al coronavirus y sufrió las consecuencias en otoño, el Ministerio de Salud parece tener varias tareas por delante. Una de ellas es el reconocimiento de las vacunas aplicadas en países de fuera de la Unión Europea. Según informó el ministro Vojtěch, el tema debería estar resuelto para finales de mes.
“Hay varios países de los cuales reconoceremos las vacunas. Estamos trabajando en ello con el Instituto Nacional de Control de Medicamentos. Se trata más bien de un asunto técnico, de cómo comprobar que la persona ha sido vacunada. No es cuestión de la propia vacuna, dado que las vacunas de Pfizer, AstraZeneca u otras están autorizadas en la Unión Europea”.
Suponiendo que la pandemia no desparecerá en las próximas semanas, posiblemente el desafío más grande al que se enfrenta la cartera de Salud es una reevaluación de la manera en la que emite sus reglamentos. El Ministerio ha perdido ya 17 procesos ante tribunales checos, que han anulado otras tantas medidas epidémicas que impuso la cartera. Los motivos han sido principalmente la falta de justificación de las restricciones, la ausencia de un análisis de riesgos y la manera en la que interfirieron en los derechos de los ciudadanos. Además de los 17 mencionados, decenas de procesos adicionales están aún en curso.
El viejo-nuevo ministro de Salud, Adam Vojtěch, ha iniciado una auditoría interna para identificar los problemas existentes y asegurar que la cartera esté preparada para introducir nuevas medidas epidémicas si es que, tras el verano, su intervención vuelve a ser necesaria.