Un arquitecto checo da nueva vida a los búnkeres de la Segunda Guerra Mundial
Un arquitecto checo ha elaborado un proyecto para convertir los búnkeres militares abandonados en espacios habitables.
Poco después de que Adolf Hitler llegó al poder en 1933, el gobierno checoslovaco comenzó a construir fortificaciones masivas en las zonas fronterizas para defenderse. En septiembre de 1938, en el territorio checoslovaco ya existían alrededor de 260 búnkeres y más de 10.000 fortines más pequeños para repeler ataques repentinos en diferentes zonas. Sin embargo, debido al Pacto de Múnich, que cedió a los nazis parte del territorio checo, el sistema de defensa nunca fue utilizado. Esta cadena de fortificaciones se puede observar en el campo checo hasta el día de hoy.
Junto con un grupo de entusiastas, el arquitecto Juráš Lasovský tuvo la idea de transformar estas construcciones y darles un nuevo uso. Lasovský compartió con Radio Praga Internacional más detalles sobre su proyecto.
“La idea se originó en 2019, cuando compramos un búnker. En aquel entonces, el Ministerio de Defensa trataba de deshacerse de estas construcciones. Estaban muy asequibles, pero nos resultaba difícil utilizarlas para algo más que para su propósito original”.
Lasovský dijo que él y su equipo querían abrir los búnkeres y hallar una conexión entre el interior y el exterior con el fin de aprovechar su diseño interesante. Por tanto, planean partir cada búnker en dos, elevar su parte superior y traer un poco de luz a la nueva construcción. Por ejemplo, la planta adicional puede servir como un ático para las personas que deseen quedarse a dormir. Además, el arquitecto mencionó que les encanta la forma de los búnkeres y por eso quieren preservarla.
El arquitecto reconoció que su proyecto ha sido inspirado en varios similares que se han desarrollado en distintas partes del mundo. Ahora se encuentra en Escandinavia y viaja a menudo a Suecia, especialmente a la Isla de Gotland, situada en el mar Báltico. Ahí hay muchos búnkeres que han sido tranformados en cabañas privadas. El arquitecto espera que, en la República Checa, los fortines y fortificaciones puedan ser aprovechados de diferentes maneras. Por ejemplo, las nuevas construcciones se pueden conectar con las vías turísticas ya existentes. Agregó que esta sería una forma maravillosa de añadir un poco de aventura a las caminatas que les gustan tanto a los checos.
“Estamos finalizando los esquemas para arreglar los problemas técnicos. Espero que el proyecto se realice en un futuro cercano. No puedo decir cuándo exactamente, pero ya tenemos el proyecto. Ojalá que lo veamos listo lo antes posible. También espero que sea algo único en el contexto checo y que ponga el enfoque en la historia nacional”.
Lasovský concluyó que no desea convertir todos los búnkeres en cabañas, pero que la tecnología de cortar, elevar y brindar luz a los interiores se aplicará en la mayoría de los casos.
