Stabat Mater de Dvořák: Una de las obras más importantes sobre la Semana Santa
La cantata Stabat Mater de Antonín Dvořák es una de las obras religiosas checas más importantes. La cantanta cosechó un gran éxito en todo el mundo y sigue siendo una de las obras más interpretadas con motivo de la Semana Santa.
Stabat Mater es una obra que evidencia el extraordinario talento melódico y armónico de Antonín Dvořák. Se trata de una cantata muy variada y natural a la vez. El oratorio para solistas, coro y orquesta surgió entre los años 1876 y 1877, cuando murieron sucesivamente tres hijos del compositor. La dolorosa pérdida suele ser considerada como el motivo principal que impulsó a Dvořák a escribir una obra tan devota.
La obra originalmente incluía solo siete movimientos para piano. Más tarde el compositor agregó tres movimientos más y escribió la instrumentación para orquesta. Stabat Mater es una secuencia atribuida al papa Inocencio III y al franciscano Jacopone de Todi que se data en el siglo XIII. El oratorio medita sobre el sufrimiento de la Madre de Jesús durante la crucifixión de su hijo.
Debido a la relación de un tema religioso con un contenido profundamente humano, el texto ha sido llevado al terreno de la música en numerosas ocasiones. Además de la obra de Dvořák, entre las composiciones más conocidas figuran las de Verdi o Haydn.
Dvořák dividió el texto en diez partes y dos capítulos principales que combinan un cuarteto de canto y un coro. En la primera parte domina la expresión de dolor y el luto, mientras que en la segunda se impone la reconciliación con el destino trágico, impulsada por una profunda fe cristiana que da un efecto positivo a la obra. El autor no se desespera, sino que muestra su fe en la vida pese al dolor. La pieza así resulta muy humilde y humana.
El obra Stabat Mater de Dvořák fue estrenada el 23 de diciembre de 1880 en el Teatro Nacional de Praga. Tras ser ovacionada en tierras checas, la cantata cosechó tres años después un gran éxito también en Inglaterra.
En 1884, el compositor checo incluso fue invitado para que dirigiera en persona el oratorio en el Royal Albert Hall de Londres. Y las críticas resultaron fantásticas. “No puedo expresar qué feliz estoy y cuánto reconocimiento y admiración estoy recibiendo aquí por todas partes”, escribió el compositor a su mujer Anna.
Más tarde, el oratorio conquistó también Nueva York, Pittsburgh y Viena, entre muchas otras ciudades. La composición representa una joya artística que suele ser interpretada, sobre todo, con motivo de la Semana Santa en todo el mundo.