Unos tres mil niños son retirados de sus padres cada año en Chequia

Foto ilustrativa: Barbora Kmentová

Unos 3.000 menores en Chequia son retirados cada año de la custodia de sus padres por sospecha de maltrato físico, abuso u omisión de cuidados. Así lo afirma la Fundación Nuestro Hijo, que ayuda a los menores con problemas en la familia.

Foto ilustrativa: Barbora Kmentová
Privar a los padres de la custodia de sus hijos debería ser un procedimiento excepcional y realizarse cuando existen sospechas fundadas de maltrato físico y psicológico, o acoso sexual. Pero no cuando los padres del menor se enfrentan a una difícil situación financiera y no pueden brindar a sus hijos lo necesario, recalcó Monika Šimůnková, directora de la Fundación Nuestro Hijo.

”Consideramos importante que se dedique una atención mucho mayor a la prevención, más cuando la República Checa se había comprometido a ello hace un par de años. Es necesario brindar ayuda a las familias amenazadas por la pobreza por ejemplo, y trabajar con los padres biológicos del menor, que supuestamente se encuentra en peligro. Los niños deberían ser retirados de sus padres únicamente en casos excepcionales, cuando son maltratados física o psicológicamente, pero no por razones económicas”.

Monika Šimůnková,  foto: Jana Šustová
En opinión de la directora de la Fundación Nuestro Hijo, es necesario que el Estado llegue a crear una amplia red de servicios sociales para las familias con hijos que tienen algún problema y les brinde además ayuda financiera. Šimůnková insistió que enviar a los niños a los orfanatos o a familias de acogida debería representar la última opción para ayudar al menor, y criticó el elevado número de niños que siguen siendo separados de sus padres.

“En enero de este año el Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales indicó que entre 2.500 y 3.000 menores son retirados de sus padres en este país cada año. Consideramos demasiado elevado ese número, más cuando se viola así el derecho del menor a vivir con sus padres biológicos. En sólo una tercera parte de los casos hay sospechas de maltrato y acoso sexual de los niños. En el resto, o sea en unos 2.000 casos, no vemos razón para la privación”.

Otro problema, según Šimůnková, es que sobre la retirada de los niños deciden frecuentemente jueces que no se especializan ni tienen experiencia suficiente con semejantes casos, o tienen demasiado trabajo. Mientras que un juez con agenda civil resuelve alrededor de 350 casos al año, a su colega que se encarga de la tutela de los derechos de los niños le tocan unos cien asuntos más. Es por ello que frecuentemente lleva entre ocho y diez meses que el Tribunal dicte la sentencia sobre la tutela del menor. La Fundación Nuestro Hijo insiste en que es demasiado tiempo cuando se trata del futuro y de los derechos fundamentales del niño.