Škoda Auto detiene su producción en las plantas checas por la escasez de chips

La marca Škoda dejará de producir vehículos en la República Checa durante una semana a finales de este mes de septiembre. La continua escasez de piezas, principalmente chips, han llevado a la firma a tomar esta determinación.

El 27 de septiembre es la fecha elegida por Škoda para iniciar un parón laboral que se prolongará durante una semana y que afectará a las tres plantas que la firma tiene en el país, en Mladá Boleslav, Kvasiny y Vrchlabí. La empresa se ha visto forzada a detener su producción ante el precario estado de una cadena de suministros que, en el marco de la crisis del coronavirus, se ve incapaz de proveer a las plantas de los componentes y piezas necesarios, entre los que destacan los chips.

Jaroslav Povšík, presidente del consejo, lo anunciaba en la publicación del sindicato de la empresa Škodovácký odborář. La compañía anunció que los trabajadores recibirán el 85% de su salario durante este parón de cuatro días, ya que el día 28 será festivo.

Vladimír Rybecký, redactor jefe de la web AutoTablet.cz, valoraba la delicada situación de la industria ante la Televisión Checa.

“La falta de semiconductores y chips está afectando a toda la industria por todo el mundo y la industria del automóvil en este aspecto no es la preferida ni la que esté en primer lugar para los suministradores”.

Foto: Škoda Auto
Se trata de un golpe importante para una economía como la checa en la que el automovilístico representa uno de los sectores de mayor peso y tradición y, por desgracia, uno de los que más ha sufrido los efectos asociados a la pandemia.

Esta situación no solo está poniendo en jaque a Škoda sino que todos los fabricantes están lidiando en mayor o menor medida con la problemática asociada a esta escasez de componentes. La japonesa Toyota, por ejemplo, también se vio forzada a adoptar una medida similar al paralizar la producción en su planta de Kolín el mes pasado, una medida que han repetido esta semana. También destaca, por ejemplo, Seat, la firma que también es propiedad del grupo Volkswagen y que ha anunciado que planea extender las suspensiones de ensamblaje parcial de automóviles en sus plantas cercanas a Barcelona hasta bien entrado el 2022 debido, también, a la escasez de chips.

Zdeněk Petzl, director ejecutivo de la Asociación de la Industria Automotriz, habló sobre esta falta de suministros y lo que supone para las marcas, así como las dificultades de estas para cumplir ciertos plazos de entrega.

“Por supuesto, hay distintas estrategias para cada una de las marcas, pero en los casos más críticos estamos hablando de tiempos de espera de diez o hasta doce meses para un vehículo”.

Esta situación de parálisis en el sector es uno de los asuntos que más preocupan a los fabricantes, que tratan de pronosticar una fecha en la que puedan retomar una cierta normalidad. Kamila Biddle, portavoz de Škoda Auto, trata de enviar un mensaje de cierta tranquilidad.

“Parte de los vehículos que los clientes se han configurado y han encargado serán entregados con retraso. Pero cabe esperar que la producción de semiconductores vuelva a incrementarse en el cuarto trimestre de este año”.

Desde retrasos en la entrega de automóviles hasta falta de suministros en electrodomésticos o smartphones, la crisis del coronavirus continúa haciendo estragos en una industria como la de la electrónica, dependiente en gran medida de un continente asiático al que la pandemia está golpeando con especial fuerza.