Un experimento demuestra que las truchas pueden ser adictas a la metanfetamina
Las truchas expuestas a metanfetamina desarrollan adicción y sufren el síndrome de abstinencia, según un estudio checo publicado en la revista Journal of Experiment Biology. La droga, en cantidades parecidas a las que pueden encontrarse en los ríos, afecta a su comportamiento sexual o a su forma de reaccionar ante un peligro.
Un estudio de la Universidad Checa de Ciencias de la Vida de Praga advierte de los efectos en el medio ambiente del uso de metanfetaminas, cuyo consumo es cada vez mayor en el mundo. Los efectos no son solo catastróficos para las personas, sino también pueden llegar a serlo para la fauna que habita los ríos, donde esta sustancia permanece.
En el experimento se expuso a un grupo de truchas a una concentración de metanfetamina, o pervitín, como se le conoce en Chequia, de 1 microgramo por litro. Cuando el agua dejó de estar intoxicada con la sustancia, el comportamiento de los peces cambió, explicó para la Radio Checa Pavel Horký, ecólogo de la Universidad de Ciencias de la Vida de Praga y autor principal del estudio.
“Desde el momento en el que dejamos de proporcionarles la metanfetamina, empezaron a buscar el lugar de dónde salía. El grupo de control presentó una actividad disminuida y los cambios en su comportamiento fueron acompañados de cambios en el metabolismo del cerebro, a la vez que se detectó la presencia de anfetamina en el cerebro”.
La cantidad elegida para el experimento de un microgramo por litro no es habitual encontrarla en la naturaleza. Pero destaca Horký que, en realidad, sí que pueden llegar a darse concentraciones incluso mucho mayores. Los niveles son muy cambiantes, expuso para la Radio Checa.
“La concentración cambia incluso a lo largo de la semana. En los fines de semana hay un aumento, porque es cuando la gente usa más drogas. Unos colegas realizaron un interesante estudio que demuestra el aumento de la concentración durante la celebración de festivales de música. Por ejemplo, durante los festivales de metal se produce un notorio aumento de la concentración de metanfetamina y se trata de concentraciones relevantes desde el punto de vista medioambiental”.
Los cambios de comportamiento en las truchas recuerdan mucho a los que produce la sustancia en las personas, prosigue Horký.
“Los animales pueden empezar a comportarse de forma muy distinta a lo que es natural en ellos. La ansiedad por la droga puede dominarlos y provocarles que pierdan el deseo por encontrar un compañero adecuado para la reproducción, por ejemplo, o encontrar alimento apropiado, tranquilizarse ante situaciones meteorológicas adversas o reaccionar ante el ataque de un depredador. Así que, realmente, el efecto que tiene en ellos es tan devastador en este aspecto como el que tiene en las personas”.
El estudio pretende ser una advertencia no solo de los efectos de la metanfetamina en el medioambiente, sino de todas las sustancias que las depuradoras no son capaces de limpiar en el agua que vuelve a la naturaleza. La Unión Europea promueve una mayor depuración de las aguas de los países miembros, pero el propio Horký reconoce que es una tarea muy compleja tanto desde el punto de vista tecnológico como del económico. Antidepresivos, analgésicos, cafeína, anticonceptivos y cientos de fármacos de todo tipo se encuentran en concentraciones especialmente altas en las aguas cercanas a las depuradoras, afectando al comportamiento de la fauna, según han demostrado ya numerosos estudios.