Innovación checa: menos patentes locales pero más impacto global
El número de patentes checas registradas en el país cayó a su nivel más bajo desde 1995, aunque las solicitudes internacionales aumentan, mientras las universidades siguen liderando la innovación.
Las patentes pueden definirse como títulos que otorgan exclusividad a su propietario para fabricar, usar, vender o distribuir una determinada invención. Además de un indicador de la capacidad tecnológica de un país, las patentes son una herramienta clave para competir en un mercado global cada vez más exigente y en el que Chequia parece ir perdiendo fuelle.
Al menos eso señalan los datos del pasado año, cuando el número de patentes registradas por entidades y ciudadanos checos alcanzó un mínimo histórico en el país.
Según la Oficina de Propiedad Industrial, en 2024 se presentaron tan solo 463 solicitudes de protección de patentes por parte de checos, la cifra más baja desde que comenzaron los registros en 1995. En contraste, en 2013, por ejemplo, se habían presentado 983 solicitudes, más del doble que las cifras actuales.
"De 501 solicitudes nacionales, 463 fueron presentadas por checos, principalmente vinculadas a los sectores de transporte, almacenamiento, medición, óptica, salud y entretenimiento” explicó Jana Engelová, directora de la oficina de patentes, quien atribuyó estas cifras al desconocimiento de las posibilidades de protección jurídica y a la llamada deslocalización de patentes, esto es, cuando la investigación se lleva a cabo en Chequia pero el propietario de la invención es una entidad de otro territorio.
A pesar de esto y como nota positiva, las patentes nacionales vienen dejando mejores datos en el extranjero que dentro de la propia Chequia en el último tiempo. Las solicitudes de reconocimiento de patentes por parte de instituciones checas en Europa crecieron un 8,6% entre 2022 y 2023, alcanzando 241 registros, mientras que en Estados Unidos aumentaron un 6,2% con un total de 477 solicitudes.
En clave nacional, las universidades continúan dominando el mercado como principales propietarias de patentes checas: la Universidad Técnica Checa de Praga es la líder con 213 patentes registradas; en segundo lugar, se cuela la icónica Škoda Auto con 141, y la Universidad Técnica de Ostrava es la tercera en este podio, con 105. La lista se completa con la Universidad Técnica de Brno, con 84, la Universidad de Química y Tecnología de Praga, con 68, y la Universidad Técnica de Liberec, con otras 68.
La propia Chequia cuenta además con algunos casos de éxito más que notable dentro del ámbito de las patentes, siendo el más emblemático el del trabajo del químico Antonín Holý. Sus antivirales, utilizados en tratamientos contra el SIDA y la hepatitis B, continúan aún hoy generando millones de euros para el Instituto de Química Orgánica y Bioquímica.
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