Se abrirá al público la fortaleza Dobrošov, símbolo de la resistencia al régimen nazi
Tras casi tres años de trabajos de reconstrucción, la fortaleza Dobrošov, ubicada en la región de Náchod, abrirá sus puertas al público. Erguida entre los años 1937 y 1938 para contener los avances del régimen nazi, quedó inconclusa tras la firma del tratado de Múnich.
Cuando el 30 de septiembre de 1938 los acuerdos de Múnich aplastaron los sueños de Checoslovaquia de permanecer fuera del control nazi, también murió uno de los símbolos más importantes de aquel anhelo de libertad. La fortaleza Dobrošov, ubicada en Náchod, región de Hradec Králové, que había comenzado a construirse un año antes para detener un potencial avance de la Alemania liderada por Adolf Hitler, podrá volver a visitarse a partir de mayo.
Tras casi tres años de tareas de reconstrucción y con alrededor de 4 millones de euros invertidos en el proyecto, la fortaleza invitará al público a revisitar su historia a partir del 8 o 9 de mayo, según estimó Dan Lechmann, portavoz de la región de Hradec Králové, en declaraciones realizadas al diario České Noviny.
Josef Farář, administrador de la fortaleza, explicó en una entrevista con la Televisión Checa cómo se vivirá la experiencia de visitar el monumento.
“Tras bajar 170 peldaños, los visitantes de la fortaleza se encontrarán unos 40 metros bajo la superficie de la tierra. Luego deberán superar aproximadamente un kilómetro a pie en el recorrido por los pasillos subterráneos”.
Lechmann también detalló que la visita se complementará con contenidos audiovisuales interactivos para guiar al público en este viaje histórico, que demuestra el valor y los esfuerzos de Checoslovaquia por escapar al trágico destino que traería el delirio expansionista de Hitler.
Por su parte, Petr Landr, director del Museo Regional de Náchod, que administra la fortaleza de Dobrošov, destacó, en declaraciones a la Televisión Checa, la importancia de que las instalaciones pasaran a ser admistradas por el museo en 2014.
“En los tiempos cuando la fortaleza era administrada por el Ministerio de Defensa de la República Checa, las posibilidades de invertir en la reconstrucción de este inmueble eran limitadas. Tampoco fue posible abrir al público todos los sectores de la fortaleza que hubiéramos deseado”.
El proyecto original de la fortaleza, que comenzó a construirse el 13 de septiembre de 1937, preveía su finalización para 1939 y buscaba proteger las fronteras del Estado. Sin embargo, luego de que las potencias europeas aseguraran la anexión de los Sudetes por parte de Alemania en los acuerdos de Múnich, en 1938, la construcción se interrumpió cuando solo se habían llegado a erigir tres de las siete edificaciones que la formarían.
Previamente a su remodelación, la fortaleza se abrió al público en 1969 y se calcula que unos 30 000 visitantes pasaban por el monumento cada año.
Eva Jouklová, portavoz de la administración regional de Hradec Králové, indicó que el objetivo de la remodelación es, fundamentalmente, atraer al público más joven. Así lo comentó a la televisón local.
“Queremos que la fortaleza de Dobrošov se convierta en un museo con vida al que, entre otros visitantes, acudieran sobre todo los niños en edad escolar. Nuestra idea es que los escolares reciban aquí más información de los diferentes capítulos de la Segunda Guerra Mundial de lo que pueden enterarse en los libros o durante las clases de Historia”.
Los edificios individuales ubicados en la superficie también serán accesibles, lo que incluye los pabellones de infantería Můstek y Jeřáb y el de artillería Zelený. Entre las edificaciones se cuentan 1750 metros de corredores de conexión en el subsuelo, además de 750 metros de espacios subterráneos, a una profundidad de entre 20 y 39 metros bajo tierra.
Martin Měřínský, de la administración del inmueble, remarcó, en diálogo con la Radio Checa, las particularidades que distinguen a la fortaleza.
“Aquí abajo se encuentra la ubicación de una parte de los soldados que protegían la fortaleza. En total había en la fortaleza unos 75 militares y parte de ellos se alojaba justamente allí. Pero ahora se puede bajar a ese lugar únicamente por una escalera de mano”.
Mientras el día de apertura al público aún resta por definirse, la fortaleza vencida antes de tiempo aguarda en un rincón de Bohemia Nororiental poder brindar un nuevo testimonio sobre el deseo de resistencia de Checoslovaquia, en tiempos en que el mundo decidió no esuchar las advertencias del horror.