Una quinta parte de los restaurantes checos piensa en bajar la persiana
Los restaurantes checos se enfrentan a subidas de precios históricas en productos y energía, algo que está empujando a muchos a sopesar el cese de su actividad.
La inflación y el consecuente alza de precios es el fenómeno que ha marcado por completo el curso 2022 y promete continuar dando guerra de cara al próximo.
En esta línea, no solo los consumidores han notado el impacto de la espiral inflacionaria en sus bolsillos, sino también diferentes sectores y actividades cuya supervivencia se ve amenazada precisamente por este motivo.
En clave checa, el sector de la restauración es el último en dar la voz de alarma, y es que hasta una quinta parte de los restaurantes en el país podrían tener que cerrar debido a la inflación.
Al menos así lo recoge una encuesta realizada en el mes de octubre por la empresa de tickets de comida Edenred a la que respondieron más de 220 establecimientos.
"Este año, más del 90% de las empresas han subido los precios en respuesta a la inflación, y el resto ahora está considerando o ya ha decidido subir los precios", dijo a Radiožurnál, emisora de la Radio Checa, la directora de relaciones exteriores de Edenred, Aneta Martišková.
Se trata de un panorama ciertamente alarmante aunque, con todo, otras voces no comparten la previsión de un escenario tan dramático. Es el caso de la Asociación de Hoteles y Restaurantes, que señala que cerca del 16% de las empresas limitarán sus operaciones.
"En un momento en que no tienen clientes, pueden ahorrar en personal y costos", señala Václav Stárek, presidente de la asociación.
Para el sector, el significativo aumento de los costos de la energía y diferentes productos, unido al importante descenso de clientes, supone un golpe ciertamente difícil de sobrellevar.
Tanto es así que, aquellos que no se plantean cesar en su actividad, buscan otro tipo de alternativas para paliar en la medida de lo posible los efectos de la espiral inflacionaria.
Tal y como registra la encuesta de Edenred, algunos establecimientos, por ejemplo, pasan a cocinar platos más sencillos y con un presupuesto más bajo.